Los miedos de los deportistas españoles que salen del armario
Un estudio recoge las experiencias de once atletas profesionales que han dicho que son homosexuales
BarcelonaSeis años después de publicar un estudio sobre la homosexualidad en el deporte de élite con el waterpolista Víctor Gutiérrez como único protagonista, Anna Vilanova, Pablo Kopelovich, Pedrona Serra y Joaquín Piedra acaban de hacer públicas en elInternational Review for the Sociology of Sports, una de las publicaciones internacionales más prestigiosas del sector, las conclusiones de un trabajo de investigación que entrevista a once atletas españoles de alto nivel que han salido del armario. “Es una continuación del trabajo que en 2018 hicimos con Víctor, que en ese momento era el único deportista de élite abiertamente homosexual del Estado. Unos años después, hay más. Son deportistas que están abriendo camino. Los hemos entrevistado para conocer cómo son sus experiencias", ha explicado Vilanova al ARA.
“Todos los deportistas gays han sufrido en algún momento homonegatividad. Han recibido insultos, bromas, desprecios o alguna agresión física, pero al mismo tiempo, cuando salen del armario, encuentran su apoyo en el mundo del deporte. Esto les genera sorpresa. El deporte les empodera porque son buenos en algo. La sociedad no los valora, pero el contexto deportivo sí”, explica la profesora de sociología del deporte en el Inefc.
La sociedad evoluciona y cada vez es más habitual encontrar formas distintas de entender la sexualidad. “El mundo del deporte sigue siendo muy heteronormativo, pero las nuevas generaciones comienzan a tener referentes homosexuales. Hay deportistas que quieren salir del armario, y ver otros casos les tranquiliza. Son conscientes de que no son los únicos y de que el resto lo vive bien”, asegura Vilanova.
Los once deportistas de élite que aparecen en el estudio lo hacen bajo seudónimo. “La muestra es muy variada, tanto en edades como en disciplinas deportivas. Hay rugby, gimnasia, waterpolo, natación, hockey o baloncesto. Teníamos un futbolista, pero consideramos que no era de élite y le sacamos del estudio. Hay deportes muy masculinizados en los que se les hace extraño encontrar a una persona homosexual y ésta tiene la sensación de que debe acentuar más su fuerza para que nadie pueda cuestionarla. Los precursores siempre ayudan a abrir la mirada. En cambio, hay disciplinas más feminizadas, como el patinaje artístico, en las que se produce lo contrario: la gente da por hecho que son homosexuales”, analiza.
Los miedos que tienen los deportistas de élite son variados. “Cuando todavía están dentro del armario, temen ver cómo reaccionarán sus compañeros de equipo. Luego ven que el equipo reacciona bien. También sufren por si pierden opciones de ser convocados para la selección u opciones de patrocinio”, adelanta Vilanova, que forma parte dela red LGTBIQ+, Educación Física y Deporte, que reúne a los principales centros españoles que han iniciado la investigación, la formación y la sensibilización sobre la temática LGTBIQ+ en el ámbito físico-deportivo, con investigadores e investigadoras de siete centros universitarios.
Algunas veces exponerse tiene algunas consecuencias negativas. “Tú puedes ser gay sin demostrarlo demasiado. Cuando lo haces evidente, hay gente que te apoya y otros no. Cuando el deportista lo hace visible aparece la homonegatividad”, argumenta Vilanova, que pone de ejemplo el tuit que hizo el Barça con la bandera LGBTI. "Las respuestas a las redes sociales se polarizaron".
"Los referentes ayudan mucho"
Los especialistas tienen claro cómo debe ser el futuro. “Visibilizar las distintas condiciones sexuales es muy importante. Si el club genera un espacio diverso, todo el mundo puede sentirse aceptado. Los referentes ayudan mucho. Además, es necesario que las directivas u órganos de poder incorporen la diversidad. Esto permitirá acentuar las políticas inclusivas. El lenguaje debe cuidarse, especialmente cuando los deportistas son jóvenes. La formación es clave porque los entrenadores no saben cómo enfocar algunas situaciones. Tienen buena predisposición, pero no saben cómo responder a una situación incómoda. La gestión es complicada y las primeras veces todavía cuestan un poco”, resume Vilanova.