La polémica gasificadora de Tracjusa en Juneda iniciará la actividad a principios de 2027
Con la misma cantidad de purines, prevé ser más rentable con la producción de biogás y de más fertilizantes
Juneda (Les Garrigues)Tracjusa, la renovada planta de tratamiento de purines de Juneda (Garrigues) que utilizará un nuevo sistema de gasificación producido con combustibles sólidos procedentes de la basura urbana, iniciará su actividad en el primer trimestre de 2027. Así lo han manifestado hoy los responsables de la cooperativa ganadera GAP, que con el Grupo Griñó es copropiado gas natural por otro que requiere la combustión de residuos domésticos provistos por Griñó (hasta un máximo de 45.000 toneladas anuales).
Precisamente esta combustión (que los más críticos tildan de incineración) es la que ha generado (desde hace diez años) una polémica por un posible aumento de contaminantes en el ambiente, lo que niegan los ganaderos. "Este cambio supondrá la reducción del 85% en las emisiones de gases de efecto invernadero y la eliminación del consumo de combustibles fósiles", asegura el presidente de la cooperativa, Eduard Cau. La gasificación, según prometen los ganaderos, únicamente generará vapor (para dar calor a la planta) y cenizas (que se llevarán a un vertedero), mientras que cualquier otra emisión estará controlada constantemente por la administración.
Unos meses después de haber obtenido la licencia municipal de obras, los promotores del proyecto han iniciado ya el movimiento de tierras para levantar unas nuevas instalaciones que costarán 25 millones de euros. Además de la planta de gasificación, que generará calor para tratar y secar los purines, el proyecto incluye la ampliación de la unidad de biogás y la incorporación de un nuevo sistema que inyectará biometano en la red pública. Todo ello servirá para sacar mayor rendimiento de las deyecciones ganaderas. Actualmente, Tracjusa trata hasta 90.000 toneladas anuales de purines, a las que con el nuevo proyecto se añadirán otros 50.000 residuos orgánicos procedentes de gallinacias y de la industria agroalimentaria de la zona.
Fuentes de la cooperativa ganadera explican que el gas que hoy en día producen con la cogeneración vale 30 euros por MWh (megavatio hora), mientras que el del biogás se eleva a casi 90 euros. Con ello, sumado al aumento de la producción de fertilizante también procedente de las deyecciones –se pasará de 4.000 a 18.000 toneladas anuales de fertilizantes a comercializar–, la cooperativa podrá diversificar mejor la rentabilidad de su planta. Hoy en día, el 98% de los ingresos de Tracjusa provienen sólo de la venta de energía. El nuevo modelo permitirá reducir ese índice al 70% (con un biogás más rentable) y aumentar el de la venta de los fertilizantes hasta el 30%.
Se mantiene la oposición al proyecto
Mientras, decenas de ayuntamientos y asociaciones de Ponent siguen mostrando su oposición al proyecto. El grupo ecologista Ipcena recorrió antes del verano contra la licencia de obras ante el tribunal contencioso administrativo. Aparte, el colectivo Pobles Vius, formado por entidades que se oponen a varios proyectos energéticos del territorio (entre ellos el de Tracjusa), ha convocado para el día 5 de octubre una manifestación en Lleida ciudad. Sin embargo, Eduard Cau asegura contar con un gran apoyo. "Nos sentimos muy defendidos por nuestro entorno", indica.
Los ganaderos del GAP advierten que disponen de todos los permisos necesarios, tanto urbanísticos como medioambientales. "Nosotros no hacemos más que aplicar la autorización que nos han dado, que yo creo que ha sido especialmente exigente, porque la administración ha actuado con mucha prudencia y se ha mirado nuestro proyecto del derecho y del revés", argumenta Cau.