Banca

El gran tabú bancario que se ha apoderado de la opa en el Sabadell

Los últimos pasos del BBVA vierten la operación en un callejón lleno de interrogantes

Madrid"Si hay algo que es importante evitar en el sector bancario es la incertidumbre". La reflexión la hace un profesor de una de las escuelas de negocios de mayor renombre del Estado y que ya augura que la opa hostil del BBVA sobre el Banco Sabadell será un "caso de estudio" en las aulas. Lo que es un tabú histórico para los bancos se ha apoderado de esta operación de integración desde el momento en que se lanzó, hace dieciséis meses, y aunque su desenlace podría llegar en dos semanas, los interrogantes se mantienen. De hecho, los últimos pasos del BBVA abocan la opa a un callejón de difícil salida. Antes, sin embargo, ya se han producido movimientos que han dado alas a la incertidumbre. Muchos de ellos, además, han estado marcados por la contradicción.

"La oferta es la oferta"

Una de las últimas incertidumbres ha venido de la mano de la oferta lanzada por el BBVA. Los directivos del banco vasco han defendido siempre las condiciones de la opa hostil lanzada en el Sabadell y se han mostrado inamovibles: Carlos Torres y Onur Genç, presidente y consejero delegado, habían insistido en que no revisarían el precio. Finalmente, lo han elevado un 10%. Con esta mejora confían en convencer a los accionistas, sobre todo a los institucionales. "El apoyo de los accionistas [institucionales] es generalizado", aseguraba Torres este viernes, en una entrevista en Efe. También decía que aunque los datos son "muy preliminares", ya había accionistas minoritarios que acudían a la opa. El Sabadell, en cambio, dijo no.

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"Es una señal a los institucionales, no tanto a los minoritarios", indica una fuente conocedora del sector, que cree que es una "señal" de la necesidad "clara" de reequilibrar el balance, donde ahora los países emergentes tienen mucho peso.

El laberinto de una segunda opa

Si la mejora habrá o no convencido a los inversores del Sabadell no se sabrá hasta la semana del 13 al 17 de octubre, cuando la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) dará a conocer el resultado de la votación. En un principio, BBVA había condicionado la oferta a conseguir el 50,01% del capital social del Sabadell. De hecho, Torres cree que será así: "Estoy absolutamente convencido", afirmaba a Efe. Si no alcanzaba ese umbral, el BBVA desistía.

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Recientemente, sin embargo, ha decidido cambiar de opinión y ha abierto la puerta a culminar el proceso pese a quedarse sólo con entre un 30% y un 50% del capital. El banco ha recordado que tiene la carta de renunciar a su condición mínima de aceptación. En cualquier caso, mantiene que "no tiene ninguna intención de hacerlo". Si este escenario se diera y decidiera luchar por más capital, estaría obligado a lanzar una segunda opa, una opción que el presidente del BBVA tampoco contempla: "Una segunda opa no está sobre la mesa", declaró a Efe, y aseguró que tampoco habrá una mejora de la oferta actual. El mercado ve el escenario de la segunda opa como uno de los más "complicados" para Torres, que entre otras cosas debería justificar un nuevo desembolso ante sus accionistas.

De la amistad a la hostilidad

Pero el primer error que abocó a la incertidumbre fue, a ojos de una fuente conocedora del sector, pasar de una oferta amistosa a una opa hostil, sobre todo por la inexistencia de precedentes en el sector. "Todo habría sido menos costoso si en el momento en el que se filtraron las primeras conversaciones, se hubiera comunicado que se quería mantener una negociación abierta", reflexiona. Incluso teniendo en cuenta el no del Sabadell. La misma fuente recuerda que cara a la sociedad, tener más o menos bancos no es un debate cualquiera. "Los políticos solo apoyan la consolidación de la banca si hay una crisis", añade.

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Un calendario que se alarga

Inicialmente, el BBVA planteó un proceso similar al de una opa amistosa, sin demasiadas complicaciones, y que preveía finalizar no más tarde de principios del 2025. Dieciséis meses después, la partida de ajedrez financiera sigue abierta. Uno de los elementos que ha hecho que el calendario se alargue es la decisión de Competencia de abrir la fase 2 de análisis de la opa. BBVA estimó que el estudio del organismo duraría entre cinco y seis meses y que se resolvería en fase 1. "Estoy convencido", dijo el consejero delegado del BBVA. Por el contrario, el Banc Sabadell daba por sentado, y presionó, que se iría más allá. Tras una pesada negociación por los compromisos y condiciones, Competencia resolvió su dictamen el pasado mes de abril.

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Ahorro de costes?

Esta fase 2 sumó otra incertidumbre en la operación: el pronunciamiento del gobierno español por razones de interés general. De nuevo, un escenario sin apenas precedentes. El BBVA hizo manos y mangas para disipar las dudas del ejecutivo de Pedro Sánchez, y Torres se mostraba plenamente convencido de que la posibilidad de que se opusiera a la fusión con el Sabadell era "ínfima". "No estoy preocupado", dijo este verano. El gobierno ha acabado imponiendo unas condiciones que obligan al BBVA a no fusionarse con el Sabadell durante tres años (se pueden ampliar a cinco). Esto ha impactado directamente sobre las sinergias o ahorros de costes, aunque en un principio el BBVA lo enfrió. La entidad ha presentado un recurso en el Tribunal Supremo contra la decisión del gobierno que ya ha sido admitido a trámite, indican fuentes jurídicas.

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La compra de un banco diferente

Pero los giros de 180 grados en la opa no sólo han venido por parte del BBVA. El Sabadell ha decidido deshacerse de TSB, aunque en los últimos ejercicios había dejado de ser un lastre para el negocio y suponía una importante fuente de ingresos. Ahora, el banco vallesano no sólo es menor, sino que tiene todo el peso en un solo mercado: el español.