Obituario

Muere José Felipe Bertran de Caralt, el emblemático representante de la burguesía industrial catalana

El empresario fue condenado por fraude fiscal, pero también fue víctima del juez Estevill y su trama

BarcelonaBesnet del primer conde Güell y el más emblemático representante de la alta burguesía industrial catalana, José Felipe Bertran de Caralt ha fallecido en Barcelona, ​​a los 98 años. El empresario saltó a la luz pública en la década de los 90 del siglo pasado, cuando fue condenado por un fraude fiscal, pero al mismo tiempo, fue víctima de la red de corrupción del juez Lluís Pasqual Estevill, que también acabó condenado por extorsionar a los empresarios que investigaba, entre ellos el propio Bertran de Caralt.

El empresario fue uno de los impulsores de la refundación de la patronal catalana Foment del Treball en 1976, en los primeros meses de la Transición española y, después, de la patronal española CEOE, junto con Carles Ferrer Salat. También fue presidente de la cementera Asland (ahora del grupo Holcim-Lafarge), vicepresidente de Aigües de Barcelona, ​​y se convirtió en uno de los principales empresarios avícolas españoles con la empresa Material Agropecuario. A la prensa de los años noventa se le presentaba como una de las principales fortunas del Estado.

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De trato agradable y de gran cultura, fue, por ejemplo, patrón de la Fundación de Amigos del Museo del Prado. Entre otros muchos cargos ligados al mundo cultural y social, Bertran de Caralt también protagonizó algunas anécdotas durante el choque con la justicia. Por ejemplo, el día que el juez Estevill, que le investigaba por fraude fiscal, le citó a declarar en el antiguo juzgado de guardia de Barcelona, ​​en el Palacio de Justicia del paseo Lluís Companys, el empresario, siempre vestido y encorbatado, iba casi de deporte. Y además mostraba a un grupo de periodistas lo que llevaba en su bolso: una muda, el neceser y un cepillo de dientes.

El empresario tenía claro que su destino sería la cárcel, como así fue. Años después, el juez que le había investigado y encarcelado, y que ya era en ese momento vocal del Consejo General del Poder Judicial (a propuesta de CiU), también sería condenado por extorsionar a los empresarios que investigaba. De hecho, Bertran de Caralt sabía cuál sería su destino después de declarar porque se había negado a doblegarse a las exigencias de Estevell.

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Sin embargo, José Felipe Bertran de Caralt acabaría condenado también a la causa por el fraude fiscal. El Supremo le impuso una pena de cuatro años de prisión menor y 491 millones de pesetas de multa. El gobierno español, con Justicia Margarita Mariscal de Gante (PP) como ministra, le concedió el indulto en verano de 1997. Durante la instrucción de la causa, Bertran de Caralt protagonizó otra anécdota. La comisión judicial se presentó en su mansión del Putxet, donde vivía, para embargar bienes, y se encontró con que el empresario era inquilino y tanto la casa como todo el contenido estaban a nombre de una sociedad, a la que pagaba una renta de 8.000 pesetas al mes.