Romero exhibe sintonía con la gran empresa
La consellera de Economia da su receta para hacer frente a "la mala noticia" del triunfo de Trump en EEUU
Barcelona"Hacía tiempo que no recibíamos un relato tan desacomplejado". En resumen, es como Salvador Alemany, presidente del Institut Cerdà, describía las palabras previas de la conselleria de Economía, Alícia Romero, en el 10º Foro Global de Ingeniería y Obra Pública y 1er Forum Camins Cerdà, en una jornada sobre la colaboración público-privada. Entre los asistentes, representantes de grandes empresas catalanas, sobre todo de los sectores de la construcción, la industria y la energía.
La consellera Alícia Romero, en la apertura de la jornada, ha tendido la mano a las empresas para llevar de nuevo a Catalunya a liderar la economía española. También ha dado su receta para hacer frente al triunfo de Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos, lo que ha calificado de "mala noticia". Conocimiento y tecnología, y su transferencia a las empresas; descarbonización y renovables; e inversión en infraestructuras, especialmente hídricas. Y para ello, potenciar la colaboración público-privada –palabras bien recibidas por empresarios que tienen u optan a concesiones–. Para acabar de remachar el clavo, la necesidad de una nueva financiación singular de Catalunya, no para tener más dinero, según la consellera, sino para impulsar estas inversiones.
Romero también ha hecho un pequeño apunte sobre la situación económica. El crecimiento del PIB catalán es de los más altos de Europa. Pero el PIB per cápita, que mide no la riqueza de un territorio sino la de sus ciudadanos, se ha estancado. Con este problema ha enlazado Àngel Simón, consejero delegado de CriteriaCaixa, que no ha asistido a la jornada, como estaba previsto, pero que ha enviado un vídeo con una fuerte defensa de la colaboración público-privada. De hecho, Simón no ha dudado en decir que la Obra Social de la Caixa, que se alimenta de los dividendos de CriteriaCaixa, "está enfocada a completar el servicio público desde el ámbito privado".
Reindustrialización, marco estable y deberes para hacer
Sobre los retos de futuro para la economía europea y la necesaria descarbonización han hablado el presidente de Repsol, Antoni Brufau, y el de Enagás, Antoni Llardén. Un primer reproche. Llardén lo tiene claro: el sector privado "tiene mucho dinero que invertir, pero las autoridades deben dar un marco de cierta estabilidad". La descarbonización preocupa y Llardén ha realizado dos apuestas: una tasa para los productos importados de fuera de la UE si se han fabricado con emisiones de CO₂, y la reindustrialización.
Un concepto, la reindustrialización, que liga con las palabras de Antoni Brufau, que ha enumerado los pecados económicos de Europa. El primero, la deslocalización de la producción en Asia. El segundo, pensar que con buenas relaciones comerciales "era suficiente". Europa, apuntó, pensaba que con buenas relaciones con Rusia se aseguraba energía barata, pero cuando Moscú invadió Ucrania, "se crearon debilidades". Y el tercer pecado, "refiarnos de Estados Unidos para nuestra defensa". "No se puede funcionar así -ha dicho Brufau-, es necesario planificar a largo plazo". El máximo dirigente de Repsol ha criticado los objetivos europeos en energía, que difícilmente podrán alcanzarse. La receta de Brufau para volver a poner a Europa a la cabeza es "que se convierta en un centro de tecnología punta". En este sentido, mencionó la inteligencia artificial como una oportunidad, pero que tiene el riesgo de frenarse en Europa por la sobreregulación.
Brufau ha hecho un apunte preocupante. En 2010, Europa aportaba el 22% del PIB mundial, y ahora sólo el 17%. En el mismo período, China ha pasado del 7% al 17% y Estados Unidos del 22 al 26%.