La recuperación pos-covid

La pandemia hace crecer la desigualdad, pero la política fiscal para el golpe

Los ERTE son la medida que más ha evitado una caída generalizada de las rentas

La pandemia ha tenido un impacto indudable sobre la desigualdad tanto en Catalunya como en el conjunto de España. No obstante, a diferencia de la anterior crisis -entre 2007 y 2013-, el impacto de la crisis en las rentas más bajas ha sido mucho más bajo, lo que se explica por las diferentes causas de las dos crisis, por una recuperación más rápida y por la respuesta agresiva de las administraciones públicas para paliar los efectos económicos de los confinamientos.

La principal medida -pero no la única- de la desigualdad es el índice de Gini. Este indicador creció en España 3,61 puntos entre febrero y marzo de 2020, cuando estalló la pandemia. Pero la redistribución causada por las políticas del estado del bienestar -prestaciones de paro, subsidios, sanidad, educación- redujeron el dato hasta un incremento de 3,17 puntos, según datos publicados por el Monitor de la Desigualdad de la Universitat Pompeu Fabra y CaixaBank Research.

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Ahora bien, coincidiendo con los confinamientos más fuertes, el índice se disparó en abril y en marzo casi unos once puntos. La aprobación de los ERTE y las ayudas rebajaron el dato hasta los 2,62 puntos. Esto quiere decir que a pesar de quedarse lejos de neutralizarlo, los estímulos sí que paliaron notablemente el impacto del cierre de la economía sobre las rentas más bajas.

De hecho, esta es una de las principales diferencias entre la actual crisis y la anterior. Por ejemplo, en el caso de Catalunya, por cada punto que retrocedió la economía en la crisis de 2007 a 2013, la desigualdad creció unos 0,3 puntos. En cambio, con la pandemia, el incremento del índice de Gini por cada punto perdido de producto interior bruto (PIB) fue justo la mitad, de 0,15 puntos.

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Hay que añadir también que la desigualdad se ha ido reduciendo a medida que la actividad económica se ha normalizado, puesto que en agosto de este año el índice de Gini ya era solo 1,28 puntos superior a los niveles de febrero de 2020.

Efecto positivo de la industria

Sin embargo, la crisis derivada del coronavirus ha tenido un impacto más intenso sobre los estratos de la sociedad más vulnerables. El Banco de España destacaba jueves que la pandemia ha afectado sobre todo a “familias vinculadas a los sectores económicos más afectados por la crisis sanitaria, como el turístico, y las de menos renta”. A pesar de esto, las políticas públicas han evitado una catástrofe, puesto que la desigualdad ha crecido menos que en la pasada crisis, a pesar de que la caída de la actividad durante el primer trimestre de 2020 fue la más fuerte desde la Guerra Civil.

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Tal como apunta el Banco de España, las comunidades donde el turismo y el comercio tienen más peso son las que más han sufrido incrementos de la desigualdad. En el caso catalán, el turismo representa un 17% aproximadamente del PIB, pero la desigualdad creciente en este sector se ha visto compensada por la industria, que ha sido mucho menos afectada por las restricciones y que en algunos subsectores ha tenido fuertes crecimientos.

En España el 80% de las variaciones en la desigualdad están causadas por cambios en la ocupación. El mercado laboral es el que más se resiente de los choques económicos, a un nivel muy superior que el resto de estados de la Unión Europea, por lo que el principal colchón antidesigualdad han sido los ERTE, que han salvaguardado un pedazo importante de la renta de los trabajadores y han evitado incrementos masivos del paro, como ha pasado en países como los EE.UU..