El lápiz Staedtler tiene 400 años de historia: ¿de dónde ha salido este invento?
La compañía vende en 150 países y emplea a más de 2.200 trabajadores
Gomas de borrar, lápices de todos los grosores y rotuladores fluorescentes. También lápices de colores, ceras, pasteles, tijeras, pinceles y acuarelas. Hoy, el logotipo de Staedtler –una silueta blanca de la cabeza del dios Marte, sobre un fondo azul marino– es omnipresente en las baldas de las papelerías catalanas. De hecho, sólo en España y Portugal, la marca alemana factura cada año en torno a 20 millones de euros. La península Ibérica es un mercado importante para la compañía, que en 2022 movió 386 millones de euros en todo el mundo. Tiene filiales en 26 países y vende sus productos en 150 países. La mayoría de los centros de producción se encuentran en Alemania, de donde salen dos tercios de los productos que fabrican. En total, la plantilla suma a más de 2.200 trabajadores. Pero, ¿cuántos años han tenido que pasar para que el negocio haya alcanzado estas cifras de vértigo?
La historia de Staedtler viene de lejos: comienza a principios del siglo XVII, en la ciudad de Nuremberg. Ahora viven más de medio millón de personas, pero en 1636 apenas superaba las 40.000. Una de ellas era Friedrich Staedtler, el hijo de un trefilador de oro y plata. Nacido en noviembre de 1636, empezó a trabajar de comerciante del ramo de la madera. Cuando tenía 30 años abrió un taller independiente para fabricar lápices de madera y mina de grafito. El negocio le fue bien y fue pasando de padres a hijos hasta 1834, cuando acabó en manos del tataranieto, Johann Sebastian Staedtler. De pequeño, había visto a su padre, Paulus Staedtler, fabricar todo tipo de lápices de grafito y había aprendido su oficio.
Sin embargo, cuando le tocó coger el timón, quiso ir un paso más allá: lanzó al mercado una línea de lápices de colores hechos de una cera húmeda y pastosa y mecanizó su proceso de producción. El primer color fue el rojo y fue un éxito de ventas. Al poco, en 1844, ya había encontrado la forma de fabricar otros colores, mezclando pigmentos muchos y secados en unos hornos especiales.
El éxito de los lápices de color
El 9 de octubre de 1835, Johann Sebastian Staedtler puso en marcha su primera fábrica de grandes dimensiones. Salieron versiones cada vez más mejoradas de sus lápices de colores. En 1860, bajo el nombre de Creta Polycolor, ya comercializaba una gama cromática con más de cien referencias. Este invento abrió las puertas de Staedtler a nuevos países, como Austria, Inglaterra, Italia, Rusia y Francia. Pese a tener sólo 54 trabajadores, cada año salían más de dos millones de lápices de la fábrica de Nuremberg.
Con la entrada en el siglo XX, todo se aceleró. En 1900, Staedtler registró la marca Mars, una de las más populares del catálogo: un lápiz recubierto de color azul. Pero el diseño que marcó un antes y un después llegó en 1934. Ese año, la compañía presentó el Noris –apodo de la ciudad de Nuremberg– y que se vendía con la madera tintada con rayas negras y amarillas. En la década de 1960, la empresa inició un proceso de diversificación. Primero, con un rotulador de tinta, llamado Lumocolor –otro clásico–; después, con una goma de borrar. A partir de ahí, todo se fue especializando. En 1988, por ejemplo, apareció el primer bolígrafo de punta extrafina, con el nombre de Marsgraphic, que también se hizo muy popular, sobre todo entre los amantes de las artes plásticas.
En 1996 fue el turno de la gama de productos Fimo, una especie de plastilina, muy fácil de darle forma y que se endurece con el aire o poniéndola en el horno. El invento fue de Sophie Rehbinder-Kruse, la hija de un fabricante de muñecas. Hizo el hallazgo mientras intentaba encontrar una pasta nueva para fabricar sus cabezas. En 1978, Staedtler adquirió la compañía que le estaba comercializando y se quedó con todos los derechos del producto, que desde 2009 vuelve a estar en las papelerías. El último paso adelante de la compañía ha estado en materia de sostenibilidad: desde líneas de lápices de madera reciclada y gomas de borrar hechas con materiales naturales hasta el desarrollo de tecnologías que hacen que las tintas de los bolígrafos tarden más en secarse, para alargar la vida útil del producto. En medio, también ha habido aventuras con gigantes tecnológicos como Samsung: juntos presentaron un lápiz inteligente para tabletas digitales, siguiendo la estética clásica del modelo Noris.
- 1636
Nace Friedrich Staedtler, el primer fabricante de lápices de Alemania
- 1835
Johann Sebastian Staedtler, el tataranieto del fundador, mecaniza la producción
- 1900
La compañía registra la marca de lápices Mars, que se vuelve muy popular
- 1934
Aparece el icónico diseño amarillo y negro de la gama Noris
- 1960
La empresa se ha internacionalizado y se diversifica hacia otros materiales de oficina
- 1978
Staedtler compra los derechos de Fimo, una pasta que se endurece en el horno o con el aire
- 2010
La empresa potencia la sostenibilidad con nuevas gamas más respetuosas con el planeta
- 2022
La filial ibérica de Staedtler factura cerca de 20 millones de euros de ventas en España y Portugal