Míchel viraliza un Girona de Champions en el Pizjuán

GIRONA"Verticales. Dos toques mínimo por jugador. Esconda, esconda. Juegue como en la calle", pedía Míchel Sánchez a sus futbolistas durante la primera pausa de hidratación en Sevilla, donde el Girona confirmó su mejor inicio en Primera, con siete puntos de nuevo (1-2). Míchel se está haciendo viral muy a menudo, últimamente, desde que las cámaras entran en todas partes y emiten sus charlas. Las consignas valen un imperio.

Porque el protagonismo que propone, más allá de rivales, presupuestos e historial, parte de la idea, simple y pura, de los tiempos de infancia. "Juegue como en la calle", insistía, diciéndoles a hombres que tienen todo el dinero hecho y que han jugado infinidad de partidos, jugadores que muchas veces se confunden con mercancía –porque hace años que el romanticismo y el fútbol se separaron– , que vuelvan a los orígenes, que el sentido está allí. Y que se apasionen, que el Girona quizá sea pequeño, pero regala cosas que otros gigantes nunca sospecharán que existen.

Cuando los futbolistas rojiblancos oyeron sus palabras, ya ganaban 0-1. La efectividad ofensiva que está teniendo el Girona en el arranque liguero es espectacular. Este aspecto, que durante tramos del pasado curso penalizó, parece corregido. No necesitó mucho rato para adelantarse en el marcador, tras una jugada de estrategia enviada al fondo de la red por Yangel Herrera, atento al rechace. El venezolano suma dos goles consecutivos. El equipo también protagonizó un rondo infinito, buscando siempre al hombre libre, alcanzando superioridad tras superioridad. En el fondo, el Girona, que hasta hace poco era un equipo sufridor, se lo pasa bien jugando. Quizás se está haciendo mayor.

El show de Savinho

La cosa no se quedó aquí, sin embargo, ya que los gerundenses tuvieron la oportunidad de hacer saltar por los aires al Sevilla, más angustiado por las urgencias. Hubiera sido demasiado bonito. Savinho, que rompió en eslalon a todo el mundo que se atrevió a ponérsele delante, una vez hecho lo más complicado, disparó contra el portero. Respiraba el estadio, que se envalentonó. El Girona creía que resistiría hasta el descanso, pero Gudelj aprovechó una evidente carencia de marcaje para empatar. Y de repente todo se oscureció hasta límites insospechados: el larguero tembló a disparo de Suso. Menos mal.

El paro en los vestuarios no frenó el ritmo, muy elevado para ser agosto. Las apuestas lógicas habrían dado ganador al Sevilla, más acostumbrado a citas de esa magnitud. Pero no, nada de razonamientos, porque no sirven para nada. Fue llegarle el balón a Savinho, o llegar Savinho al balón, da igual, que el brasileño se inventó una nueva jugada fantástica, preludio de la genialidad de Aleix Garcia, que no dejó ninguna telaraña en su sitio.

Hubo tiempo para sufrir, claro: Gil Manzano anuló un gol a Rakitic, el VAR invalidó un penalti por manos de David López, y Pedrosa chutó al palo. También los hubo para que fallaran goles cantados Savinho y Dovbyk, que había entrado por Stuani, que aún no se sabe si continuará o se marchará. Hasta saberlo, todavía habrá que sufrir algo más.