Mercado laboral

Los salarios se moderan en plena tormenta inflacionista

Sindicatos y patronales no avanzan en la negociación por la actualización de los sueldos

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Los sueldos recuperan poder adquisitivo en Cataluña

MADRIDEn las últimas dos semanas, patronales y sindicatos no han encontrado el momento de sentarse a negociar cuál tiene que ser la revisión salarial que recoja el nuevo Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC). Con el último dato del índice de precios del consumo (IPC) publicada –9,8% este mes de marzo, según ha anticipado el INE–, la negociación todavía se ha complicado más, sobre todo por el temor de unos y otros a los llamados efectos de segunda ronda. "No hay constancia de una reunión pronto", anticipan fuentes próximas al diálogo social. Pero, mientras el nuevo AENC continúa sin estar cerca, los salarios siguen perdiendo poder adquisitivo.

Los últimos años esta negociación se desencallaba rápido porque la inflación se mantenía baja y estable –el AENC es el marco de referencia de cara a las negociaciones de los convenios, y por lo tanto de los salarios, entre empresas y trabajadores, y lleva caducado desde 2020–. Ahora bien, las revisiones salariales no siempre han ido compasadas a los precios. Sin ir más lejos, el 2021 cerró con un incremento salarial medio pactado de un 1,5%, mientras que la tasa mediana del IPC de todo el año se situó en un 3,1%. Esto quiere decir que los convenios asumieron una pérdida de poder adquisitivo.

El Banco de España calcula que este 2022 el aumento de los precios se situará en un 7,5% de media. Un escenario alimentado sobre todo por el estallido de la guerra en Ucrania, que ha dado más alas al encarecimiento de la energía y los carburantes, los dos principales motivos del alza de los precios. Ante esta espiral alcista, el gobierno español pidió un "pacto de rentas". Es decir, afrontar y repartir los daños de la guerra en Ucrania. "Los costes se tienen que repartir entre empresas, gobierno y trabajadores. El tema es si se hace de forma igualitaria o asimétrica. Pero es cierto que estamos ante una situación desconocida los últimos años y esto hace que se esté viviendo de forma mucho más dramática que en los 80", apunta el catedrático de economía aplicada de la UB Raúl Ramos.

Pequeño crecimiento

Si bien es cierto que con el arranque de 2022 se están registrando aumentos salariales, la revisión de los sueldos continúa estando por debajo del último dato de la inflación general (9,8%), pero también de la subyacente, la que no tiene en cuenta ni la energía ni la alimentación (3,4%). Según los últimos datos del ministerio de Trabajo, el total de convenios revisados y firmados entre el 2021 y hasta febrero recogen un incremento salarial medio de un 2,3% para este año, es decir, casi un punto más que el aumento del año anterior (1,5%), y que afecta a unos 4,4 millones de trabajadores.

El repunte es algo más alto si del total de los convenios solo se tienen en cuentas los acuerdos negociados durante los meses de enero y febrero del 2022, cuando las tensiones inflacionistas empezaron a escalar. Según los datos publicados por el ministerio de Trabajo, se prevé un aumento de los salarios del 2,6%. Ahora bien, sacar conclusiones todavía es apresurado porque su afectación solo engloba a 15.000 empleados, como matiza el Banco de España en las proyecciones macroeconómicas publicadas este miércoles. Así, si la revisión salarial empieza a reflejar el impacto de la inflación, sería de forma muy tímida, asumen los principales organismos supervisores. Otro síntoma de esto es la diferencia del aumento salarial en función del trimestre en que se firmó el convenio. Así, mientras que el 98% de los convenios acordados el primer trimestre del 2021 incorporan incrementos salariales inferiores al 2%, el último trimestre del año caen hasta el 57%, de forma que aumenta los acuerdos por encima del 2%.

En 2021 también se firmaron convenios plurianuales, es decir, que recogen los incrementos no solo del 2022 sino también del 2023. En este sentido, el aumento salarial medio pactado para el próximo año se sitúa al 1,9% para cerca de 1,5 millones de trabajadores (todavía hay muchos convenios pendientes de revisión). Una cifra moderada si se tiene en cuenta que la inflación mediana que se prevé para el 2023 es del 2%, según el Banco de España.

Ramos recuerda que a la hora de negociar siempre se pone encima la mesa la "inflación prevista", pero a la vez hay que tener en cuenta si es "temporal o permanente", sostiene el catedrático. "Hasta ahora se hablaba de una inflación prevista del 2%. Si fuera del 10% los sindicatos se tendrían que poner duros, pero la idea es que decaiga a medio plazo", añade. De hecho, el Banco de España sitúa la desescalada de precios en verano.

Aumento de las cláusulas  

Los sindicatos asumen que no se puede trasladar la inflación actual, superior al 7%, a la revisión de los salarios, pero tampoco quieren una pérdida del poder adquisitivo. Por eso apuestan por las cláusulas de garantía salarial. Mientras que para CCOO y UGT estas serían condiciones sine qua non del acuerdo, las patronales las rechazan.

El objetivo principal de estas cláusulas es facilitar que si este 2022 se cierra un aumento salarial muy por debajo de la inflación, se pueda reconducir en 2023 y 2024, para acercar las alzas salariales al aumento de los precios. Ahora bien, a ojos del Banco de España una tendencia al alza de las cláusulas de garantía salarial "constituye un riesgo" por los efectos de segunda ronda que se puedan derivar de ello. Es decir, que las presiones inflacionistas se trasladen a los salarios y alimenten todavía más el incremento de los precios. "Ligar los sueldos a la inflación es peligroso, pero a la vez se tiene que ayudar los trabajadores", apunta Ramos, que apuesta por buscar alternativas como incorporar complementos que permitan recuperar poder adquisitivo, pero que no estén consolidados al sueldo. También señala ir a la raíz del problema actual de la inflación: la energía. "Hace falta encontrar el equilibrio entre el 2% [revisión salarial media actual] y el 7% [inflación estimada]", dice Ramos.

Con los años estas cláusulas han desaparecido (en estos momentos, solo un 17% de los convenios las contienen), si bien es cierto que han aumentado en los últimos convenios firmados. Así, los dos primeros meses del año estas cláusulas ya afectan el 30% de los trabajadores que han firmado un convenio. Además, los convenios acordados que incluyen una revisión para el año 2023 se han doblado. Aún así, la letra pequeña de la mayoría de las cláusulas lleva matices: no se trata de una revisión automática en función al IPC, sino que presentan un "componente plurianual", es decir, se utilizaría como referencia para revisar los sueldos un periodo superior a un año y, por lo tanto, no habría un traslado directo de los picos inflacionarios a los salarios.

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