El trastorno que no deja dormir a los deportistas de élite
Ricky Rubio une su nombre a los de famosos como Biles, Phelps, Osaka e Iniesta para hablar de salud mental
BarcelonaDespués de abrirse como nunca para contar su situación, Ricky Rubio unió su nombre al de grandes figuras internacionales como Simone Biles, Michael Phelps, Naomi Osaka y Andrés Iniesta, que fueron de los primeros deportistas en romper tabúes y hablar abiertamente de sus problemas de salud mental. A diferencia de lo que la mayoría de los aficionados imaginan, la mayoría de casos aparecieron en un momento de gran éxito deportivo.
Según los datos del Plan de Acción del Comité Olímpico Internacional, un estudio realizado en julio de 2023, el 33,6% de los deportistas de élite sufren ansiedad y depresión. Las cifras siguen siendo alarmantes más allá de la retirada, ya que el 26,4% mantiene problemas de salud mental una vez puesto punto final a la carrera deportiva. "Tener dinero no te exime en absoluto de tener problemas mentales. Los problemas de ansiedad o depresión que sufre un deportista de élite son los mismos que sufre cualquier persona de la calle. Lo único que cambia son las circunstancias que los producen. Los deportistas me preguntan por qué les ocurre esto si lo tienen todo. Lo viven con un gran sentimiento de culpabilidad", lo viven con un gran sentimiento de culpabilidad". se ha convertido en una de las psicólogas deportivas más respetadas. La catalana ha tratado a Ricky Rubio y Àlex Abrines, dos jugadores que dejaron la NBA para priorizar su salud mental.
La cara B del éxito deportivo
Simone Biles, una de las mejores gimnastas de la historia, aprovechó los Juegos Olímpicos de Tokio para poner la salud mental en el centro. "Quiero centrarme en mi salud mental. Después del primer salto he visto que no podía seguir. Por suerte, ahora más que nunca podemos hablar de la salud mental en el deporte. Hay que proteger nuestro cuerpo y nuestra mente, en lugar de hacer siempre lo que los demás quieren que hagamos", explicó junto a sus compañeras. La imagen dio la vuelta al mundo. Biles había sufrido abusos por parte del médico de la selección de gimnasia Larry Nassar y se enfrentó con la federación por no haber protegido lo suficiente a las atletas.
Michael Phelps también mostró la cara B del éxito deportivo. El 28 veces medallista olímpico se convirtió en el portavoz de otros compañeros menos mediáticos. "Todos decíamos "Nadie nos ayuda" y "Nosotros sólo somos productos". Yo me veía como un simple nadador y no como un ser humano", admitió Phelps. Palabras comodepresiónysuicidioaparecieron con naturalidad en sus argumentaciones.
Naomi Osaka no es una deportista como las demás. Cuando estaba en el mejor momento de su carrera, la japonesa decidió detenerse y estar unos meses sin competir. La tenista, que admitió sufrir una depresión, puso sobre la mesa la necesidad de hablar sobre la salud mental de los deportistas. "Siento que todo el mundo espera que gane siempre, y que si les fallo me quedaré más sola. Todo el mundo me ve como una deportista, pero, si pierdo, ¿qué soy?", explicó. "He pensado muchas veces que la gente no tiene en consideración nuestra salud mental. He visto muchos vídeos de deportistas que se hunden en rueda de prensa después de perder, algo que también me ha pasado. Es como rematar a una persona que se ha caído. No entiendo las razones que nos hagan preguntas que nos hacen dudar", explicó.
El fútbol esconde también muchos casos de problemas salud mental. De Sergi Darder a Bojan Krkić pasando por Joan Verdú. Andrés Iniesta aprovechó una entrevista en Salvados (La Sexta) para recordar la etapa en la que vivió una depresión. La sacudida coincidió con un momento de éxito deportivo. "A las personas nos mueve la ilusión, y en una situación así no tienes, no sientes las cosas. Deseaba que llegara la noche para poder tomarme una pastilla y descansar", reconoció. La muerte de su amigo Dani Jarque y una sucesión de lesiones le pusieron contra las cuerdas.
Àlex Abrines, jugador del Barça de baloncesto, ha renunciado a la selección española y en unos días anunciará si se retira. Apenas tiene 31 años. "Antes la gente no quería hablar de ello por miedo a que los aficionados dijeran que somos unos privilegiados para jugar al baloncesto, que tenemos mucho dinero, casas, coches... Pero tenemos motivos para estar mal. Los deportistas de élite somos personas y tenemos problemas. Tenemos un privilegio y una estabilidad, pero deberíamos crear programas para que todos tuvieran la oportunidad de parar cuando se encuentra". en una entrevista en el ARA.