El Banco de España cierra el año con una revisión al alza del crecimiento en 2025 y 2026

MadridLos analistas del Banco de España se van de vacaciones de Navidad dejando un sabor dulce de boca en lo que se refiere al crecimiento económico del Estado. En línea con el resto de organismos internacionales, y también del gobierno español, el ente supervisor prevé que la economía española crezca más de lo previsto este 2025 (un 2,9%), pero también en 2026 y 2027. Y que lo haga con fuerza. De este modo, de cara al próximo año estima un rebote del producto interior bruto (PIB, el indicador que sirve para medir el tamaño de una economía) de un 2,2%, mientras que en 2027 lo sitúa en un 1,9%, tal y como se recoge en las proyecciones macroeconómicas publicadas este martes. Se trata de una revisión al alza de cuatro y dos décimas respectivamente en comparación con las proyecciones del pasado mes de septiembre.

Tras el optimismo que insuflan las proyecciones macroeconómicas, en particular las del 2026, hay un efecto de vientos de cola del 2025: como la economía española cerrará el año mejor de lo previsto, esto se notará en el arranque de lo que viene. De hecho, de cara al cuarto trimestre el Banco de España prevé que el PIB crezca de forma "robusta" entre un 0,6 y un 0,7%.

En cuanto al ejercicio actual, en la mejora del crecimiento del PIB ha jugado a favor la revisión al alza de los datos macroeconómicos de contabilidad nacional –los datos del INE– correspondientes a los últimos meses. También un mayor dinamismo del consumo privado de las familias por la buena marcha del mercado laboral y la facilidad para acceder a crédito frente a la relajación de las condiciones financieras. Por último, ha jugado a favor un comportamiento "más positivo" de las exportaciones de servicios no turísticos (por ejemplo, servicios de consultoría), lo que contrasta con el comportamiento débil de las exportaciones de bienes en los últimos meses, coincidiendo con la entrada en vigor de los aranceles de Donald Trump. De hecho, estas exportaciones han supuesto el Talón de Aquiles de la economía española en el tercer trimestre del año. A largo plazo, el consumo de las familias y la inversión privada seguirán marcando la pauta del crecimiento económico en el Estado.