"Estas chicas están rompiendo con algunas malas ideas"
Las jugadoras de una nueva selección catalana forman parte mayoritariamente de las comunidades india, paquistaní y bengalí
BarcelonaLa selección catalana femenina de cricket está jugando su primer partido de la historia y sus integrantes tienen entre 13 y 20 años, pero no hay ningún familiar presenciando este hito. Los padres de estas jugadoras, la mayoría pertenecientes a las comunidades india, paquistaní y bengalí, no suelen ir a ver los partidos de sus hijas. Tampoco cuando juegan con sus equipos.
"Estamos contactando con los líderes de estas comunidades en Catalunya para explicarles nuestro proyecto y que nos ayuden a llegar a las personas que forman parte de ellas. Pero hay familias concretas que todavía se resisten", explica al ARA Júlia Barea, técnica de la Federació Catalana de Criquet. Catalunya es la zona europea donde viven más personas de las comunidades de Pakistán, India y Bangladesh (en estos países el cricket es muy popular), dejando de lado el Reino Unido. Pero su presencia en el tejido social y deportivo catalán no va en concordancia con este hecho.
"Estas chicas están rompiendo con algunas malas ideas que hay", sentencia. Uno de los problemas que se encuentran los responsables de la selección catalana (la única de cricket del Estado, el resto son asociaciones) dirigida por Nadim, que lleva un sombrero de cowboy, es que, en general, todavía no está bien visto en estas comunidades que las chicas practiquen deporte. "Muchas son nacidas aquí, pero no están suficientemente arraigadas para jugar ni realizar ninguna actividad. Queremos comunicarnos con las familias y romper estereotipos como que las chicas no pueden practicar deporte", informa Barea.
Así, el proyecto de la Federació Catalana, que incluye también la selección y los clubes masculinos, va mucho más allá de la parte deportiva. "Queremos hacer conexiones entre las distintas comunidades que juegan. Son comunidades que tienen mucha presencia en Catalunya, pero viven muy cerradas. Queremos que el deporte sea la excusa para hacer cosas mucho más allá. Queremos cohesionar y dar oportunidades", sigue exponiendo Barea. De momento, la Federació y la UFEC (Unió de Federacions Esportives Catalanes), que apoya el proyecto, ya tienen el visto bueno de los cónsules y de buena parte del tejido empresarial involucrado en estas comunidades.
Una retirada muy prematura
"Nunca imaginé jugar con la selección catalana, esto hay que aprovecharlo. Me imagino muchos años jugando a cricket", explica con una sonrisa llena de futuro Saneha, que solo tiene 14 años y ya es una de las jugadoras de la selección catalana que se estrenó disputando tres partidos a finales de septiembre ante el NACC (National Asian Criquet Council) del Reino Unido. A pesar de su extrema juventud, a Saneha no le quedan muchos años de práctica del cricket si hacemos caso a las estadísticas. "Pocas jugadoras siguen jugando más allá de los 20 años", apunta Barea con resignación.
Saneha, nacida en la India y hablante de un catalán perfecto, juega en el Hospitalet Cricket Club, uno de los tres equipos femeninos que participan en la liga catalana de cricket y el actual campeón. Precisamente, en Hospitalet de Llobregat nació la semilla del proyecto social que ahora está regando la federación. Desde hace siete años, en esta ciudad del área metropolitana de Barcelona se lleva a cabo en los institutos la iniciativa El Criquet Uneix, que pretende crear vínculos interculturales mediante la enseñanza de este deporte por parte de un grupo de alumnos de Pakistán, India, Bangladesh y Nepal durante las clases de educación física.
En la primavera de 2023, la federación contactó con el instituto Rubió i Ors para interesarse por el proyecto El Criquet Uneix. En un primer momento, esto conllevó la creación de equipos extraescolares femeninos y masculinos y, poco después, la creación del Hospitalet Cricket Club. Actualmente, forman parte del mismo una veintena de jugadoras con orígenes en la India, Pakistán, Níger, Ghana, Honduras, Colombia, Marruecos y México.
"Los prejuicios, el miedo y el desconocimiento a veces provocan que las familias no dejen que sus hijas se apunten, pero a través del diálogo se sienten más tranquilas, aceptan que sus hijas jueguen y luego están muy orgullosas de ellas", explica Sandra Alarcón, vicepresidenta del Hospitalet Cricket Club y coordinadora de El Criquet Uneix. "A veces son las mismas madres o padres de las jugadoras que ya participan las que nos ayudan y animan a otras familias a apuntar a sus hijas", añade.
Una historia de WhatsApp
Los otros dos equipos que forman parte de la liga catalana femenina son el Criquet Jove de Barcelona y la Associació Sant Martí Esport (ASME), que engloba a jugadoras de las zonas del Maresme y el Besòs, donde reside mucha comunidad paquistaní. "Desde el Criquet Jove reclamamos que queríamos un campo en Barcelona y lo hemos conseguido", dice Aliza, de 20 años, nacida en Catalunya y de origen paquistaní. El campo, que no tiene las medidas reglamentarias, está ubicado en la zona del antiguo Polvorín de Montjuïc, y lo gestiona el Institut Barcelona Esports (IBE). Los partidos de la selección catalana y la liga se disputan ahí. "Ya ha habido algún robo de material", comenta Aliza.
"No imaginaba que llegaría a jugar representando a Catalunya porque hace un tiempo no teníamos tantas oportunidades ni lugares donde jugar. Pero estamos muy contentas de lo que hemos conseguido", explica Tasbiha, de 18 años, compañera de Aliza en el Criquet Jove. Tasbiha, que también pertenece a la comunidad paquistaní, es una de las tres jugadoras catalanas que forman parte de la selección española. En su caso, todo empezó a los 13 años, cuando se interesó por una historia que una amiga suya colgó en el WhatsApp. En el siguiente entrenamiento en la Trinitat Vella ya acudieron juntas.