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Asun Pié Balaguer: "Nadie que se está muriendo dice: «Debería haber trabajado más»"

La profesora de educación social defiende nuevos modelos de relación social y médica, como las redes de cuidados

BarcelonaEn los últimos días antes de vacaciones, muchos trabajadores aseguran que necesitan parar porque ya no pueden más. Los efectos de un estilo de vida estresante, exigente y cada vez más virtual se han bautizado como la era del cansancio y los medios alertaron de una pandemia invisible relacionada con la salud mental. ¿Acaso la vida que llevamos nos enferma? "El modelo médico hegemónico no acepta que lo social y cultural produce no sólo malestar, sino también enfermedad. Pero hay profesionales que plantean que la medicina parchea lo que el campo social ha roto", reflexiona Asun Pié Balaguer, profesora de los estudios de psicología y ciencias de la educación de la UOC. "Una situación social puede generar una patología grave. Un ejemplo es el estrés, pero también una úlcera de estómago o una depresión".

En la vida de muchos trabajadores hoy conviven la necesidad de ser productivo y la ambición de realizarse profesionalmente junto a los discursos sobre la vulnerabilidad y los límites del cuerpo. "Valoramos a los individuos en función de su productividad, porque es lo que da acceso al privilegio. Y esto se suma a la atomización social, a la erosión de la solidaridad, que interesa al sistema porque lleva a la lógica de la competitividad en el extremo, que implica poner la vida entera a trabajar", alerta Pié. Por eso defiende que "lo que es más político hoy es ser inútil, en el sentido de no hacer nada, porque esto cuestiona el sistema", dice la autora de La insurrección de la vulnerabilidad.

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Los trabajadores a menudo se sienten víctimas y cómplices de esta rueda imparable, al menos hasta que llega una desgracia o algún familiar se acerca a la muerte, cuando todo se trastoca. "Nadie que se está muriendo dice: «Debería haber trabajado más». En psicología hace mucho tiempo que se sabe que una vez que las necesidades básicas están cubiertas, lo que te dará más felicidad no es la dimensión material, es la calidad de tus relaciones". Y aunque parezca una paradoja, la sencillez, los vínculos y encontrar el sentido de la vida en lo pequeño es lo más difícil de lograr porque "quiere decir tiempo, significa hacerlo sin apoyo económico y significa probarlo , porque estás pensando en una organización social inédita".

Éste es su campo de investigación. "Tenemos malestar y no sabemos muy bien qué hacer. Pues el cuidado en red es una manera de aterrizar la idea de que el cuidado debe estar en el centro", afirma Pié, que dirige el posgrado de salud mental colectiva de la URV. Se trata de abordar el sufrimiento desde más disciplinas que la medicina y generando espacios saludables más allá de los hospitales. "Por ejemplo, la Plataforma de Afectados por la Hipoteca ha sido un espacio de salud porque ha generado una red de cuidado para abordar situaciones de dificultad socioeconómica", ejemplifica.

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Por eso ella apuesta por hacer una arquitectura del cuidado más "colectiva y democrática" que simplemente la relación médico-paciente: "El cuidado debería construirse con la persona diagnosticada en el centro, y con acompañamiento de los especialistas, que deberían hablar entre ellos. Las familias deberían ser atendidas y habría que pensar el apoyo social que necesitan, que puede ser ayuda profesional o más informal, de amistades. qué quiere la persona: a veces cuidar puede querer decir que te dejen tranquila". El objetivo debe ser ir a la raíz del problema: "La vida no puede tratarse exclusivamente con un fármaco. Así que es mejor dedicar tiempo a cultivar las relaciones ya generar red".