¡Eureka!

El creador de los Cheetos: un mecánico visionario, vegetariano y fundador de Disneyland

Charles Elmer Doolin pagó 100 dólares por la receta de donde salió la marca que hoy Matutano comercializa en Cataluña

05/11/2025

En 1955, en el corazón del nuevo Disneyland de Anaheim, en California, Frito Kid saludaba a los visitantes. Estaba hecho de madera y exhibía un gran sombrero de vaquero en la cabeza. Los ojos, siempre abiertos como platos. En boca, una sonrisa gigante. Cuando alguien insertaba una moneda, el muñeco se activaba, se lamía los labios y liberaba una bolsa de Fritos que bajaba deslizándose por una rampa. "Deeeeelicious Fritos", escupía con voz infantil a través de un altavoz ronco. "Acabados de salir de la mina!", añadía en inglés.

Frito Kid era el reclamo más llamativo de la Casa de Fritos, uno de los primeros restaurantes del parque y orgullo de uno de los inversores fundacionales del nuevo Disneyland. En la carta se servían platos mexicanos rápidos y económicos, acompañados de unas patatas de maíz fritas y crujientes llamadas Fritos, muy populares en Estados Unidos. Detrás del producto –y del restaurante– estaba un personaje singular: Charles Elmer Doolin, un antiguo mecánico obsesionado con el maíz, vegetariano radical y empresario visionario. No sólo había sido capaz de transformar una receta casera en un fenómeno nacional, sino que en su currículo también figuraba la invención de los Cheetos, una de las marcas primordiales que Matutano comercializa hoy en Catalunya. ¿Cómo lo hizo para crear su propio imperio?

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Una inversión de 100 dólares

Los clientes del restaurante podían leer la historia de Charles Elmer Doolin en la misma carta que los repartían en la mesa. Al pie, un par de párrafos resumían las peripecias del joven tejano. Había nacido en 1903 en Kansas City, en el seno de una familia apasionada por la mecánica. Su padre, ingeniero e inventor, le había enseñado a desmontar motores y redactar patentes, y de joven había trabajado en el taller familiar de reparación de coches y neumáticos. Más adelante, ya instalado en San Antonio, Doolin regentaba una pequeña tienda de golosinas, la Highland Park Confectionery, donde vendía helados, caramelos y galletas. Pero la competencia era feroz y los helados ya no se vendían como antes. Quería ofrecer algo nuevo. Un producto económico, gustoso y que no se fundiera con el calor.

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En 1932 entró a comer en una cafetería de San Antonio y salió con una receta que cambiaría su vida. Con 100 dólares prestados por su madre, acababa de comprar la fórmula de una especie de galletas de maíz fritas que le habían servido de aperitivo. Le habían encantado y sabía que podían agradar a muchas personas más. Esa misma noche, en la cocina de casa, él, su madre y su hermano empezaron a producir con bolsas de cinco céntimos que empezaron a repartir por el barrio.

El producto era sencillo, pero también inconfundible: era crujiente, salado y tenía el sabor intenso del maíz frito. Con el nombre de Fritos, pronto se hicieron famosos en toda la ciudad. Doolin patentó una máquina para aumentar la producción y trasladó a la empresa a Dallas, donde en pocos años ya tenía varias plantas, una red de franquicias y un laboratorio de investigación propio. El mecánico se había convertido en empresario y ya no arreglaba motores: fabricaba entonces fabricabasnacksy cultivaba variedades propias de maíz en granjas experimentales repartidas por todo Texas. Sus biografías explican que también era vegetariano y que apenas comía fritas, sal ni grasas. Tampoco los de sus productos.

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De los Fritos a los Cheetos

El invento de los Fritos fue sólo el comienzo. A base de experimentos caseros, Doolin se topó con una nueva fórmula: un palito de maíz frito y cubierto con polvo de queso. Lo bautizó como Cheeto, y lo lanzó en 1948. El éxito fue inmediato, pero la pequeña empresa familiar no podía abastecer a todo el país. Esto le llevó a aliarse con Herman Lay, otro pionero de los snacks, con quien en 1961 acabaría fundando Frito-Lay. Dos décadas después de esa compra por 100 dólares, su empresa ya facturaba millones, tenía plantas de producción en todos Estados Unidos y empezaba a expandirse en el extranjero. En 1965, ya sin Doolin, fallecido en 1959, Frito-Lay se fusionó con Pepsi-Cola para formar el gigante alimentario PepsiCo.

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Hoy los Cheetos están presentes en medio mundo y en Cataluña se venden bajo la marca Matutano, dentro del universo gigantesco de PepsiCo. Se realizan ediciones especiales, sabores temporales, colaboraciones con marcas de todo tipo y formatos para todos los gustos.

Las fechas clave
  • 1903

    Nace Charles Elmer Doolin en Kansas City, en una familia de inventores y mecánicos

  • 1932

    Compra por 100 dólares la receta de unas galletas de maíz fritas en una cafetería de San Antonio y comienza a producirlas con su familia. Nacen los Fritos

  • 1933

    Patenta una prensa industrial y escala su producción. Traslada la empresa a Dallas

  • 1948

    Inventa los Cheetos: palillos de maíz fritos cubiertos con polvo de queso

  • 1955

    Inaugura la Casa de Fritos en Disneyland de Anaheim (California), con Frito Kid como reclamo

  • 1959

    Muere Doolin de un ataque al corazón, con la empresa en pleno auge nacional

  • 1961

    Fritos se fusiona con HW Lay y nace la marca Frito-Lay

  • 1965

    Frito-Lay se fusiona con Pepsi-Cola y se crea el grupo PepsiCo

  • 2025

    Los Cheetos se venden en todo el mundo y, en Cataluña, se comercializan bajo la marca Matutano