Qué es el feminismo, en pocas palabras
Es octubre del año 2025. Estamos en el siglo XXI y en estas alturas de la vida todavía hay quien no tiene claro qué es el feminismo. A mí me lo preguntan a menudo. El otro día en un almuerzo, alguien que me acababa de conocer, al saber de mi trayectoria, me lanzó la pregunta como diciendo "a ver cómo lo logras". Me sorprendió el tono, pero no era la primera vez que me encontraba en una situación similar y sé que no será la última. Y en algunas publicaciones de Instagram también se me pide que lo explique, como en ese vídeo que compartimos Imma Sust y yo sobre la sección feminista que hacemos los miércoles en Las tardes de Catalunya Ràdio ("El tutorial de las señoras como es debido") y en los comentarios nos lo escribían: "¡Hay que explicarlo para que se entienda!". Y de vez en cuando también me lo preguntan con curiosidad sincera: "¿Pero tú qué consideras que es el feminismo?". Y, sinceramente, flipo.
¿Alguien se pregunta qué es el antiracismo? ¿O el pacifismo? ¿O qué se defiende el día del Orgullo? No. Pero cuando toca hablar de feminismo, ay, todo son dudas y cuestionamientos. Porque, claro, del feminismo se puede cuestionar todo. Incluso el nombre. ¿Por qué feminismo? Eh, eh, eh. Se debería llamar "igualitarismo", sugiere... ¡un hombre! Un hombre que olvida el trabajo de tantas mujeres que dieron el cuerpo, la cara y la vida por el movimiento, por allí en el siglo XIX, y que decidieron el nombre que les pareció bien. Pero todo sea por cuestionar en lugar de añadirse al carro de la justicia social.
Para mí es sencillo. El feminismo es un movimiento de defensa de los derechos civiles que busca la igualdad entre hombres y mujeres. Y punto. Sí, sí, y punto. No entiendo la complicación y la complejidad ni por qué tanta gente se lo pregunta. Ni entiendo por qué no se entiende. Otra cosa es que no guste que las mujeres pidamos tener los mismos derechos que los hombres. Esto es ya más comprensible, aunque, evidentemente, no lo comparta. Porque implica que los hombres deben perder el monopolio del poder, por ejemplo. Y compartir el poder no agrada. Al igual que no gusta admitir que ya no eres el único que haces lo que sea. Hace poco veía un vídeo donde una mujer que se dedica al campesinado explicaba que cuando va a comprar una máquina para trabajar la tierra nunca nadie se plantea que sea ella la que tenga que utilizarla.
Repito, estamos en el siglo XXI, y en las noticias dicen que una nueva tripulación viajará hasta la Luna, pero en el planeta Tierra hay cosas que avanzan demasiado despacio. En la foto de la tripulación que se ha hecho pública se encuentra una mujer. Hemos avanzado. Pero hay tres varones. Siempre estamos igual, cuota de mínimos, un 25% y no se quejan de que en 1969 no había ni una.
El feminismo es el movimiento que ha hecho posible que en esta foto aparezca la astronauta e ingeniera Christina Hammock Koch, y el patriarcado es el sistema que provoca que todavía esté en minoría. Uno libera y el otro oprime. ¿Cuál eliges tú? Yo lo tengo clarísimo.