Feijóo vuelve a tropezar con la misma piedra
Es realmente sorprendente la capacidad de Alberto Núñez Feijóo de tropezar una y otra vez con la misma piedra, que no es otra que la aritmética parlamentaria. Justo cuando el PSOE estaba en su peor momento, en choque por el ingreso en prisión de su hasta hace poco número tres, Santos Cerdán, he aquí que Feijóo decide poner en marcha una maniobra para sondear si alguno de los partidos socios de Pedro Sánchez le apoyaría en una moción de censura.
Esta jugada, ejecutada por lo que se perfila como nuevo número dos del PP a partir del domingo, Miguel Tellado, ha dado como resultado una auténtica catástrofe política. Todo lo que podía salir mal, ha salido. En primer lugar, resulta hilarante que Tellado envíe un mensaje a Gabriel Rufián (ERC) para preguntarle si estaría abierto a apoyar una moción de censura con Feijóo de candidato. Evidentemente, Rufián, con displicencia, ha aprovechado para poner el dedo en la llaga y recordar todos los casos de corrupción del PP. Cuando Tellado llamó a la puerta de Junts, se encontró con una respuesta humillante: si quieren algo, primero vayan a Waterloo a reunirse con Carles Puigdemont. Y en última instancia, el PNV, que sobre el papel podría ser el partido más propicio a una operación de estas características, se enfadó con el PP porque Tellado dio la rueda de prensa antes de hablar con ellos.
Pero es que el despropósito no termina aquí. Las llamadas de Tellado a ERC ya Junts han molestado especialmente a la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, que ha vuelto a corregir al presidente de su partido alertando contra los "pasos en falso". O sea, que la operación moción de censura no solo no ha durado más que unas horas (desde que ha sido anunciada por el propio Feijóo en las redes hasta que ha comparecido Tellado), sino que ha servido para dividir internamente al partido y mostrar, de rebote, su soledad y poca habilidad diplomática. En este sentido, resulta especialmente preocupante para Feijóo que Tellado, persona con un perfil nada dialogante, sea a partir del domingo el nuevo secretario general del PP.
¿Pero cómo se explica este error de principiante por parte de Feijóo? Pues por la presión que recibe, sobre todo por parte de Vox, para que presente una moción de censura. Seguramente el líder del PP pretendía demostrar que no tiene suficientes apoyos y, por tanto, cortar de pura cepa el debate sobre la moción de censura. El problema es que ha logrado exactamente lo contrario: durante todo el día el gran tema de discusión, sobre todo en el espectro de la derecha, ha sido si es necesario o no presentar una moción de censura.
Feijóo se equivoca cuando presenta la moción como una simple cuestión de números. Que esté destinada al fracaso, no puede ser el único argumento. A veces es necesario presentarla simplemente por coherencia política, especialmente cuando consideras que tu país pasa por una crisis gigante y es necesario un cambio de rumbo o, al menos, escenificar que existe una alternativa preparada para tomar el relevo. Con la maniobra de este martes, sin embargo, no se demuestra ni lo uno ni lo otro.