Farmacia

El boom de beneficios para las farmacéuticas por la vacuna del covid

Las cinco grandes responsables de las vacunas han ganado hasta septiembre 16.000 millones de euros más que en todo 2019

BarcelonaCuando apenas empezaba el 2020 la existencia de empresas como BioNTech o Moderna era desconocida para la mayoría de los mortales. También se desconocía entonces la importancia que cobrarían gigantes farmacéuticos como Pfizer, Johnson & Johnson o AstraZeneca en nuestra vida cotidiana para hacer frente a la pandemia que se declaró oficialmente el 11 de marzo del 2020. 

Los datos son conocidos. Además del colapso temporal de la economía propiciado por los confinamientos en todo el mundo, en 2020 como mínimo 1,8 millones de personas murieron a todo el planeta por complicaciones relacionadas con el coronavirus. Durante el 2021, marcado por las variantes delta y ómicron y por hasta cuatro oleadas más, esta cifra se ha disparado hasta los 5,4 millones de defunciones. El impacto, sin embargo, habría sido mucho peor si no hubiera sido por las vacunas contra la enfermedad. Estos adelantos, que provocaron una euforia bursátil pocas veces vista cuando en noviembre del 2020 Moderna y Pfizer anunciaban su efectividad, han supuesto un antes y un después en la letalidad del virus en los países con mayores índices de vacunación y han tenido un impacto no menos importante en las empresas que los hicieron posibles.

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Si nos centramos en las cinco empresas que desarrollaron vacunas, nos encontramos con que dos de ellas, BioNTech y Moderna, las más pequeñas, acumularon pérdidas millonarias durante 2019, el último antes de la pandemia, en un fenómeno habitual en las biotecnológicas que se encuentran en una fase temprana y hacen investigación y desarrollo. Entre las cinco, sin embargo, acumularon ganancias de más de 28.000 millones de euros (ver gráfico) con un papel clave de Pfizer y Johnson & Johnson, dos de las compañías más grandes del planeta. 

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En 2020, mientras se ultimaba el lanzamiento de las vacunas, este selecto grupo de farmacéuticas y biotecnológicas vio cómo sus beneficios conjuntos caían a los 22.000 millones, un descenso interanual del 23%. Aquel año, sin embargo, BioNTech consiguió los números rojos que según los registros la habían acompañado siempre, hecho normal teniendo en cuenta que antes de la pandemia no tenía productos a la venta.

Nueve meses de ganancias

El verdadero boom de resultados se ha vivido este año. Biontech, por ejemplo, los ha mejorado en 475 veces, con la coletilla de que todavía falta conocer el crecimiento del cuarto trimestre. En solo nueve meses, Moderna ha cambiado las pérdidas del 2019 y el 2020 (más de mil millones en conjunto) por unas ganancias de más de 6.400 millones. Y Pfizer y Johnson & Johnson (la empresa que comercializa la vacuna de Janssen) también llevan ritmo de récord. Solo AstraZeneca, con la vacuna que ha sido más cuestionada por sus efectos secundarios, escapa al clima de euforia de este grupo, que en conjunto y en solo tres trimestres acumula beneficios de 44.000 millones este año. 

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Estas cifras ponen sobre la mesa el viejo debate del sector farmacéutico sobre la legitimidad de su negocio. La patronal española, Farmaindustria, ha recordado a menudo que estudios como el de la universidad norteamericana de Tufts fijan en 2.400 millones el precio que tiene llevar un medicamento al mercado. Para hacerlo, hacen falta entre 10 y 12 años y además se calcula que solo una de cada 10.000 moléculas que se investigan acaba llegando al mercado.

Esto lo ha sufrido especialmente un sector que durante los 80 y los 90 vivía días de gloria pero que hoy ve como las grandes necesidades médicas –y en consecuencia los medicamentos que potencialmente llegan a más consumidores– ya están atendidas. Tanto es así que la mayoría de patentes de enfermedades comunes han expirado y se ha abierto la puerta a la competencia de los genéricos, mucho más baratos y mucho menos rentables. 

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Aun así, el sector es blanco de críticas por la escasa transparencia con su política de precios, especialmente en su relación con los gobiernos. Esto ha sido uno de los factores polémicos que han rodeado las vacunas del covid, que han tenido contratos presumiblemente millonarios –pero secretos–. 

La huella española

El boom económico de las vacunas contra el covid ha dejado en España su huella. La gran ganadora es Rovi, que ha logrado un año redondo que culminó con su entrada en el Íbex-35 la semana pasada. Rovi llegó a un acuerdo para producir la vacuna de Moderna y este año ha duplicado sus beneficios hasta los 99 millones en los nueve primeros meses del año. 

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Menos suerte ha tenido la catalana Reig Jofre. La farmacéutica firmó con Johnson & Johnson para hacer la formulación, llenado y envasado del inyectable de Janssen en una planta en la que había invertido 10,9 millones. A pesar de que la producción tenía que iniciarse en junio, todavía no ha empezado, sin que la empresa explique las razones, y ha visto cómo las ganancias del covid, por ahora, le pasan de largo.