4D-Bioskin: el reto de imprimir piel humana con células del paciente

Curar quemaduras con piel artificial impresa a partir del material genético del paciente será pronto una realidad. Es lo que se propone desde 4D-Bioskin, un proyecto de medicina personalizada y regenerativa que llevará a cabo el primer ensayo clínico en España para tratar quemaduras y heridas cutáneas con sustitutos autólogos de piel humana bioimpresa.

Esta piel artificial se fabricará con la única bioimpresora 3D certificada en España para la fabricación de productos de este tipo de uso clínico, ubicada en las instalaciones de Creatio, en la Universidad de Barcelona. Un antes y un después para la medicina y la cirugía, que comienza por la piel, pero que tiene un recorrido mucho más amplio que llega hasta el resto de órganos del cuerpo.

El consorcio desarrollador del proyecto está coordinado por la empresa de ingeniería biomédica Biorem –empresa de ingeniería dedicada a la sanidad hospitalaria–, y también incluye entidades públicas como Creatio –el Centro para la Producción y Validación de Terapias Avanzadas de la Universidad de Barcelona (UB)–, el IMIB a través de la Fundación para la Formación e Investigación Sanitarias (FFIS) de Murcia, y el Vall d'Hebron Instituto de Investigación (VHIR); así como otras empresas privadas, incluidas la catalana Laboratorio Reig Jofre, la madrileña Peaches Biotech SL y Biocrosmo SL dedicada a la regulación de las terapias avanzadas.

"El proyecto 4D-Bioskin es la semilla de la investigación y desarrollo industrial de terapias innovadoras de ingeniería de tejidos que potenciará la economía del estado español y el reconocimiento y el liderazgo biomédico de España a escala internacional" , explica en elEmpresas el doctor Josep Maria Canals, director de Creatio y catedrático de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la UB.

Piel personalizada

¿Por qué es tan importante? En una conversación con elEmpresas, el doctor Josep Maria Canals y la ingeniera biomédica y jefe de innovación de Biorem, Georgina Vidal, explican qué hace el proyecto tan extraordinario. "Es la primera vez que se hará un ensayo así en toda España –dice Canals–, pero esto es sólo un primer paso: primero se da con piel y quemaduras, y después se puede escalar a toda una serie de cosas, otros tejidos y otros sistemas... Abre un abanico de posibilidades muy grande", asegura el doctor. "Estamos hablando de tejidos y órganos vivos, es decir, que el reto de la fabricación no es sólo que sea impresión 3D, sino que ponemos también células humanas", apunta Vidal. De hecho, hablamos de piel personalizada porque contiene las células específicas del paciente.

Pero los controles, protocolos y burocracia hacen que sea un proyecto de cocción lenta. "4D-Bioskin surge de Creatio –detalla Canals–, donde nos dimos cuenta de que había muchos proyectos 3D, pero que no había ninguna traslación a la clínica", afirma el doctor. "Pero hay que tener en cuenta que para realizar el movimiento en la clínica –es decir, para realmente aplicar los avances biotecnológicos a la medicina con humanos– es necesaria una serie de condicionantes aprobados por la Agencia de Medicamentos", detalla. "Entonces, pedimos dinero al ministerio para comprar una impresora para realizar medicamentos y montamos este consorcio entre entidades públicas y privadas para sacar adelante el proyecto, y hemos llegado hasta aquí", explica Canals. La iniciativa ha recibido una ayuda de 684.822 euros en el marco de la convocatoria de proyectos de colaboración público-privada de la Agència Estatal de Recerca.

El primer ensayo clínico en España

"El hecho de que sea un tejido vivo lo convierte en algo muy complejo, por lo que se requiere la aprobación de la Agencia de Medicamentos y salas blancas, etcétera", explican. "Esta complejidad técnica y tecnológica, que acaba siendo una complejidad económica y también social, es una de las principales motivaciones para unir a todos estos agentes públicos y privados en un mismo proyecto", añade Vidal. "El sector de la salud ya sabe que o hacemos un ecosistema que nos una a todos o es imposible poder llegar a escalar el proyecto", reivindican.

Pero la piel es "sólo el principio", ya que, a modo de ejemplo, Vidal explica que ya tienen "en marcha un proyecto europeo para realizar cerebros impresos". El desarrollo de esta terapia innovadora basada en la bioimpresión de piel es una potencial alternativa terapéutica para el tratamiento de quemaduras y heridas cutáneas "que supondrá un gran impacto sobre la sociedad y el sistema sanitario", aseguran. De hecho, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), las quemaduras causan alrededor de 180.000 muertes anualmente.

Además, los casos no mortales están estrechamente relacionados con episodios infecciosos, hospitalizaciones prolongadas o traumas psicológicos. "Las implicaciones de esto son muchas, porque a menudo el problema depende del tamaño de la quemadura; a veces se hace difícil encontrar tanta piel como debería en otra parte del cuerpo, y entonces debe sacarse de un cadáver, pero es una piel que no implanta igual porque las células no son del propio paciente", explica Vidal. "La piel, como tejido y órgano, es lo que esperamos que nos abra camino: ya partir de ahí seguir a hacer hígados, corazones o lo que sea", asegura la ingeniera de Biorem. "Hay mucha búsqueda acumulada, pero nadie ha dado el paso de aplicarlo en enfermos", explica.

Ahora el proyecto ha madurado hasta el punto de poder llevar a cabo el primer ensayo clínico en España para tratar quemaduras con esta piel artificial, aunque todavía no tiene fecha a la espera de unos últimos trámites; pero, en palabras de Canals, "la idea es que pueda empezar a mediados o finales del próximo año". En el ensayo se evaluarán aspectos relacionados con la eficacia, como la integración del implante en los tejidos de los pacientes, el crecimiento y la formación de tejidos maduros y cicatrices, y el tiempo de curación, así como aspectos relacionados con la seguridad y la aparición de posibles efectos adversos.