Barcos de todos los tamaños (y precios) en el nuevo Náutico

BarcelonaEl Salón Náutico ha vuelto a invadir el Port Vell con yates y veleros que buscan compradores, después de no poder celebrarse el año pasado por la Copa América. La pausa forzada ha servido para reformular el evento, con la voluntad de volver a posicionarlo a escala internacional y atraer grandes marcas, sin olvidar intentar seducir a un asistente con ganas de gastar.

"Es un cambio de rumbo hacia la calidad, con más modelos de barcos, esloras más grandes y nuevos espacios. Lo hacemos no sólo por estar entre los salones líderes de Europa sino por contribuir a posicionar Barcelona como capital náutica del Mediterráneo", expone Luis Conde, presidente del Salón Náutico, organizado por Fira de Barcelona.

Con una oferta de 500 embarcaciones, participan marcas como Brunswick, Beneteau, Lagoon o De Antonio Yachts. Desde este miércoles hasta el domingo, los interesados ​​en comprarse un barco pueden pasearse para ver de cerca el modelo que llevan meses mirando en internet. En un salón en el que se siente muy italiano, hay quien va diciendo que comprarse un barco era más barato "en su momento", mientras que otro reconoce que "siempre ha sido caro". Xavier y Montse, con un presupuesto de unos 400.000 euros, quieren un nuevo barco porque les gusta navegar siempre que pueden, pero no tanto en agosto, según remarcan, porque "no se cabe".

Con un calor que ha sorprendido a más de un asistente el primer día de salón, hay modelos para todos los gustos, pero no para todos los bolsillos. Se puede empezar con el barco más pequeño de todos los expuestos este año en el Náutico, con una eslora de 5,98 metros, de la marca holandesa Maxima Boats. Tal y como remarca el distribuidor para España Rubén Marota, basta con la licencia de navegación para poder llevarlo, no demasiado difícil de aprobar ni demasiada cara. Con un precio de venta de 74.000 euros, Marota quiere hacer más accesible la náutica con este modelo, con la opción de alquilarlo entre varios amigos por 300 euros unas horas.

Antes de ir por los más grandes, el recorrido permite ver barcos que parecen sacados de una película de James Bond. Es el caso de los modelos de Kumbra Yachts, una nueva marca creada por la familia detrás del grupo Moure, propietario de los centros de limpieza de coches Elefante Azul o las gasolineras low cost Autonetoil. Con tres generaciones de navegantes, la familia Moure quería barcos funcionales a la vez y con un buen diseño. El resultado es un modelo con una eslora de unos 11 metros y un precio de unos 340.000 euros. Por el momento, en la última temporada, ya han vendido casi una veintena de barcos.

En el Náutico el presupuesto sube deprisa, básicamente, a medida que los barcos ganan dimensión. En una edición que se han duplicado los barcos de gran eslora –de entre 16 y 30 metros–, el récord se lo ha llevado Horizon, un astillero de Taiwán con sede en Palma. El modelo mayor mide 30 metros, con capacidad para 16 personas, repartidas en ocho cabinas, tres de ellas para la tripulación. Para aquellos interesados, su precio es de 13,5 millones de euros.

Eso sí, cuesta encontrar a alguien que quiera comprar un barco eléctrico, tanto por la poca autonomía como por el precio más alto. "Me pasa como con el coche, todavía lo veo lejos. La realidad es tozuda", resumen Francisco y Elvira, con un presupuesto de 200.000 euros. Se les va de presupuesto, y con mucho, uno de los pocos barcos eléctricos que se exponen en el Náutico, de la empresa neozelandesa Earthling, con un precio de 800.000 euros. Con ese país de origen, la relación con la Copa de América es casi obligada y el fundador de la compañía antes había trabajado por el equipo local. Aunque los asistentes se les miren con recelo, los modelos eléctricos no sólo evitan quemar petróleo, sino que también tienen una clara mejora respecto a los tradicionales: un motor silencioso.