Industria

"Hemos pasado mucha vergüenza, no nos fuimos ni con Franco"

La histórica cementera Molins ha confirmado esta semana un regreso que ha enfrentado a las diferentes ramas familiares

BarcelonaMartes, 3 de diciembre. Un comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) da una de las informaciones más esperadas de los últimos años en Cataluña. Molins, el gigante del cemento y la construcción catalán, vuelve a llevar a Catalunya la sede social, que se llevó a Madrid en el 2017 en plena efervescencia del Proceso.

La decisión de la antigua Cementos Molins llega después de años de cruenta batalla en el seno de la empresa para hacer posible el regreso. Una parte de los accionistas de la empresa familiar se habían opuesto desde el principio al traslado de la sede social, en el 2019 forzaron a que se votara a la junta general de accionistas y posteriormente llevaron el tema a la justicia, que desestimó la causa. El mismo grupo de accionistas recurrieron esa sentencia.

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Pero hace dos meses, las cosas cambiaron. Según el relato que ha podido reconstruir el ARA, el presidente de la compañía, Joan Molins, anunció internamente que estudiaba devolver la sede social a Catalunya. La noticia fue recibida con satisfacción entre el grupo de accionistas que siempre vieron con malos ojos que la empresa tuviera en Madrid su domicilio postal. Y según ha podido saber este diario, hicieron una promesa al presidente: en cuanto la sede social volviera a Catalunya, retirarían la demanda sobre el traslado de la sede.

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La noticia conocida el martes, pues, era recibida con "satisfacción" entre los que internamente se llaman los disidentes de Molinos. "La realidad es tozuda, y la realidad es que pese a que se hicieran los consejos de administración, ese traslado de sede a Madrid era una pura ficción, una ficción que se ha alargado siete años", apunta una voz próxima al consejo. Según explican desde la compañía, en estos siete años nunca ningún trabajador o directivo de Molins se había trasladado a vivir a Madrid. Sant Vicenç dels Horts, histórica sede de la compañía, había continuado siendo la sede real de la compañía.

Entre los disidentes está la sensación de "objetivo conseguido", aunque nunca lo vivieron como una batalla política. Pero como se han vivido estos siete años en una empresa que tiene el 91% de las acciones en manos de tres ramas familiares, los Molins López-Rodó (33%), los Molins Amat (32%) y los Molins Gil (25 %)? Fuentes conocedoras del día a día de la compañía explican al ARA que ha sido "traumático" y que ha provocado una "división profunda" entre unos accionistas también parientes.

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El traslado de la sede de Molins se remonta al 20 de octubre del 2017. Las fuentes consultadas por este diario apuntan a que la empresa recibió presiones "mediáticas y económicas". Según este relato, hubo "fuerzas económicas que presionaron mucho con el argumento de la inseguridad jurídica". Pero este argumento nunca acabó de convencer a una parte de los accionistas.

El traslado se realizó en un contexto de enormes presiones políticas a las grandes empresas catalanas, como explicó el ARA en su momento, en una operación en la que se implicó el gobierno Rajoy y también la Casa del Rey . Y pudo hacerse a partir de dos figuras legales controvertidas. La primera, el célebre decreto Guindos que el entonces ministro de Economía salió adelante a petición de La Caixa para hacer posible que las empresas pudieran sacar la sede social de una comunidad sin pasar por la junta general de accionistas.

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La segunda era menos evidente: la ley exige que la empresa tenga su sede social donde se toman las decisiones clave sobre su funcionamiento, pero esta normativa no contempla sanciones por los incumplimientos. Muchas empresas –Molins es un claro ejemplo de ello– se han limitado a hacer los consejos de administración donde tenían su sede, cuando en realidad se gestionaban desde Catalunya. Ninguna institución ha supervisado ese incumplimiento.

Entidades y gobiernos

Un rato después de que Molins anunciara el regreso a Catalunya, el presidente Salvador Illa y la consellera de Economía, Alícia Romero, se felicitaban de ello ¿Trabajó el actual Govern para facilitar este regreso? tiene como objetivo "garantizar la estabilidad jurídica", pero que la decisión última es de las empresas. regreso de sedes sociales. Fuentes de la conselleria de Empresas que lideraba Roger Torrent explican que "pusieron las bases" para la decisión anunciada por Molins esta semana La conselleria mantuvo reuniones con diferentes empresas, entre ellas Molins, para mirar "convencerlas" de volver, siempre con el condicionante de que no recibirían ningún trato de favor. Aunque encontraron "buena receptividad", estos retornos no se van materializar.

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Fuentes próximas a Molins explican que en los siete años deexilio les han constado gestiones de la Cámara de Comercio en la época en la que estaba liderada por Joan Canadell. También Àngels Chacón, como consejera de Empresa, se implicó.

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La organización económica que en los últimos tiempos más ha insistido en este regreso de sedes ha sido Foment del Treball y, de hecho, su presidente, Josep Sánchez Llibre, ha hecho bandera. que "con el nuevo gobierno [del PSC] hay gente que ve las cosas con más simpatía". de la empresa, es cercano al PSC. ¿Hay que esperar un gran retorno de empresas en los próximos meses? Las fuentes consultadas son escépticas. AHORA. Una cementera, que vende a empresas y no a particulares, está más blindada en este sentido. dado el paso, pero en el seno de la compañía han quedado heridas abiertas: "Hemos pasado mucha vergüenza, nacimos en 1928 y no fuimos de Catalunya ni con Franco"

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