El alquiler por habitaciones, mejor opción que la residencia de estudiantes a pesar del aumento de precios
La elevada oferta de esta modalidad frena el incremento del coste de compartir piso
BarcelonaPese al alza continuada del precio del alquiler en Barcelona, que encadena máximos históricos desde hace meses, la elevada oferta de habitaciones hace que compartir piso sea la vía de emancipación más viable económicamente respecto a otras opciones como las residencias de estudiantes, los colegios mayores o el coliving.
Esto se explica porque el incremento de precios del mercado de alquiler, si bien complica el arrendamiento de una vivienda entera, no ha afectado a la oferta de habitaciones en el mercado, que ha experimentado un fuerte crecimiento en los últimos meses. En el último año, la oferta de habitaciones disponibles en la capital catalana se ha incrementado un 63%, cifra que contrasta con Madrid, donde el aumento del número de habitaciones de alquiler ha sido de solo el 10%, según datos de Idealista.
Al mismo tiempo, Barcelona sigue siendo la ciudad del Estado con los alquileres de habitaciones más caros de España, con una media de 485 euros mensuales –35 euros más que en la capital del Estado–, según el mismo portal. En el último año, el precio medio por habitación ha subido un 8% en la Ciudad Condal, frente al 3% estatal.
"La oferta de alquiler tradicional que se reduce se dirige en parte al mercado turístico, también al mercado de corta duración. Y cada vez hay más propietarios que en vez de poner la vivienda a la venta la trasladan al mercado de alquiler compartido", explica en declaraciones al ARA el jefe de estudios y portavoz de Pisos.com, Ferran Font. Este portal sitúa la media barcelonesa por encima de los 600 euros.
Más 'erasmus' en el mercado de alquiler
De hecho, según datos recogidos por la plataforma de alquileres de media y larga duración Spotahome, la habitación en un piso compartido puede llegar a salir un 60% más barata que otras opciones, como las residencias y colegios mayores universitarios, que se diferencian por el hecho de que estos últimos están adscritos a un determinado centro. Esta start-up gestionó el año pasado 60.000 alquileres en 100 ciudades de Europa a través de internet, 10.000 de ellos en Barcelona.
"Lo que estamos viendo en Barcelona es que es una de las ciudades en las que más aumentan los precios del alquiler en comparación con el resto de ciudades europeas donde tenemos presencia", explica el responsable de operaciones y negocios de Spotahome, Eduardo Garbayo.
Una de las tendencias que destaca Garbayo es que el aumento de la demanda para alquilar pisos y habitaciones que viene de fuera de Barcelona, que ha pasado de 70% al 85% en el último año, sobre todo por inquilinos internacionales y erasmus. "Un piso compartido te permite conectar más con la ciudad, ya que están en zonas más céntricas, mientras que una residencia te conecta más con la comunidad de estudiantes, y están más alejadas de centro", añade.
Las residencias, ligeramente más caras
La alternativa más habitual para vivir de forma temporal en la gran ciudad, como Barcelona, para muchos estudiantes de comarcas, es la residencia de estudiantes. El precio medio de esta opción no suele bajar de los 750 euros mensuales sin incluir la media pensión o la pensión completa, que pueden aumentar fácilmente el gasto mensual por encima de los 1.000 euros, según la plataforma online de alquiler para jóvenes Live4life . En el caso de los colegios mayores, el precio puede superar los 1.500 euros mensuales.
En este sentido, según datos de Spotahome, en la capital catalana los colegios mayores cuestan entre 1.000 y 1.500 euros mensuales de media, las residencias entre 800 y 1.100 euros y las habitaciones en pisos compartidos suben hasta los 600 euros.
Paralelamente, ante la actual tensión del mercado de la vivienda, el sector inmobiliario está apostando por el negocio del coliving, que es más rentable que el alquiler tradicional y que sigue también con precios por encima del alquiler por habitaciones porque ofrece lo mismo que las residencias pero a un público ocupado y con mayor poder adquisitivo, como los nómadas digitales.