Consultorio laboral

Así debes encarar tu síndrome del impostor

Alexandra Masó te ayuda a afrontar las dudas sobrevenidas sobre tu capacidad profesional

Después de 20 años trabajando he recibido un ascenso y desde hace unos meses tengo síndrome del impostor. Creo que no estoy a la altura y no trabajo bien. ¿Qué me recomiendas?

Quique, Barcelona

Raramente un síndrome del impostor responde a que no trabajes bien. Habitualmente se da porque o bien estás intentando actuar como tu predecesor, o bien estás haciendo lo que crees que se espera de ti, en vez de hacer lo que tú sabes y quieres hacer. Sea como sea, debes hacerte tuyo este puesto de trabajo; debes crear tu nuevo cargo.

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Tanto tu equipo como la dirección confían en que hagas el trabajo. Ahora bien, cómo lo hagas es cosa tuya. Por tanto, lo primero es definir tu valor. Y sí, tienes unas virtudes que te hacen diferente y único, todos tenemos. Pregúntate lo siguiente: ¿qué beneficios aporta mi forma de hacer a la empresa? ¿Cómo ayudo al resto del equipo a realizar el trabajo? Piensa en tus habilidades. Cosas como razonamiento objetivo, dinamización de grupos o capacidad de organización. También incluye las competencias o talentos que has adquirido en estos 20 años: análisis financiero, Excel, etc. No deben ser grandes hazañas, pero asegúrate de incluir aquellas cosas que realmente te definen a ti y tu forma de hacer.

Ahora te toca imaginar cómo será tu cargo y tu día a día si potencias y mantienes estas características. Piensa en qué tareas clave debes realizar tú. No anotes todo lo que haces en un día, solo aquellas tareas que hacen funcionar al equipo y que distinguen tu trabajo. Si eres bueno en hojas de Excel, imagínate integrándolas en la tarea diaria. Si eres buen dinamizador de equipos, introduce el trabajo por proyectos. Dicho de otro modo, hazte tu nueva plaza.

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Por supuesto que cuando hayas descrito tu perfil, seguirás viendo que tienes carencias; todo el mundo las tiene. Es más, reconocer que tienes limitaciones es una habilidad, y una muy importante. La sabiduría se encuentra al reconocer nuestra propia ignorancia. Pero si conoces tus límites y dispones de recursos para superarlos, puedes crear tus propias reglas de juego.

*Haznos llegar aquí las dudas que tengas en tu negocio e intentaremos darle respuesta al Consultorio Empresarial.