La recuperación pos-covid

La Cambra augura un crecimiento del PIB catalán del 12% hasta 2022, uno de los más altos de Europa

La entidad mantiene que lo único que puede frenar este crecimiento son los rebrotes y las restricciones al turismo

BarcelonaEl archivo que acumula la cincuentena de memorias económicas que ha hecho la Cambra de Comerç de Barcelona incorpora este año el balance económico “más negativo” hasta ahora. Este viernes la entidad presentaba la radiografía de 2020, que muestra que Catalunya ha registrado la caída del PIB más intensa entre los principales países europeos (-11,6%), de casi el doble de la media en la zona euro (-6,6%). Aun así, los diversos responsables de elaborar esta memoria se han mostrado convencidos de que al otro lado de la balanza hay una recuperación tan pronunciada que colocará a Catalunya entre las economías que más crezcan entre este año y el siguiente. La única reserva es el efecto que puedan tener los rebrotes de covid-19 de los últimos días y las recomendaciones de no viajar a Catalunya de los principales mercados emisores de turismo. 

Porque, precisamente, uno de los factores que explican que la pandemia haya afectado de manera tan contundente a Catalunya es la importancia del turismo extranjero en su economía. Esto y "el inferior volumen de ayudas que se han concedido a las empresas de este país”, ha sintetizado Mònica Roca i Aparici, presidenta de la Cambra de Comerç de Barcelona. 

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A pesar de todo, la directora de esta memoria económica, Carme Poveda, ha explicado que aunque de cara a este año prevén que el PIB se mantenga cinco puntos por debajo del de antes de la pandemia, si se acumula al comportamiento que se espera para 2022, Catalunya será de las economías que más crecerán dentro de la zona euro. La que más la hará será la española, seguida de Irlanda y después de Catalunya. Cuentan, sin embargo, que uno de los factores que tendrían que hacer mejorar la situación es que en verano se vaya restaurado la movilidad entre países. “Todavía no sabemos cómo afectarán la variante delta ni las restricciones que están poniendo otros países”, ha admitido Poveda. “Se tiene que ver cómo será este verano”, ha añadido.

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Lo que prevén sus cálculos más optimistas es que este año se recupere la mitad del gasto turístico del 2019 (7.000 millones de euros) y que a esto se sume la parte de los fondos europeos Next Generation que estiman que tocará a Catalunya (3.000 millones de euros) y parte del ahorro acumulado durante el año de la pandemia (3.500 millones de euros). En total, pues, esperan una inyección de 13.500 millones de euros al consumo. “Si se cumplen estas previsiones podría ser que la economía acabe creciendo más del 6% que habíamos estimado [para el 2021]”, ha concluido la directora de la memoria.

Apuesta por la industria

Más allá de los vaticinios macroeconómicos, la Cambra también lo ha aprovechado para aconsejar que esta recuperación apueste por modernizar la industria, que es uno de los grandes puntos fuertes de la economía catalana. Se basan en los datos que muestran que las exportaciones ya han recuperado los niveles de antes de la pandemia, que el número de empresas exportadoras regulares ha caído poco y que la industria se mantiene como el principal sector al que va dirigida la inversión extranjera: la media de los últimos 4 años indica que acumula el 37%. A esto se le tiene que sumar que el año pasado la inversión extranjera en TIC se multiplicó por 3,5. “Estos dos tipos de inversión serán la clave para crear una economía productiva que ofrezca puestos de trabajo de calidad en el futuro”, ha asegurado Poveda. 

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Oriol Amat, catedrático de economía financiera de la Universitat Pompeu Fabra, ha añadido a toda esta visión el análisis de la situación de las empresas después de estos meses de pandemia. En resumen, a pesar de lamentar que la crisis del covid haya devuelto a Catalunya a la situación de destrucción de empresas que había conseguido dejar atrás en 2014 y a una caída de la actividad que se ha acabado transformando en pérdida de la productividad, este experto considera que en general las empresas han mantenido su solidez. “La empresa catalana estaba capitalizada y tenía una situación financiera más fuerte para hacer frente al covid”, ha concluido Amat. Sobre todo en comparación a la crisis de 2008, que las cogió muy endeudadas y con una situación financiera muy débil.