Un padre y una hija unidos por una tradición que lleva 40 años durando
Las aventuras de Sonia y Josep, hija y padre, dos acérrimos participantes de la Carrera de El Corte Inglés
Sant Boi de LlobregatEn un callejón de un polígono de Sant Boi encontramos la Calderería Josep Giménez, un negocio familiar. Josep, originario de El Prat de Llobregat, es el padre de tres hermanos comprometidos con la empresa y vinculados al mundo del deporte. El atleta pratense se fijó en la nave que se convertiría en la actual empresa familiar durante una carrera espontánea por la zona. En el mayor despacho, una multitud de trofeos acreditan una media individual de 100 medias maratones, 10 maratones y otros méritos deportivos conseguidos entre padre e hija, los dos apasionados del atletismo. La oficina les queda pequeña y, en consecuencia, en casa tienen cajas llenas de más galardones.
"Nadie lleva tantos años correndo en la Cursa de El Corte Inglés", explica Sonia mientras hojea una colección de diplomas y dorsales que se mezclan con recortes de periódicos y revistas. Entre todos los documentos, destaca un dorsal dorado de la 30 edición que acredita la participación en quince carreras. La familia Giménez afronta con espíritu competitivo una nueva edición de la carrera de este domingo, que apoyará a la Fundació Xana.
Sonia empezó a participar en 1981, en la quinta edición. En la familia Giménez, el deporte es una tradición: su hermano mayor corrió hasta los diecisiete años y su hermana era saltadora de largo. Sin embargo, la pasión por el atletismo surgió de su padre. Josep llevaba a los hijos a natación y aprovechaba las horas muertas para ir a correr con los amigos: "Antes de quedarme en la grada viendo cómo mis hijos hacían natación, iba a hacer footing. Corría del taller a casa ya la inversa".
Josep se apuntó en el Pratenc Asociación de Atletismo y Sonia continuó el legado de su padre a partir de los ocho años. "A mi padre le agradezco poder correr; para mí este deporte es media vida. Ninguna disciplina se iguala", dice. La primera carrera en la que participaron Josep y Sonia fue en Mas Tradet (Cubelles), la urbanización donde vive la abuela. Cuando la hermana pequeña de Sonia nació, su madre llevó a las tres hijas al cochecito. Ésta fue la primera Carrera de El Corte Inglés que disputaron.
La carrera siempre ha mantenido un cariz popular, pero en los últimos años se ha profesionalizado y se han ampliado las categorías y los premios. "Antes no había control de chip y las abuelas entraban a colarse en los metros finales". En 1992, con motivo de los JJOO celebrados en Barcelona, 105.000 personas corrieron a la Cursa de El Corte Inglés. En esa carrera, Josep hizo el mejor tiempo de su vida: 32 de la general.
Padre y madre, superhombres del atletismo
"En otras carreras hemos fallado, pero en la de El Corte Inglés nunca", declara con contundencia Sonia. "Todo el mundo ha corrido alguna vez esta carrera, pero nadie durante tantos años seguidos", comenta el atleta. Josep ha pasado por varios obstáculos. "Con la edad de sesenta años enfermé por culpa de una neumonía y me quedé tres meses en casa", explica. Tras un largo descanso y tres meses de entrenamiento, participó en la carrera liderando la estampida de deportistas. Actualmente, en la modalidad de pista, sólo hay un participante de más de 75 años que consiga una mejor marca que Josep.
En su historial, Sonia sufrió algunas lesiones que afianzaron su estima por el atletismo. Hace dos años la operaron del isquiotibial y participó en la competición andando. La pasada edición repitió la fórmula con la tibia rota. "Nosotros salimos a ganar en todas las carreras o maratones en los que participamos", se reafirma. El verdadero reto fue correr en una carrera con embarazo de riesgo. "El médico me dijo que no podía correr y yo le insistí en participar", dice. Finalmente, Sonia compitió con amigas manteniendo un ritmo tranquilo, pero muy temprano las dejó atrás. Hizo una mitad caminando y otra corriente.
"Para mí es más importante llegar cuarta o quinta, consiguiendo un buen tiempo, que quedar primera", se sincera. Sonia presume de que algunos corredores la seguían porque imponía un ritmo excelente y, instantes antes de llegar a la meta, le adelantaban. "Haciendo la carrera de la Sagrera, hice de liebre a mi padre para que superara su marca personal", admite. El camino de Josep para conseguir éxitos deportivos también ha topado con tropiezos graves. "Hace dos meses me operaron de una hernia discal y el domingo saldré a andar", explica. El médico le prescribió dieciséis meses sin actividad. Él, en cambio, prefiere discutir con el fin de practicar ejercicio físico.
Por su parte, el hijo de Sonia corrió hasta los cinco años y, ahora, prefiere jugar a voley. Sin embargo, el niño, que ahora tiene once años, correrá los 10 km de la Carrera de El Corte Inglés para acompañar a su abuelo. El linaje del atletismo sigue vivo en la familia Giménez. "Intentaré que mi nieto no tenga que cargarme en la espalda y lucharé por el diploma", explica Josep mientras valora cómo afronta la edición de este domingo. Ambos esperan llenar un nuevo capítulo de la memoria familiar.