Tenis

El regreso de Naomi Osaka, la tenista que rompe tópicos con su discurso

La japonesa, que ha levantado la voz contra el racismo y recuerda que hay que cuidar la salud mental, busca el quinto Grand Slam de su carrera

BarcelonaAhora hace un año Naomi Osaka estaba en la cumbre del tenis mundial. La japonesa ganó el Abierto de Australia y era la número 1 mundial, pero la jugadora sentía que algo no iba bien. "No era feliz. Sentía demasiada presión, tenía miedo de perder, no conseguía concentrarme", explicaría después. A mediados de aquella temporada empezó a evitar salir en la rueda de prensa posterior a los partidos, a pesar de que hacerlo significaba tener que pagar una multa. "Entiendo a los periodistas, pero enfrentarme a las preguntas me daba miedo. Tenía miedo de llorar", dijo la jugadora, que se ha pasado la vida compitiendo. Justo cuando era la gran dominadora del circuito dijo basta. Osaka se retiraría del torneo de Roland Garros y no fue a Wimbledon porque, afirmó, tenía "problemes de salud mental" de los que quería mejorar. La presión le había hecho daño. "De hecho, ganar me ha acabado haciendo daño, porque tienes la sensación de que ya no puedes perder más", diría la jugadora, que fue la encargada de encender el pebetero olímpico en los Juegos de Tokyo.

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A los 24 años, Osaka se ha convertido en el rostro de una nueva generación de deportistas que no tienen problemas en admitir que, a veces, no se encuentran bien. La temporada pasada su decisión de dejar de competir unos meses provocó un montón de reacciones que la apoyaban, a pesar de que el número 1 mundial del circuito masculino, Novak Djokovic, no se mostró muy empático diciendo que "cuando quieres ser el mejor, hay que saber aguantar la presión". Djokovic defendió de nuevo esta idea durante los Juegos Olímpicos de Tokyo, cuando la gimnasta norteamericana Simone Biles también paró para priorizar la salud mental. En aquellos Juegos, sin embargo, fue el serbio quien acabó perdiendo los papeles durante el torneo y quedó eliminado mientras rompía la raqueta. La presión afecta a todo el mundo. Osaka, por cierto, no ha querido hacer sangre ni responder a Djokovic. Y preguntada por la deportación del serbio de Australia por no estar vacunado, se ha limitado a decir: "¿Si digo mi opinión servirá de algo? ¿Cambiará algo? Prefiero no decir nada". La japonesa, por cierto, también ha levantado la voz contra el racismo. Hija de un haitiano y una japonesa, sufrió casos de racismo en los Estados Unidos, donde llegó joven para entrenar, y también en Japón, donde se debate sobre si una deportista tendría que hablar de política, puesto que la tenista se involucró mucho en la campaña Black Lives Matter en 2020 saliendo a jugar el Abierto de los Estados Unidos con mascarillas con los nombres de Breonna Taylor, Elijah McClain, Ahmaud Arbery, Trayvon Martin y George Floyd, afroamericanos asesinados por la policía.

Badosa ya está en la tercera ronda

Después de un 2021 muy complicado, Osaka ha vuelto en forma. En el primer torneo de la temporada, también en Melbourne, llegó hasta las semifinales, cuando se retiró por una pequeña molestia. No quiso forzar para priorizar el Abierto de Australia, donde busca su quinto Grand Slam de la temporada. De momento, ha superado las dos primeras rondas sin ceder ningún set. Esta madrugada la norteamericana Madison Brengle ha visto cómo Osaka la sacaba de la pista (6-0 y 6-4). En el cuadro femenino, las grandes favoritas siguen sin fallar, especialmente la número 1 mundial, la australiana Ashleigh Barty, que ha eliminado a Lucia Bronzetti (6-1 y 6-1). La catalana Paula Badosa también está en la tercera ronda del Abierto de Australia después de superar a la jugadora italiana Martina Trevisan (6-0, 6-3). Ahora se enfrentará a la ucraniana Marta Kostyuk. En el cuadro masculino, Rafa Nadal no ha sufrido contra el alemán Yannick Hanfmann (6-2, 6-3 y 6-4).