Energía

¿Por qué cae el precio del petróleo después del ataque de Israel a Irán?

La debilidad de la demanda pasa por encima de la tensión geopolítica

BarcelonaLejos de toda lógica. El viernes 25 de octubre el precio del barril de petróleo Brent, de referencia en Europa, cerraba a un precio de 75,62 dólares. Al día siguiente, Israel atacaba a Irán, uno de los principales países productores de crudo. Todo hacía prever que el precio del barril subiría, pero el lunes siguiente, el día 28 de octubre, el precio del barril de Brent se abarataba y cerraba la sesión con un descenso de casi un 5%, a 71,87 dólares, precios que se han mantenido similares el resto de la última semana de octubre.

Preu del petroli Brent
En dòlars per barril
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Además, después de más de un año de guerra en Oriente Próximo, con los ataques a Gaza, el sur de Líbano y los de los rebeldes houthis de Yemen, que amenazan el paso de barcos comerciales de Israel en un punto estratégico por el que transita el 15% del comercio mundial, el estrecho de Bab el Mandeb, el petróleo no sólo no se ha encarecido, sino que se sitúa en mínimos de los últimos doce meses. Así, en septiembre de 2023 el barril se pagaba a 93,72 dólares de media. Este mes de octubre –hasta el día 29– la media se ha situado en torno a los 75 dólares.

Una explicación rápida de lo ocurrido en la última semana es que el ataque de Israel a Irán fue selectivo y no afectó a las instalaciones petroleras del país. Pero también hay que explicar la tendencia del último año entero. Tras la fuerte escalada del 2022, cuando, con la guerra de Ucrania, el petróleo llegó a subirse por encima de los 100 dólares el barril, el precio de crudo entró en una espiral de descensos por diversas causas: la producción cada vez más alta de países que no forman parte de la OPEP+, como Estados Unidos, y, sobre todo, la debilidad del crecimiento económico en la mayor parte de las grandes economías que disminuye la demanda de crudo; Alemania roza la recesión, el crecimiento de China es inferior al previsto y la OCDE habla de un crecimiento "raquítico" en la zona euro –excepto en España.

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Chris Weston, director de investigación de Pepperstone, afirma que "la represalia anticipada de Israel contra Irán ha sido suficientemente focalizada para que los operadores de energía confíen en que las instalaciones de crudo iraní no formarán parte del conflicto en curso. Las acciones de Israel, al menos en la respuesta del fin de semana [pasado], reducen las probabilidades de que otros actores regionales y occidentales se involucren, y hoy los operadores han eliminado gran parte de la prima de riesgo geopolítico que todavía se descontaba en los futuros del crudo, la gasolina y, en menor medida, del oro".

Según explica el Financial Times, Estados Unidos presionó a Israel para que no atacara las instalaciones petroleras; además, el ayatolá Ali Jamenei dio al ataque de Israel una respuesta medida y se abstuvo de dirigir amenazas directas de represalia. Esto habría vuelto a llevar al mercado del crudo a una situación basada en las reglas de mercado por encima de la situación geopolítica, según expertos que cita al rotativo británico. Bill Farren-Price, investigador principal del Instituto de Estudios Energéticos de Oxford, dice que la percepción es que esta ronda de hostilidades entre Israel e Irán "está contenida”.

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Más oferta y menos demanda

Para Chris Weston, esto hará que en la fijación del precio del crudo dependa no tanto de las tensiones geopolíticas como de la relación entre la oferta y la demanda. Éste es el factor que lleva a la relajación del precio. Se prevé que se relaje la demanda por la debilidad económica, mientras que desde el lado de la oferta no se vislumbran cuellos de botella en el mercado tras el último anuncio de la OPEP+ de un futuro aumento de la producción .

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Así, los últimos movimientos de la OPEP+–el cártel que forman los países productores capitaneados por Arabia Saudí y sus principales aliados, con Rusia a la cabeza–, apuntan a un aumento paulatino de la oferta de crudo a partir del 1 de diciembre, lo que desharía en parte los fuertes recortes de bombeo de los dos últimos años. Por su parte, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) prevé una desaceleración de la demanda de petróleo en 2024 y 2025, esencialmente por la caída en China. En su informe mensual publicado a mediados de octubre, el organismo –dependiente de la OCDE– calcula que la demanda del año en curso ascenderá a 900.000 barriles diarios, mientras que para 2025 crecerá en casi un millón de barriles. Unas previsiones lejos del incremento de los 2 millones de barriles diarios que se registraban en el período posterior a la pandemia, en 2022 y 2023.