“En Madrid hay más movimiento y lugares en los que hacer red”
Natàlia Boadas llegó a Madrid aún no hace un año para abrirse paso como guionista
MadridNatàlia Boadas (Riudellots de la Selva, 1993) fue a Barcelona a estudiar comunicación audiovisual en la Universitat Pompeu Fabra y de allí salió con un proyecto que finalmente TV3 llevó a la pantalla. Se trata de la serie Les de l’hoquei, que inicialmente fue el TFG de un grupo de alumnos. Con este éxito bajo el brazo, y después de pasar buena parte de la pandemia en su pueblo, ahora es una de tantos profesionales catalanes del mundo del audiovisual que se han trasladado a Madrid a buscarse la vida como guionistas. ¿Por qué? Pues porque es donde se concentra el grueso de la industria, las productoras y también las grandes plataformas. "¿Que qué es lo que más me llamó la atención cuando llegué? Sin duda los bares, hay muchísimos; aquí la gente siempre tiene planes para hacer, sea lunes o sea viernes", explica con una sonrisa.
Esta sociabilidad está relacionada con un hecho objetivo: a Madrid va mucha gente a ganarse la vida y, por lo tanto, necesitan espacios donde encontrarse. "Aquí la DAMA, la entidad que reúne a los guionistas, organiza encuentros cada semana, y también puedes ir a las proyecciones de la Academia del Cine Español y a encontrarte con directores o actores", dice Boadas. "En Madrid hay más movimiento que en Barcelona, hay muchos lugares donde hacer red, muchos acontecimientos culturales y, por lo tanto, es más fácil encontrar trabajo", afirma. Después de unos meses de incertidumbre, Natàlia explica que desde mayo va encadenando proyectos y ha encontrado una cierta estabilidad trabajando para productoras como Zeta Studios, responsable de la serie Élite, o Suma Content, la de los conocidos Javis.
Sin el turismo de Barcelona
"Aquí no hay tanto volumen de turismo como en Barcelona y tengo la sensación de que es una ciudad más segura. Puedes ir andando a las cuatro de la madrugada desde Chueca hasta La Latina sin tener sensación de inseguridad", relata. "También es verdad que enseguida me llamó la atención la cantidad de policía que hay", puntualiza. También destaca que en Madrid se marcan más las diferencias sociales que en Barcelona: "Los pijos aquí van con sus mocasines y camisas de marca, los ves sobre todo si vas a los barrios ricos", dice.
Coincide en que Barcelona es una ciudad más amable para el peatón que Madrid, pero que en la capital española es mucho más fácil integrarse. "De hecho, no he conocido a casi nadie de Madrid, todos somos de fuera, y esto hace que sea más fácil hacer amigos porque todo el mundo está igual. Pero sí, es cierto que aquí son más abiertos", concede. Sobre el tópico del facherío de Madrid, reconoce que no se ha encontrado con ningún episodio desagradable: "Quizás es porque en el entorno en el que me muevo, que es el de la cultura, la gente no suele ser de derechas. De hecho, normalmente valoran mucho Barcelona", concluye.