Industria

Cataluña se suma al aumento de gasto en defensa: 80 M€ para fabricar lanzapuentes en Sant Cugat

La catalana Gutmar y la madrileña Santa Bárbara inauguran un centro para diseñar y fabricar estos sistemas

BarcelonaHistóricamente, el sector de la defensa ha levantado recelos en Catalunya. A pesar de la fuerte actividad industrial del Principado, este tipo de inversiones nunca ha tenido un peso significativo en el territorio. Aun así, con el plan de rearme europeo y la voluntad del gobierno de Pedro Sánchez de llegar al 2% del PIB en defensa, algunos de estos proyectos vinculados a la industria militar comienzan a llegar a nuestro país.

La compañía catalana Gutmar y el grupo GDELS-Santa Bárbara Sistemas han inaugurado este viernes su primer centro de excelencia de proyectos de sistemas de uso dual, que se ubicará en las instalaciones de la primera en Sant Cugat del Vallès (Vallès Occidental). Se llama uso dual porque se trata de soluciones que pueden servir tanto para el ámbito militar como para apoyar en situaciones de emergencias y catástrofes naturales. La primera iniciativa en la que colaborarán ambas empresas es el lanzapuentes Anaconda, un tipo de vehículo que transporta, despliega y retira puentes móviles de forma rápida, sobre todo en situaciones en las que hay que cruzar obstáculos como ríos o tramos destruidos de carretera.

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Ambas compañías han explicado que la previsión es invertir más de 80 millones de euros en los próximos 30 años y que éste llegue a crear más de 1.500 empleos directos e indirectos. De hecho, el centro ocupa los mismos terrenos que dejó vacíos la multinacional estadounidense de componentes para la automoción Delphi cuando se marchó de Sant Cugat del Vallés. Este cierre dio paso a un proceso de reindustrialización ya la llegada de Gutmar, una pyme catalana también ha trabajado en el diseño y fabricación de sistemas para los helicópteros de Airbus o los submarinos de la empresa estadounidense Triton.

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El director de ventas de Santa Bárbara, Víctor López, ha asegurado que se trata de un centro con "vocación finalista" –es decir, que saldrán los lanzapuentes ya terminados– para dar respuesta a "las necesidades de seguridad en Europa". "No hace falta explicar el contexto de desafíos en el que nos encontramos. La capacidad no se improvisa, nos enfrentamos a esto ahora", ha remarcado el directivo, y ha defendido que no se trata de un proyecto "oportunista a corto plazo". Además, incidió en que existe un déficit de este tipo de vehículos en el continente y que se pueden utilizar en episodios de inundaciones como la dana de Valencia.

Apoyo de la Generalitat y el Estado

El gobierno español y la Generalitat también han escenificado el apoyo a esta iniciativa para fabricar lanzapuentes en Catalunya, con la presencia de sus representados en la inauguración de este viernes. El secretario de Estado de Industria, Jordi García Brustenga, ha apuntado la creciente necesidad de tener capacidad de defensa y reacción ante conflictos cercanos y desastres naturales. En este sentido, recordó que Catalunya sólo representa el 9,7 por ciento de este sector, lejos de su peso en otras industrias. "Hay una oportunidad", insistió el alto cargo del ejecutivo de Pedro Sánchez. El ministerio de Industria es quien aporta la prefinanciación al de Defensa para que después salga adelante la compra de este tipo de vehículos.

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Por su parte, el secretario general del departamento de Empresa y Trabajo, Pol Gibert, ha asegurado que la apertura de este centro es "una alegría de país", ya que acerca "tecnología de primer nivel a nuestra casa". Así pues, ha destacado la importancia de contar con una industria propia en este ámbito para que las emergencias no siempre ocurran en países lejanos: "Es un momento geopolíticamente importante y Catalunya no tiene una industria de defensa clásica, pero sí una ingeniería y una industria muy potente y lo que hay que hacer es ceder esto. Es imprescindible tenerlo en nuestro país".

Gutmar se fundó en 1951, tiene una plantilla de unos 140 trabajadores y una facturación de cerca de 20 millones de euros. Su presidente y segunda generación de una de las familias fundadoras, Joan Martorell, reivindicó que esta inversión les permitirá ganar en "capital humano, conocimiento e innovación", y lanzó un aviso a las compañías catalanas del metal, actualmente muy dependientes de una industria en crisis, la de la automoción. "Hay que ayudar a migrar a estas empresas hacia sectores estratégicos con mayor valor añadido", ha dicho el empresario. No es la primera vez que Gutmar entra en el sector de la defensa: antes ya había diseñado la suspensión para los vehículos de las misiones humanitarias de la OTAN o los sistemas de guía de los antimisiles de esa misma alianza militar.

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Por ahora, el centro de Sant Cugat se centrará en los lanzapuentes, pero el objetivo de ambas empresas es acabar haciendo otro tipo de dispositivos vinculados a la defensa y las emergencias.