Prohibir la compra de vivienda

En las últimas semanas, una de las grandes propuestas políticas para "salvar" el mercado de la vivienda ha sido, entre otras, "prohibir la compra de viviendas que no estén para vivir, es decir, para especular". Mi pregunta es: ¿nos hemos bebido el entendimiento?

Que existe un problema grave de vivienda, nadie lo pone en duda. Ahora bien, prohibir la compra de una propiedad privada... ¿en base a qué? Y sobre todo, ¿qué significa exactamente "especular"?¿Especular es tener una segunda residencia para los fines de semana? ¿O es comprar un piso para alquilarlo y ayudarme a complementar la jubilación? ¿O quizás es tener cinco pisos, o quince? El riesgo de tan ambigua definición es inmenso: podría reventar el mercado de la vivienda y alterar completamente la forma en que entendemos la propiedad privada.

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Hoy nos encontramos en un escenario donde, con las actuales regulaciones, los nuevos contratos de alquiler han caído un 20% en el primer trimestre de 2025, en el peor dato desde 2010, los precios siguen subiendo, y sólo un 3,5% de los contratos firmados corresponden a viviendas que se alquilan por primera vez. Es decir, el mercado se contrae mientras aumenta la demanda. Muchos propietarios deciden no alquilar porque ven más problemas que beneficios. En este contexto, ¿el siguiente paso es limitar aún más la oferta? Si volvemos al primer curso de economía, sabremos que cuando la oferta baja y la demanda se mantiene, los precios suben.

De hecho, basta con mirar a Holanda: la idea no es nueva, sino una copia de nuestros vecinos. Un año después de aplicar una medida similar, los precios de los alquileres han crecido un 4%. ¿Realmente pensamos que en España pasará algo diferente? ¿O simplemente se acercan elecciones y hace falta un nuevo eslogan político? Mezclar economía y elecciones es aún más arriesgado que definir el término "especular".