"Preparaba ultramaratones mientras oía disparos y explosiones"
Stephanie Case impulsa una plataforma para empoderar a las mujeres a hacer deporte en zonas de conflicto
Barcelona"Kilometro a kilómetro, intento trabajar por la igualdad de género. Este es el mantra que acompaña mi vida mientras corro, ya sea a través de las montañas, en zonas de guerra o para inspirar a otras mujeres a las que la sociedad quiere inmóviles". Stephanie Case es una abogada canadiense de derechos humanos que corre ultramaratones. Además, es la fundadora de Free to Run, una plataforma que aspira a convertir el deporte en una herramienta de libertad y empoderamiento para mujeres y niñas en zonas de conflicto.
"He trabajado en zonas de conflicto como Afganistán, Irak, Siria y Palestina", presume Case, que hace unos días impartió una charla motivacional en la tercera edición del International Women in Sports Congress (IWISC), un congreso organizado por la Unión de Federaciones. "Cuando logré un trabajo en Afganistán, la gente me decía que debería dejar de correr. Me sentía frustrada. ¿Por qué tenía que renunciar a mi pasión? Trabajaba en la frontera de una zona armada y no podía salir del campamento sola. Sólo podíamos desplazarme con un vehículo militarizado pero la recta más larga del campamento tenía ultramaratones mientras oía disparos y explosiones a pocos metros de distancia. Recorrí todos los rincones del campamento", recuerda.
Case logró financiación para construir tres refugios para mujeres en Afganistán, donde tuvo la idea de poner en marcha Free to Run. "Las mujeres que conocí soñaban con hacer las cosas que yo hacía. Querían correr, pero no solo tenían que enfrentarse con las bombas y con la guerra, sino también con unas normas sociales que discriminan los derechos de la mujer. Poner en marcha un programa para hacer deporte en un contexto así parecía una locura, pero lo conseguí", explica Case.
"Invertí un año hablando con otras instituciones y ONGs para buscar la manera de crear programas deportivos para mujeres. Las iniciativas que existían, como el voleibol, se hacían todas en recintos cerrados. La iniciativa tuvo éxito y la pudimos exportar a cinco regiones diferentes. Cuando eres capaz de correr libremente, la tuya por."
"Si una mujer corre en una zona de guerra, la gente piensa que es una prostituta; hay que combatir así estereotipos", avisa. Los obstáculos son constantes. "Cuando los talibanes tomaron el control del país, tuvimos que repensar el programa, que potenció los entrenamientos dentro de las casas. Conseguimos mantener el movimiento en secreto a la espera de un escenario más favorable", reconoce Case.
"Si parece imposible es porque lo era"
La historia de Stephanie Case está llena de relatos inspiradores. Seis meses después de dar a luz a su primera hija, la corredora canadiense participó en el Ultra-Trail Snowdonia, una carrera de 100 kilómetros que recorre el Parque Nacional Eryri, en Gales. Case, que se detuvo para amamantar al bebé, cruzó la línea de meta en primera posición con 16 horas, 53 minutos y 22 segundos.
Case también se convirtió en la tercera mujer en terminar la Tor des Glaciers, una carrera de 450 kilómetros. "Si parece imposible es porque lo era", bromea. La hazaña de la canadiense dio la vuelta al mundo. "Mi único objetivo era llegar al siguiente punto de control y así fui avanzando, paso a paso. Que te digan que algo es imposible no significa que no sea posible", resume.