El Primero de Mayo reclama subir sueldos ante la inflación desbocada
Los sindicatos centran los dardos contra la patronal y exigen proteger el poder adquisitivo de los trabajadores
Barcelona / MadridPor primera vez en una década, en la manifestación del Primero de Mayo de este domingo no se han escuchado cánticos por la derogación de la reforma laboral. La protesta del Día Internacional de los Trabajadores ha vuelto a la normalidad después de dos años de pandemia y esta vez el principal reclamo ha sido la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores en un escenario en que la inflación no para de crecer mientras los sueldos se mantienen iguales. Cerca de 2.200 personas, según la Guardia Urbana –más de 8.000 personas según los sindicados organizadores, CCOO y la UGT–, se han concentrado en la plaza Urquinaona de Barcelona y han seguido una marcha por Via Laietana (con una parada en la sede de Foment del Treball, donde las organizaciones jóvenes han escenificado una quema de contratos temporales).
"Las empresas están aplicando la barra libre con la subida de precios y el caso más insultante es el de Repsol", ha criticado Camil Ros, el secretario general de la UGT en Catalunya. El sindicalista ha exigido a la patronal que abandone el bloqueo en la subida de sueldos a través de los convenios para ajustarlos al incremento de los precios de los últimos meses. De hecho, ha alertado que, si no se consigue a través de la negociación colectiva, los sindicatos reivindicarán que las revisiones salariales estén indexadas al IPC por ley a pesar de que esta no es la opción deseada por las organizaciones.
El mensaje del dirigente de CCOO de Catalunya, Javier Pacheco, ha ido en la misma dirección. "Esta es una crisis que no hemos provocado nosotros, sino las empresas energéticas a través de la especulación oligopolística", ha afirmado el sindicalista. En este sentido, ha lamentado que para el 27% de catalanes en riesgo de pobreza es imposible hacer frente a una subida de los precios de casi el 9% y ha exigido que la renta garantizada y otras ayudas de urgencias lleguen a los que lo necesitan ahora mismo.
La protesta no ha cargado muchos dardos contra el Gobierno español y ha celebrado los 13 acuerdos laborales del diálogo social de este último año como el incremento del salario mínimo interprofesional (SMI) a 1.000 euros, la ley rider y la del teletrabajo, los ERTE o la nueva reforma laboral, con el posterior incremento de los contratos indefinidos. "Este es un acuerdo fundamental que cambiará la cultura del mundo del trabajo desde los años 80. La temporalidad es cosa del pasado", ha defendido Pacheco. Ros también ha asegurado que con estas negociaciones el sindicalismo ha demostrado que "el camino gradual hacia el todo" es posible.
En Madrid, unas 50.000 personas, según las primeras cifras oficiales, han marchado por la Gran Vía con un mensaje claro dirigido a las patronales: "Aumentar los salarios, contener los costes, más igualdad". "No cederemos ante la actitud de boicot de las organizaciones empresariales para acordar un nuevo AENC [Acuerdo por la Ocupación y la Negociación Colectiva] que tiene que servir para garantizar el poder adquisitivo de los salarios, este año y los dos próximos", ha dicho el secretario general de CCOO, Unai Sordo, al inicio de la manifestación convocada por CCOO y la UGT, que ha contado con la presencia de diferentes miembros del Gobierno español, entre los cuales la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.
Los sindicatos han llegado a un Primero de Mayo en el que la negociación para un nuevo AENC está bloqueada. Este AENC –caducado desde 2020– tiene que recoger, entre otras cosas, la revisión salarial que tiene que servir de guía para las negociaciones colectivas, que ahora están registrando unos aumentos de poco más del 2%, muy por debajo del incremento de los precios de los últimos meses. De hecho, es esta crisis de los precios, alimentada sobre todo por el alza de los productos energéticos que la guerra en Ucrania ha acelerado, lo que ha eclipsado el contexto de un Primero de Mayo en el que los trabajadores han llegado sin haberse recuperado del todo de la crisis provocada por la pandemia. "Las organizaciones sindicales impulsaremos un proceso de movilización creciente alrededor de la negociación de los convenios colectivos", ha avisado Sordo.
La ministra Díaz también ha sacado pecho de las últimas victorias laborales y ha reivindicado que "es la primera vez" que los trabajadores salen a las calles de España "diciendo que sí que se ha mejorado su vida". "Es un orgullo", ha sostenido el secretario general de la UGT, Pepe Álvarez. "Estamos cambiando el rostro de los derechos de nuestros trabajadores, pero todavía queda mucho por hacer", ha dicho Álvarez. Ahora bien, esta tendencia parece que se ha desacelerado, sobre todo por la frialdad entre sindicatos y empresarios, y un síntoma es precisamente el bloqueo para revisar los salarios, pero también para reformar el sistema de cotización de los autónomos.
El estatuto del siglo XXI
Díaz ha aprovechado la oportunidad para anunciar que esta semana convocará a los agentes sociales para empezar a negociar el Estatuto de los Trabajadores del siglo XXI para "cambiar la realidad de arriba abajo, ante el viejo estatuto del siglo XX, que tiene aires autoritarios". El objetivo es adaptar la norma magna que protege a los trabajadores a las nuevas realidades laborales, como las plataformas digitales. Esta es una medida que se recoge en el acuerdo de gobierno entre Unidas Podemos y el PSOE.
Además, la ministra de Trabajo y vicepresidenta segunda del Gobierno español también ha anunciado que en pocas semanas se convocará la mesa de negociación para mejorar la ley de participación institucional y el papel de los agentes sociales en el marco del diálogo social.