Salud

¿Por qué vacunarse es amar a toda la familia

Vacunar a los niños contra la gripe no sólo les protege a ellos frente al virus, sino también al resto de la familia, en especial a las personas mayores y las embarazadas

19/12/2025

Durante los meses de otoño e invierno, el tiempo que pasamos al aire libre suele ser menos que en otras épocas del año. El ambiente más frío y el hecho de disponer de menos horas de luz solar hace que las familias a menudo se encuentren en casa de unos y otros, lugares donde los niños pueden disfrutar de la compañía de ancianos, tíos y primos, pero también donde circulan más los virus que provocan los resfriados y las gripes, lo que favorece muchas veces el contagio. No es casualidad, por tanto, que año tras año por estas fechas se produzca un pico de infecciones víricas como son el resfriado, la gripe, la COVID-19 y la bronquiolitis.

No es un simple resfriado

La inmunización anual contra la gripe en niños de entre 6 y 59 meses se ha incluido en el calendario de vacunaciones e inmunizaciones sistemáticas, puesto que se consideran un colectivo vulnerable. No en vano, se calcula que en todo el Estado cada año 4.000 niños deben ser hospitalizados a causa de la gripe, lo que pone de manifiesto la necesidad de fortalecer su sistema inmunitario. Y es que, tal y como apuntaba la campaña de vacunación de hace un par de años, "la mejor defensa es un buen ataque", especialmente en una enfermedad respiratoria vírica como la gripe, que se contagia muy fácilmente de una persona a otra por vía aérea, provocando síntomas como fiebre elevada, tos seca, dolor de cabeza y de cuello, dolor. En los niños –sobre todo en menores de cinco años– puede provocar también neumonía, otitis, bronquitis y otras complicaciones que pueden requerir ingresos hospitalarios e incluso provocar la muerte.

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La gripe no es un simple resfriado, sino que puede tener complicaciones que también afectan a otros colectivos de riesgo, como las personas con enfermedades crónicas, los mayores de 60 años y las embarazadas. Por tanto, si los niños tienen una relación muy estrecha con sus abuelos o bisabuelos, habría que reducir el riesgo de contagio vacunándolos a ellos también, por mucho que nos parezca que una criatura sana no comporta ningún riesgo para su entorno. Lo mismo ocurriría, por ejemplo, si la madre de la criatura estuviera embarazada. La vacuna, por tanto, promueve una convivencia familiar segura.

Acto de responsabilidad colectiva

Los niños son el grupo de población con más casos de gripe, así como los que transmiten el virus durante un período de tiempo más largo. Por ello, vacunarlos permite reducir el impacto de la transmisión. Y no sólo en el seno de la familia, sino en el conjunto de la sociedad. Es necesario tener claro que cualquier persona, sin una patología de base, puede sufrir una gripe grave y que las familias tenemos a nuestro alcance la posibilidad de reducir drásticamente los contagios, que es lo que se consigue a través de la vacunación.

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La vacunación, por tanto, es la medida más eficaz para prevenir las posibles complicaciones por la gripe. Se trata de un pequeño gesto que todos deberíamos llevar a cabo durante los meses de otoño, justo antes de empezar la temporada epidémica, y que es necesario repetir cada año, porque el virus de la gripe sufre mutaciones y esto comporta la necesidad de adaptar las vacunas cada temporada para hacerle frente. La necesidad de vacunarse cada año también la explica el hecho de que los anticuerpos que produce nuestro sistema inmunitario contra este virus disminuyen con el paso del tiempo.

En última instancia, la reducción de los casos de gripe que se consigue a raíz de la vacunación –y de medidas preventivas como la ventilación de los lugares y lavarse frecuentemente las manos– también evita las visitas a los centros ambulatorios ya los hospitales, y descongestiona el sistema sanitario, lo que nos beneficia a todos.

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Cómo explicar la vacuna a los niños

Puedes hacer partícipes a tus hijos e hijas del momento de la vacunación anticipándoles que se trata de un pequeño gesto para proteger su organismo. Puedes utilizar metáforas como que la vacuna les dota de soldados, guerreros o superhéroes que combaten la enfermedad, y si quieres ilustrarlos siempre puedes buscar en internet o en alguna plataforma algún capítulo deÉrase una vezdedicado a las vacunas. Incluso hay un capítulo deTeoque habla. También es necesario que seas honesto y que los avances de que el pinchazo será algo molesto, pero muy breve, y que destaques que sin embargo hay que vacunarse porque la consecuencia de no hacerlo puede ser una enfermedad grave. Hará falta que adaptes el mensaje a la edad y madurez de la criatura, pero es probable que a partir de los dos años te entienda a rabiar.

Vacunas al alcance de los niños según la edad

Es necesario que se vacunen contra la gripe a los niños de entre seis meses y cuatro años (incluidos), así como a los de hasta los 18 años que reciben tratamiento prolongado con ácido acetilsalicílico o con condiciones de riesgo, inmunosupresión o residentes en instituciones cerradas. Entre los seis meses y dos años, sólo se dispone de la vacuna inactivada vía intramuscular, ya partir de los dos años la atenuada, por vía nasal. En el primer caso, los efectos secundarios más comunes son inflamación o dolor en el sitio de inyección, fiebre, malestar general o dolor muscular, que suelen desaparecer en menos de 48 horas. Mientras duran, se puede administrar frío en el sitio de inyección y paliar el malestar con antitérmicos. A su vez, la vacuna atenuada también puede producir disminución del apetito y congestión nasal.

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Para vacunarte, pide cita en Mi Salud en Citasalud.gencat.cat o en tu CAP.