Viajes

4 grandes viajes que se pueden realizar en tren desde Barcelona

Descubrimos algunas de las grandes rutas del Viejo Continente sin necesidad de tomar ningún avión

BarcelonaLas vacaciones de verano ya quedan atrás y, aunque el inicio del otoño puede llevar cierta melancolía, en realidad es una muy buena época para hacer escapadas y viajar sin prisas. Contemplar cómo el paisaje cambia desde una bicicleta, un ferry o la ventanilla del tren parece estar a años luz de la escapada exprés, pero cada vez más viajeros se decantan por esta forma de moverse, más pausada y consciente, que hace del mismo trayecto una de las partes más esenciales del viaje. Conocido también como slow travel, este tipo de experiencia no sólo quiere ser más lenta, sino que también busca una intención: conectar con el territorio, tener tiempo de descubrir cada detalle y reducir el impacto medioambiental. Para ello, dejar de viajar en avión y apostar por el tren es uno de los principales objetivos.

Por suerte, Europa sigue siendo un lugar ideal para quienes quieren reducir su huella de carbono. Actualmente, existe una oferta creciente de trenes de alta velocidad, que en muchos casos ya compiten con los aviones en duración, y que abarca desde el norte de Noruega hasta las puertas de Marruecos o la frontera con Asia. Esto hace que las ideas de viajes sean casi inagotables. En el libro Europa sin avión (Lonely Planet, 2025), hay una recopilación de ochenta rutas inspiradoras, muchas de las cuales pueden empezar desde Cataluña. Se puede ir tan lejos del continente como se quiera, todo depende de los días libres que se tengan y las ganas de vivir un viaje diferente donde se degusta cada parte del camino, pero hay que cambiar el chip: las horas pasadas en un tren no son horas perdidas, forman parte del viaje y se disfrutan como todo lo demás.

Ruta artística por los Países Bajos

Ficha trenes:

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Barcelona-París (6 h 30 min)

París-Lille (1 h)

Lille-Amberes (1 h 30 min)

Amberes-Amsterdam (1 h 14 min) ~BK_SLT_LNA

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Esta ruta combina diferentes ciudades conocidas por sus museos y obras artísticas: desde los impresionistas franceses hasta los maestros del Siglo de Oro holandés. La ruta aprovecha las conexiones de trenes de alta velocidad entre Barcelona, ​​París y Amsterdam, al tiempo que permite visitar más destinos interesantes que están a pocas horas de distancia. Es el caso de Lille, con el Palais des Beaux-Arts, construido por orden de Napoleón y donde se encuentran obras de Rafael o Rembrandt; así como el museo de arte contemporáneo y parque escultórico LaM. Desde Lille hay muchos servicios de tren rápido hacia Amberes, el hogar del maestro barroco Peter Paul Rubens, donde se puede visitar su casa taller. También se encuentra el Museo Plantin-Moretus, un edificio medieval donde se conservan las primeras obras impresas del mundo. Desde Amberes se puede tomar uno de los múltiples trenes que, en sólo una hora, llegan a Amsterdam, la sede de grandes museos como el Stedelijk Museum, con su característico diseño, y las torres del Rijksmuseum. También es indispensable una visita al Museo Van Gogh, donde se encuentra la mayor colección del mundo de obras de este artista. Para volver a Barcelona, ​​se puede tomar uno de los once trenes de alta velocidad que comunican cada día en tres horas y media Amsterdam con París, y de allí, directo a casa.

De Barcelona a Glasgow

Ficha trenes:

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Barcelona-París (6 h 30 min)

París-Londres (2 h 30 min)

Londres-Birmingham (1 h 30 min)

Birmingham-Manchester (1 h 30 min) ~- h)

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Windermere-Glasgow (2 h 30 h)

¿Quién dice que no se puede llegar en tren hasta Inglaterra? Este recorrido atraviesa toda la columna vertebral del Reino Unido haciendo parada en distintas ciudades industriales que hoy tienen una gran oferta cultural hasta llegar al sur de lasHighlands escocesas. Ante todo, hay que llegar hasta París con un tren de alta velocidad. Allí, se puede visitar la ciudad y tomar uno de los catorce trenes diarios que, en dos horas y media, te dejan en Londres. Una vez en Inglaterra, la estancia en cada ciudad depende del tiempo y de las ganas de turismo que se tengan. La cuestión es que, a medida que va subiendo hasta Escocia, se tiene la oportunidad de visitar ciudades como Birmingham, con un glorioso pasado industrial; Manchester, conocida por ser el hogar de grupos musicales como The Smiths, Joy Division y Oasis, y llegar a la zona del Lake District en Windermere, donde se encuentra el lago natural más grande del país, ideal para hacer kayak o excursiones en parajes naturales. Y como guinda final Glasgow, conocida por la construcción de barcos y por su variedad de museos, como el barco museo Glenlee. Antes de volver a casa, si se dispone de más días, se puede tomar un tren que, en casi una hora y media, te lleva hasta Edimburgo, capital de Escocia y que cuenta con muchos monumentos históricos de interés. Por volver, desde Glasgow hay trenes rápidos que en menos de cinco horas te dejan en el centro de Londres.

La ruta de Orient Express

Ficha trenes:

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Barcelona-París (6 h 30 min)

París-Múnico (6 h)

Munic-Budapest (10 h)

Budapest-Bucarest (17 h)

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Bucar Para quienes tengan ganas de rememorar el espíritu de Orient Express, existe la opción de recrear partes del viaje y obtener algo de esa esencia. Como en las demás rutas, el periplo te lleva primero hasta París. De ahí, existe la opción de coger uno de los veinte servicios diarios que te transportan hasta Múnich en unas seis horas. Después de tomar una cerveza en la Hofbräuhaus, una cervecería del siglo XVI, se pueden estirar un poco las piernas en el English Garten antes de tomar un tren nocturno que, en diez horas, te traslada hasta Budapest. Esta ciudad húngara es ideal para relajarse, ya que tiene una gran variedad de baños termales, como los Széchenyi, uno de los mayores de la ciudad construidos al estilo art nouveau. O también se recomienda probar los baños Gellért, que están en funcionamiento desde la época de la ocupación otomana. Una vez ya sea suficiente, se puede tomar un tren nocturno hasta Bucarest. La capital rumana ofrece avenidas llenas de cafés y reliquias de la época comunista y la era Ceausescu, como el imponente Palacio del Parlamento, uno de los edificios más grandes del mundo. Por último, un tren nocturno de diecinueve horas te lleva hasta Estambul, la puerta de Asia y la guinda final de una travesía épica en tren. Ver los minaretes de la Mezquita Azul, los pescadores del puente de Gálata y el Bósforo al caer el sol es un buen final de trayecto para todos aquellos que quieran rememorar las clásicas rutas en tren. Para volver a casa, la forma más rápida es deshaciendo el camino o bien haciendo una ruta más meridional que conecta Múnich vía Sofía, Belgrado, Zagreb y Liubliana. Todo depende de los días y ganas de seguir haciendo camino.

Capitales culturales de Europa central

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Barcelona-París (6 h 30 min)

París-Colonia (3 h 30 min)

Colonia-Berlín (5 h)

Berlín-Breslau (4 h)

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Bresla

Esta ruta te lleva directo hacia algunas de las ciudades más vibrantes y culturales de Europa. Desde Barcelona se llega a París en un tren de alta velocidad. A partir de ahí, hay más de una treintena de trenes que en menos de cuatro horas te transportan hasta Colonia, ciudad alemana llena de cervecerías, galerías de arte y edificios imponentes como el Kölner Dom, una catedral gótica que en su día era considerada como el edificio más alto del mundo. Desde Colonia hay varios trenes que en cinco horas te dejan en medio de Berlín, una ciudad llena de vida y cultura que nunca deja de sorprender. A tan sólo cuatro horas en tren de Berlín nos encontramos Breslau, ciudad polaca que cuenta con una plaza señorial llena de bares y cafés. Una de las particularidades de esta ciudad es que está llena de gnomos de bronce que te vas encontrando a cada paso. Finalmente, a tres horas de Breslau llegamos a Cracovia, donde se encuentra una de las plazas medievales más grandes de Europa y un barrio judío lleno de historia.

Normas para realizar viajes con menos carbono

Saber cuándo reservar: Muchos trayectos en trenes rápidos se ponen a la venta con noventa días de antelación. Los billetes más baratos suelen venderse primero, pero si eres flexible con las fechas, puedes encontrar buenas ofertas.

Equipaje ligero: Tanto si se viaja en bicicleta o en trenes rápidos, siempre es bueno deshacerse de un par de kilos. En realidad, no hay nada que, en caso de necesidad, no pueda comprarse a lo largo de la ruta.

Reservar alojamiento con antelación: Sobre todo en verano es recomendable reservar alojamientos, incluso si se trata de dormitorios colectivos, con suficiente antelación.

Hacer bien las cuentas: A algunas personas les echa atrás el coste de viajar en tren respecto al avión, pero antes de descartarlo debe considerarse el coste total del viaje: desplazamientos hasta o desde el aeropuerto, facturar el equipaje, la comida y la bebida. En conjunto, la diferencia no es tan grande.