Reichel Delgado: «Estoy muy orgullosa de haber elegido a Laura Escanes para presentar 'La travessa'»

BarcelonaReichel Delgado ha nacido en Extremadura, pero lleva años trabajando en Catalunya como directora de casting, coach de actores –tanto adultos como niños–y coach de presentadores. Asegura que la profesión de directora de casting ahora comienza a ser valorada –"los primeros ojos de una producción son los de los directores de casting", reivindica Delgado, que forma parte de la asociación de directores de casting de España– pero, en cambio, la de asesora de presentadores es todavía muy desconocida. Energética y muy charlatán, asegura que el trabajo de coach de presentadores, a la que se dedican pocos profesionales, es "muy necesaria". Su cartera de clientes famosos es casi interminable: desde Juliana Canet a Andreu Buenafuente, pasando por Jordi Évole y los hermanos Torres.

Qué hace un coach de presentadores?

— Mira, normalmente te llama el propio presentador o la productora y puedes encontrarte con casos muy diversos. Por ejemplo, puede que sea para ayudar a una persona que será la primera vez que saldrá en televisión y se le debe enseñar cómo estar delante de la cámara en función del programa que presentará. O puede que tengas que ayudar a un presentador que cambia de registro porque pasa de hacer informativos a entretenimiento. Estos cambios deben trabajarse porque no es lo mismo hacer un telediario que hacer un programa de entretenimiento, que es un cajón muy grande donde puede haber desde un reality hasta un concurso. O gente que está en la radio y da el salto a la televisión: cambia la forma de hablar y la manera de sentarse, por ejemplo. O influenciadores que hacen televisión: no es lo mismo hacer un vídeo de YouTube o grabarte con el móvil que estar delante de una cámara y con un equipo. También hay gente que quiere aprender a hacer bien los vídeos de YouTube o TikTok. También hay una parte importante del trabajo que es dar confianza y seguridad a la persona, y por eso debes encontrar los puntos fuertes de cada uno. Tienes que frotar la lámpara mágica para que brille.

¿Todo el mundo puede ser presentador o se necesitan unas características muy determinadas?

— En esta vida todo el mundo puede hacer de todo siempre, y de todo puedes sacar provecho. Hay gente que tiene un talento innato y comunica soberbio, pero, aun así, hay que pulir y trabajar.

Antes hablabas de presentadores que dan el paso de informativos a entretenimiento, que es el caso de Xavi Coral cuando presentó Viernes. Tú lo preparaste para realizar el cambio. ¿Cómo fue la experiencia?

— Es una esponja. Cuando te dicen "Tienes que hacer de coach a Xavi Coral" piensas: "Cómo le he de hacer de coach, si lleva años en la tele? Debería hacerme de coach a mí!" Pero es verdad que él no estaba acostumbrado al registro del entretenimiento. Trabajar con él fue muy fácil. Al principio del programa hicimos un intensivo con todo el equipo que tenía que salir en pantalla y luego yo ya me quedé con Xavi. Tenemos muy buen recuerdo el uno del otro. Yo creo que ahora, que él vuelve a hacer informativos, presenta.

¿Hay presentadores con los que trabajas de forma recurrente? ¿Te llaman para pedirte hacer una puesta a punto?

— Sí, a veces ocurre y me encanta. Y no es sólo que me llamen ellos, sino que a veces les llamo yo. Los sigo y cuando veo que hay algo que hacen mal, les llamo. Son como mis niños. Si cambian de programa, muchas veces me llaman.

Qué estudiaste para llegar a ser coach de presentadores?

— Estudié interpretación, canto y baile, entre otras muchas cosas, y empecé a trabajar en Antena 3. A través de un compañero de trabajo conocí a Montse Abad, que en ese momento trabajaba en El Terrat. Y, a partir de ahí, empecé a trabajar con ellos. Siempre decía que quería que todos los conocimientos que tenía sirvieran para ayudar a la otra gente a brillar. También soy coach certificada, así que hago mucho trabajo de trabajo interno de las personas con las que trabajo: muchas veces estás encogido por cosas que te pasan por dentro. Lo hago con actores, presentadores, pero también con personas que deben hacer una ponencia. También son conocimientos que me sirven para cuando hago castings de actores, un trabajo en el que la intuición es la base.

Los complejos físicos son una de las cosas que más es necesario trabajar cuando se trabaja de coach?

— Yo lo dejaría en complejos en general y en "lo que dirán". Muchas veces es más de lo que sabes cómo hacer las cosas. Tienes una caja de herramientas y no sabes cómo utilizarlas. Hago un estudio previo de las personas con las que trabajo, para ver qué creo que les falta. Muchas veces, son ellos quienes me dicen lo que les falta o lo que creen que ya tienen.

Uno de los últimos proyectos que has realizado es La travesía de 3Cat. ¿Qué trabajo has realizado en el programa?

— Soy la directora de casting de las tres temporadas del programa [la tercera se está grabando ahora]. Estoy muy orgullosa del trabajo que hemos hecho, los concursantes son muy buenas gentes y nos han dado unos programas maravillosos. Es un trabajo porque recibimos 1.500 vídeos: yo me los miro todos y voy seleccionando hasta que hagamos el casting presencial con 50 parejas.

¿Sólo haces el casting de concursantes o también hiciste el de la presentadora? ¿Quién eligió a Laura Escanes?

— ¡A Laura Escanes la encontré yo! Fue curioso porque cuando empezamos a trabajar con los productores estaba bastante claro que queríamos una mujer para presentar el programa y existía la idea de que fuera alguien a quien debíamos sacar del contexto habitual. Traje una lista de propuestas, entre las que había opciones más clásicas. Entonces dije a mis compañeros: "Bueno, ahora se sienta porque le diré un nombre que le flipará: Laura Escanes".

¿Crees que el tiempo te ha dado la razón?

— Sí, me ha dado la razón, ¡ahora presenta las campanadas de Año Nuevo! Estoy muy orgullosa de haberla elegido para La travesía y que los productores y la cadena confiaran en ellos.

Otro presentador con el que has trabajado es Robert Leal, al que ayudaste cuando se puso al frente deOperación Triunfo.

— A Roberto ya le conocía de un programa de La 1 que se llamaba Hotel romántico. Pocos meses después de ese programa, le propusieron hacer Operación Triunfo. Venía de hacer España directo y hicimos sesiones para cambiar de registro. Operación Triunfo volvía después de una parada muy larga ya él se le compararía con los presentadores anteriores. Es un programa con público que está al 200% y el presentador debe animar la fiesta: la forma de hablar y de proyectar la voz no es la misma que en otro programa. El presentador también debe estar al 200%, el "cruza la pasarela" tienes que decirlo con convicción y alegría. Todo esto lo trabajamos juntos.

¿Crees que aprender a comunicar bien es una asignatura pendiente que tenemos en general?

— 100%. En las escuelas debería haber una asignatura en la que te enseñaran a hablar en público. Parece una parida, pero no lo es. A mí me llega gente mayor que no sabe hacerlo. Argentinos, italianos y estadounidenses están superacostumbrados a hablar en público. Saber hablar en público, desinhibirse y perder el miedo está poco valorado, pero es muy necesario. Es que, si no, poco a poco vas metiendo cosas en la mochila que después son muy difíciles de sacarte de encima. ¿Qué problema existe para hablar en público? ¿Qué miedo tenemos? No estás hablando delante de un león que te amenace con las garras, que sí daría miedo. Debemos enfrentarnos a este miedo y buscar la razón. Mira, yo gesticulo mucho y eso se supone que en comunicación está mal, pero soy así y lo asumo. A mí lo que me gusta es buscar la esencia real de la gente: buscando tu esencia y utilizando el humor es cuando puedes comunicar bien.