Abrir tu hogar transforma vidas
El Gobierno quiere doblar el número de familias acogedoras y garantizar que ningún niño menor de seis años viva en un centro residencial
"Un día en la escuela supimos que un compañero de nuestro hijo estaba en acogida. Nos pareció muy bonito. Años más tarde, una amiga nos habló del proceso y decidimos dar el paso." Así empieza el relato de Mayra. acogen a cerca de un millar de niños en Cataluña, haciendo las funciones que temporalmente no puede hacer su familia de origen. su familia y necesitan un hogar que les dé cariño y seguridad. Por eso el compromiso del Gobierno es claro: todos los niños, especialmente los más pequeños, deben poder crecer en familia, y eso sólo será posible con más personas dispuestas a acogerlos. la dotación económica para reforzar los equipos técnicos, agilizar los trámites, dar más apoyo a las familias acogedoras y aplicar mejoras fiscales. familia de origen), el especializado y la acogida de vacaciones y fines de semana. En Cataluña hay 798 familias de acogida, que acogen a 908 niños y niñas.
"Me siento amada de verdad"
Cuando Laura tenía ocho años llegó a una familia de acogida. Hoy tiene 20, sigue viviendo con ellos y estudia educación social. "Tengo mucha suerte. Tuve una segunda oportunidad. Me siento querida de verdad". Laura recuerda que cuando cumplió 18 años tenía mucho miedo. "Todo el mundo pensaba en el carnet de conducir o al salir de fiesta, pero yo sólo pensaba si debería marcharse de casa. Por suerte pude quedarme. Y gracias a eso, estoy en la universidad".
El proceso para hacerse familia acogedora incluye formación, entrevistas y seguimiento posterior. El Instituto Catalán del Acogimiento y la Adopción (ICAA) acompaña a las familias y ofrece soporte económico, psicológico y material. "Estos niños llevan una mochila importante. Necesitan más que nunca un entorno seguro y cariñoso", relata la directora del ICAA, Elena Lledós Monsó.
Y este entorno lo han encontrado en familias como la de Mariona y Joe. En el 2015, cuando sus dos hijos tenían seis y nueve años, acogieron a una niña de cuatro. "Primero empezamos saliendo del centro y haciendo actividades juntos, y la llevábamos a casa unas horas. Luego se quedó", recuerdan. Hoy tiene trece años y es una más en la familia. "Ella tenía muchas ganas de integrarse e hizo todo el esfuerzo del mundo", recuerda Mariona con orgullo.
Crecer en familia: un derecho, una necesidad
Está demostrado que vivir en familia favorece el desarrollo emocional, físico y social de los niños. Por eso la Generalitat trabaja para reducir al máximo la estancia de los menores de edad en centros residenciales y anima a familias de todo tipo a dar el paso.
Testimonios como el de Laura, acogida en familia, son el mejor ejemplo: "Me haría mucha ilusión que cada vez haya más gente que pueda tener la suerte que yo he tenido". Con su pareja tienen claro que quieren acogerse. "No adoptar, acoger. Dar una segunda oportunidad, como la que yo tuve".
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