Alimentación

El gran salto de Cobega

Coca-cola European Partners, embotelladora controlada por la firma catalana, doblará su mercado potencial con la entrada en Indonesia

BarcelonaEl ex presidente de Planeta José Manuel Lara Bosch acostumbraba a lamentar que las empresas catalanas a menudo preferían ser “cabeza de ratón que cola de león”, es decir, poseer una empresa pequeña antes de que formar parte de una gran corporación aunque tuvieran que compartir el control. Pero hay excepciones, y la familia Daurella es una. En la última década, el grupo Cobega (propiedad de esta familia) habrá pasado de ser un mero embotellador español de Coca-cola al primer accionista de Coca-cola European Partners (CCEP), el principal embotellador de este refresco en el mundo. Esta expansión, además, vive ahora un nuevo salto adelante con la más que probable compra de Amatil, la empresa que embotella y distribuye Coca-cola en seis países, entre ellos Australia, Nueva Zelanda y, sobre todo, un gigante a menudo ignorado: Indonesia.

La operación permitirá que CCEP duplique su público potencial. Actualmente, la empresa tiene el monopolio de la comercialización del famoso refresco en países europeos que suman unos 300 millones de habitantes (entre ellos España, Francia, Alemania o el Reino Unido) y Amatil llega a una población similar, especialmente gracias a Indonesia, que, con 268 millones de habitantes, es el cuarto país más poblado del mundo. Ahora bien, aun así, hoy en día Amatil factura una cuarta parte que CCEP.

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“Indonesia es la clave”, repiten dentro de la compañía cuando se les pregunta por la operación. Pese a su enorme dimensión, lo cierto es que actualmente este país solo aporta un 23% de la facturación de Amatil y tan solo un 15% del beneficio. El grupo incluso gana más dinero en Nueva Zelanda, a pesar de que en el país de los kiwis viven menos personas que en Catalunya.

“Indonesia es muy grande y tiene un recorrido extraordinario”, insisten fuentes de CCEP que piden no ser identificadas. Este potencial de crecimiento permitirá compensar la lentitud que se empieza a percibir en Europa, donde hay países “muy maduros” y dónde difícilmente el negocio podrá crecer mucho. En parte, cuando hace cinco años se creó CCEP fusionando diferentes embotelladores europeos el motivo ya era este: combatir el estancamiento del continente ganando dimensión y ahorrando costes.

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El alcohol, clave en la operación

Además de refrescos, Amatil también distribuye café y productos alcohólicos (como la cerveza americana Coors o el bourbon Jim Beam), un detalle que desde Cobega consideran muy importante. “Por primera vez tocamos alcohol de verdad”, aseguran. Desde la creación de CCEP, la compañía tiene una parte de negocio cervecero en Bélgica, “pero es una cosa muy pequeña”. En CCEP consideran que, una vez aprendan a hacer la distribución de este producto con Amatil (donde el alcohol y el café aportan una décima parte del beneficio), quizás podrán empezar a hacer lo mismo en Europa. “Que nos quedemos con Amatil no es una buena noticia para Heineken, y para Damm tampoco... podemos ser un potencial competidor para ellos en el futuro”, aseguran las fuentes consultadas.

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Cuando se haga efectiva la compra, el nuevo gigante será con mucha diferencia el comercializador de Coca-cola más importante del mundo, y su primer accionista -con un 35% de las acciones- es Olive Partners, una sociedad que agrupa a los antiguos embotelladores españoles y que controla directamente Cobega con un 56%.

Este es el segundo intento para comprar la compañía: el primero fue hace un año y medio, pero no fructificó porque la envergadura de la compra “es muy bestia”, explican las voces con quienes ha hablado este diario. CCEP ha ofrecido 5.200 millones de euros por Amatil, hecho que supone valorar la compañía en 11 veces su ebitda (beneficios antes de impuestos y otros conceptos).

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Pese a la magnitud, desde CCEP están convencidos que la digestión de la compra será asumible: “La deuda pasará de equivaler a cuatro veces el ebitda de la compañía a casi seis veces: se puede soportar perfectamente”, sostienen. No obstante, Moody’s ha anunciado que podría rebajar la calificación de la deuda CCEP debido a esta compra.

En manos de la tercera generación

Los orígenes de Cobega se remontan al 1900, cuando Santiago Daurella fundó una fábrica de refrescos y gaseosas, pero su nacimiento oficial fue en 1951, momento en que Daurella llegó a un acuerdo con The Coca-cola Company para embotellar el refresco y distribuirlo por España. Hoy en día Cobega está en manos de la tercera generación, y particularmente de Sol Daurella, que es quien lidera la empresa y al mismo tiempo es quien preside CCEP.

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The Coca-cola Company, con sede en Atlanta, hace muchos años que decidió que se desentendería del embotellamiento y la distribución del refresco: ellos solo se dedican a vender el sirope a las embotelladoras y a gestionar la marca por todo el mundo. Aun así, conserva un porcentaje de acciones en todas las embotelladoras y utiliza este poder para propiciar fusiones entre ellas. Esta vez no ha sido diferente. “Ellos te ponen el caramelo en la boca, pero tú lo tienes que querer, porque es una movida”, explican desde CCEP. “¡Para ellos es un chollo!”, añaden, puesto que quien asume los riesgos es el embotellador. Ahora bien, en la compañía conservan un orgullo: “Si Coca-cola le dice a CCEP que compre Amatil es porque somos el embotellador que tiene mejores ratios”.

Además de estas empresas, Cobega también controla Coca-cola Ecuatorial, que vende el refresco a una docena de países del norte de África. Esta división, sin embargo, es más una fuente de dolores de cabeza para el grupo que de éxitos. “La presencia en la África se explica por un juego político [con Coca-cola]”, explican las fuentes consultadas. Estas voces recuerdan que en “la África rica”, en países como Suráfrica o Nigeria, el negocio está en manos de otros distribuidores. Hay países como por ejemplo Marruecos o Argelia que son buenos para el negocio, pero otros como por ejemplo Sierra Leona o Gambia que son mucho más problemáticos. Pero no todo podía ser perfecto en el imperio de la Coca-cola.