Europa League

El Villarreal hace historia demostrando que nada es imposible

Gana su primera Europa League derrotando al United en una final eterna que se resuelve en los penaltis

Martí Molina
y Martí Molina

BarcelonaVillarreal recordaba con angustia la temporada 2005/06, aquella en la que un lanzamiento de penalti parado por el portero del Arsenal impidió que los amarillos jugaran su primera final continental. Quince años después, también serían los penaltis los que dictarían sentencia. La final de la Europa League se resolvió desde los once metros después de que el partido acabara con empate a un gol. Una tanda de penales eterna, con 22 lanzamientos. Los porteros lanzaron los últimos. Rulli marcó. De Gea falló. La Europa League viajaba hacia Villarreal, que se convertía en la ciudad más pequeña en conseguir un título continental.

El partido empezaba de la mejor manera posible para el Villarreal, que conseguía adelantarse a la media hora de partido gracias a un gol oportunista de Gerard Moreno. El futbolista cazaba una pelota centrada en el área por Dani Parejo, en el servicio de una falta, y con la punta de la bota se anticipaba a la defensa y desviaba la pelota el mínimo imprescindible para despistar al portero y que se colara al fondo de la red. Hasta entonces el partido había estado igualado, con un United que se sentía superior pero que no inquietaba en exceso la portería de Rulli. Hasta el gol en contra, que activó al equipo de Manchester al mismo tiempo que, casi de manera instintiva, los amarillos daban un paso atrás para empezar a gestionar la ventaja.

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Quedaba mucho, demasiado, pero a pesar de todo el Villarreal conseguía llegar al descanso con ventaja. Y, cosas del fútbol, cuando el United salía desbocado de los vestuarios para buscar la remontada, estuvo a punto de llegar el segundo de los amarillos. Una jugada de patio de colegio, con rechaces, imprecisiones y la pelota merodeando peligrosamente por la portería de David de Gea. Salió cruz. La pelota no entró y el Untied empezó un asedio a la portería de Rulli que no pararía hasta que Cavani hiciese el empate. El delantero uruguayo aprovechaba un rechace del portero, después de una falta lateral, para marcar a placer.

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Apenas era el minuto 55. El United se lo acabó de creer mientras el Villarreal decidía encerrarse atrás y resistir con uñas y dientes. El equipo de Solksjaer tenía vía libre para acercarse al área y buscó el gol con numerosos centros y remates lejanos. La más clara, un cabezazo de Cavani que fue directamente a la zona donde estaba el portero. Unai Emery, consciente del desgaste de los suyos, intentó dar oxígeno gestionando todos los cambios en la segunda parte. En cambio, el técnico del United no hizo ni uno durante los 90 minutos. Y no fue hasta muy entrada la prórroga, en el minuto 100, que hacía el primer recambio.

Emery, el gran especialista en finales de la Europa League, sabía bien lo que se hacía. El entrenador vasco había jugado cuatro y las había ganado todas. Él sabía perfectamente el camino que tenía que seguir el Villarreal para lograr la gloria.

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Pensando en los once metros

La mala gestión del banquillo hecha por Solksjaer permitió que el Villarreal tuviera mucha más presencia en el área durante la prórroga. En cambio, el United desapareció, exhausto, fiándolo todo a alguna acción aislada. La ocasión más clara de los amarillos fue una pelota interior para Alberto Moreno que remató con toda la rabia del mundo pero sin puntería. La segunda parte de la prórroga tendría el mismo guion y el mismo final. Con el asterisco de que Solksjaer, que se veía acabar la prórroga, hizo todos los cambios de golpe pensando en los mejores lanzadores desde los once metros.

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La final, un partido que había estado tan al alcance del Villarreal como del United, se decidiría a cara o cruz. A los amarillos les salió cara.