Barcelona consolida la apuesta por dar continuidad pedagógica entre la primaria y la secundaria

Uno de los objetivos que guía la gestión educativa es garantizar la coherencia entre los proyectos pedagógicos de escuelas e institutos. Poder hacerlo es esencial para minimizar el riesgo de abandono y favorecer un tráfico fluido entre primaria y secundaria. Eulàlia Esclapés, psicopedagoga con más de 23 años de experiencia en centros educativos y directora de Educación y Territorio del Consorcio de Educación de Barcelona, ​​lo tiene muy claro: “Es sobre todo con los cambios de etapa cuando podemos perder a un alumnado que , si permitimos que se desvincule de las dinámicas escolares, será muy difícil poder recuperar”.

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La medida capaz de fomentar con mayor rotundidad la continuidad pedagógica entre escuelas e institutos es la simplificación de las adscripciones, una línea en la que el Consorci trabaja desde hace años. La adscripción es el principal criterio normativo que ofrece el decreto de admisión para reforzar la continuidad pedagógica entre las etapas de primaria y secundaria, al otorgar prioridad en la asignación de plaza a las familias de centros adscritos. De este modo, las familias que sitúan a sus institutos adscritos entre sus opciones prioritarias durante el período de preinscripción tienen la plaza asegurada.

El próximo curso 2024-25 se cierra el proceso que ha llevado a la simplificación de las adscripciones. Ya hace cuatro años que se informó a las comunidades educativas sobre la implementación de esta estrategia, un modelo hacia el que se empezó a andar progresivamente. El próximo septiembre ya no quedará ninguna escuela con más de tres institutos adscritos, el 99% dispondrán de dos o tres. Aunque la voluntad de la administración es conseguir que todas las escuelas tengan dos, para poder asegurar la asignación de plazas en secundaria todavía tiene que haber escuelas con tres institutos vinculados. En cualquier caso, la situación de la actual preinscripción representa un paso más respecto al anterior, cuando todavía había siete escuelas con cuatro institutos o incluso dos con cinco. Así, este año se consolida este modelo, que ha quedado establecido en todos los centros de enseñanza obligatoria.

Y es que la clarificación de las adscripciones, como ocurre con los institutos escuela, es un escenario que da seguridad y confianza a las familias, porque evita que el alumnado tenga que sufrir el trance de tener que adentrarse en un sitio desconocido. Si antes del paso crucial en primero de ESO los institutos y las escuelas han tenido la oportunidad de trabajar una alianza encaminada a facilitar este tráfico, las probabilidades de éxito educativo se multiplican y el vínculo entre la escuela y el instituto se convierte en un factor de protección para los chicos y chicas que entran en la adolescencia.