Comercio

El pequeño comercio, en pie de guerra frente a la reducción de la jornada laboral

Una encuesta de Pimec Comerç concluye que la medida pone en riesgo la viabilidad de los establecimientos de proximidad

Pese a que el ministerio de Trabajo está decidido a hacer efectiva la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales el próximo año, las negociaciones con la patronal siguen atascadas. El gobierno español tiene prisa por llegar a un acuerdo y ha hecho una última oferta: hasta 6.000 euros de ayudas a las micropymes y el 11 de noviembre como fecha límite para llegar a un acuerdo con sindicatos y empresarios. Sin embargo, mientras cada sector dice la suya, y el del comercio –sobre todo el pequeño comercio– se opone frontalmente a esta reducción. La sectorial de Comercio de la patronal Pimec concluye, a partir de una encuesta a sus socios, que esta propuesta "pondría en riesgo la viabilidad de más de la mitad de los establecimientos de proximidad".

A Mireia Anglada (nombre ficticio), que tiene una pequeña floristería con dos trabajadores, una reducción de la jornada laboral le supondría un problema. Para cumplir esta medida tiene dos opciones: contratar a una tercera persona como mínimo a media jornada para mantener las ventas pero aumentando los gastos de personal, o bien no contratar a nadie y, por tanto, vender menos. En ambos casos, el negocio de Mireia saldrá perdiendo. Esta situación puede extrapolarse a cualquier pequeño comercio, local y de barrio, que a menudo no tiene más de cinco empleados y que hace malabarismos para sobrevivir frente a la competencia de las grandes superficies.

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La encuesta de Pimec Comerç, en la que han participado más de 340 establecimientos, pone datos a esta situación: hasta el 67% de los comercios encuestados creen que necesitarían contratar "al menos a una persona a tiempo parcial" si se pusiera en práctica la reducción de la jornada, y el 12% creen que necesitarían "una o dos". En la mayor parte de los casos, deberían "reorganizar de forma sustancial la plantilla para mantener la calidad del servicio y el índice de productividad". Además, el 77 por ciento de los participantes coinciden con "la necesaria flexibilización y adaptación de la medida, teniendo en cuenta la realidad de cada sector y la dimensión de las empresas".

El presidente de la sectorial, Antoni Torres, asegura en declaraciones al ARA que "la gran preocupación es que una normativa rígida en este aspecto podría impactar negativamente en la viabilidad de las pymes, así como en su competitividad y sostenibilidad a largo plazo". En palabras de Torres: "Es necesario recordar que esta medida está favoreciendo a todos los que tienen estructura de costes de personal baja –como grandes superficies o los negocios que pueden automatizar los procesos–, pero nuestras calles se sostienen gracias a los comercios pequeños, los de calle, que son los que cuidan a los barrios y cuidan a la gente", apunta. "Esto acaba llevando a un plan de desigualdad y quien sale ganando es la competencia del pequeño comercio, las grandes superficies", asegura.

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Encontrar personal cualificado, el gran reto

La falta de trabajadores cualificados es una de las principales preocupaciones del sector: ya es bien sabido que no se encuentran pescaderos, carniceros, floristas, carpinteros y un largo etcétera de oficios que cada vez escasean más. En este sentido, la puesta en práctica de la reducción de la jornada laboral "acentuará la problemática de la dificultad para encontrar personal cualificado", según la encuesta de Pimec, que concluye que el 62% de los encuestados afirma que actualmente ya tiene problemas para cubrir vacantes de trabajadores y, de éstos, el 51% indican que el principal motivo de este hecho es el horario de trabajo. Esta situación es especialmente relevante en la restauración, hostelería y comercio, donde los horarios pueden ser más extensos o irregulares. "Si ya existen dificultades para encontrar personal, cualquier cambio que incremente la necesidad de trabajadores aumenta aún más esa presión", dice el informe.

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Torres considera que rebajar la jornada laboral es "sólo un parche": "Los problemas en el mercado de trabajo son, sobre todo, el absentismo y la baja productividad. Esto es estructural y es lo que hay que solucionar primero", asegura. En cuanto a las ayudas de 6.000 euros que ofrece el ministerio para convencer al empresariado, Torres no lo ve claro: "Está muy bien, pero vuelve a ser un parche. Cuántas veces nos darán ese dinero, cuánto tiempo y para hacer ¿qué?, ¿para hacer contratos indefinidos? Es pan para hoy y hambre para mañana", asegura. Según el presidente de Pimec Comerç, lo que hace falta es "pensar en pequeño": "No se puede aplicar lo mismo a la pyme que a una gran empresa, es un gran problema", afirma.