La recuperación poscovid

La economía española sigue recuperándose del covid, pero frena el ritmo

El PIB crece un 0,3% el primer trimestre del año, muy por debajo de finales de 2021

La economía española sigue recuperándose de los efectos de la pandemia, pero a un ritmo más lento. Así, entre enero y marzo de este año aumentó un 0,3% en comparación con el último trimestre de 2021, una tasa de crecimiento 1,9 puntos inferior a la registrada el trimestre anterior, según datos avanzados este miércoles por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

El producto interior bruto (PIB, el indicador que mide la actividad económica de un territorio) español cerró el primer trimestre un 6,4% por encima del mismo periodo del año pasado. No obstante, todavía no ha recuperado todo el terreno perdido con la pandemia: si se compara con el cuarto trimestre de 2019 -el último antes de la llegada del covid- la actividad económica en España todavía era un 3,6% inferior.

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El frenazo del crecimiento, pues, fue brusca. Después de crecer un 2,6% y un 2,2% el tercero y cuarto trimestres del año pasado, el 0,3% registrado entre enero y marzo de este año representan una caída del ritmo de crecimiento, sin entrar en la destrucción de actividad. "Se puede resumir con dos palabras -explica Josep Lladós, profesor de economía de la UOC y miembro del Colegio de Economistas de Catalunya-. La primera es desaceleración y la segunda es preocupante".

La principal causa del frenazo es la caída del consumo de las familias, que, en comparación con el trimestre anterior, se redujo un 2,6% después de nueve meses seguidos de subidas. Esta disminución se debe, según Lladós, a los "efectos de la inflación sobre el consumo".

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La inflación es el incremento de los precios. Los últimos meses, el IPC -el indicador que mide la evolución del coste de la vida- se encuentra en los niveles más elevados de los últimos 30 años, lo que se ha notado en el bolsillo de los consumidores, que han reducido el gasto. En primer lugar, porque los incrementos de precios comportan que el poder adquisitivo de los ciudadanos caiga -si el cesto de la compra se encarece, el sueldo de los trabajadores permite comprar menos- y, en segundo lugar, por la incertidumbre, que lleva a los ciudadanos a gastar menos y a ahorrar más.

Sin embargo, Lladós considera que la inflación tendría que caer en los próximos meses gracias a la intervención estatal. El Gobierno español ha aprobado varios paquetes de medidas para contener los precios, sobre todo los de la energía, que son los que han provocado las fuertes subidas y que han acabado afectando a los costes de producción de las empresas, que se han visto obligadas a acabar repercutiendo los encarecimientos en los precios finales de los productos. Aun así, el economista considera que la pérdida de capacidad de compra de los hogares es un "motivo de preocupación" mientras no haya un "pacto de rentas" entre trabajadores y empresas.

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Además de los efectos de la inflación, hay que tener en cuenta también que, desde que estalló la pandemia, el INE está teniendo más dificultades para recoger datos, sobre todo del consumo. De hecho, ya tuvo que rehacer los datos del verano pasado, cuando inicialmente anunció que el consumo había caído y unos meses más tarde los corrigió. En este sentido, los datos publicados este viernes son solo un adelanto, puesto que las definitivas se conocerán el próximo día de San Juan, cuando el INE también las desglosará por comunidades autónomas.

Cae la actividad industrial

Otro elemento de preocupación es la caída de la actividad industrial. La industria había sido uno de los motores de crecimiento durante el segundo semestre de 2021, pero con la llegada de 2022 ha caído en terreno negativo: en los primeros tres meses del año, la actividad industrial se redujo un 1,4%.

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La industria todavía está afectada por "cuellos de botella en los suministros", un problema que arrastra desde el verano pasado y que, con las nuevas restricciones contra el covid en China, "no se resolverá hasta el otoño", apunta Lladós. El cierre del puerto de Shanghái ha afectado a las cadenas logísticas de muchos sectores, puesto que gran parte de la producción industrial depende de China, donde se concentra la fabricación de muchos componentes y bienes intermedios.

La inversión estira al alza

A pesar de las cifras malas en el consumo y en la industria y la "situación vulnerable", la economía española sigue recuperándose, indica Lladós. El principal motor es la inversión empresarial, que creció un 2,4% respecto al trimestre anterior. Destaca sobre todo la inversión en maquinaria y bienes de equipación, que se disparó un 7,3%. Esta inversión se debe al "proceso de digitalización" de muchos sectores, que provocará "ganancias de productividad" a medio y largo plazo, añade el economista.

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También el sector exterior fue una fuente de crecimiento, no tanto a nivel de exportación de bienes -por el mencionado retardo de los mercados industriales-, sino por el sector servicios, es decir, por el turismo. El levantamiento casi total de las restricciones sanitarias y en la movilidad han permitido una fuerte recuperación de la hostelería, la restauración y el ocio y la cultura gracias a la llegada de visitantes extranjeros, pero también al consumo en estos ámbitos de la población local.