Cómo nos conocimos

Enamorarse después de estar un año sin hablarse

Albert Mendiola, chef

Selena Soro
y Selena Soro

El chef Albert Mendiola y la jefa de sala Patrícia Torres llevan 20 años juntos, pero, cuando se conocieron, hace más de dos décadas, no parecía que pudiera nacer una relación duradera entre los dos. Entonces él era jefe de cocina y ella jefa de sala en el restaurante Negro de Barcelona, y estuvieron casi un año sin hablarse por diferencias profesionales: “Es bastante típico que entre las dos figuras haya algún choque”, explica Mendiola, antes de añadir: “Bueno, es verdad que también había un poco de tensión porque en realidad nos gustábamos, pero los dos teníamos pareja”. 

Así que la tensión no resuelta de gustarse pero no estar juntos se sumó al estrés diario de un restaurante de categoría. “Teníamos las discusiones típicas que se generan cuando los camareros no vienen a buscar los platos o cuando tú no los sacas y no te los reclaman…”, detalla. La relación cambió de golpe cuando, un tiempo después, los dos lo dejaron a la vez con las parejas. “Empezamos una relación y los malos rollos desaparecieron de un día por el otro”, explica Mendiola. Esto no quiere decir que de vez en cuando no hubiera algún pequeño choque en el trabajo. “Cuando una pareja trabaja junta es muy difícil no llevarse algunas cosas en casa. Trabajamos juntos en un par de restaurantes más y después dijimos que sería mejor que trabajáramos separados”. 

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La decisión no duró mucho: hace diez años abrieron juntos el restaurante Marimorena, en Sant Boi de Llobregat, donde Albert Mendiola hace de chef y Patrícia Torres de jefa de sala. “Hay momentos de todo, pero sobre todo después de la época dura que hemos pasado los restaurantes con la pandemia toca remar juntos, así que nos estamos ayudando el uno al otro más que nunca”. Al final, dice, cuando llevas mucho tiempos trabajando con tu pareja también aprendes a desconectar y no llevar los problemas a casa, “a pesar de que no siempre es fácil”. “Por eso para nosotros es importante que cada uno tenga también sus propios espacios, los respetamos mucho”, asegura. 

Una de las cosas que también les ha hecho crecer mucho como pareja, explica Mendiola, es haber sido padres. De hecho, si piensan en cómo es su día perfecto juntos, les viene a la cabeza algún día que no tienen que pasar por el restaurante y pueden ir a la playa, a comer o cenar juntos y pasar tiempo con su hija. 

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En cuanto a los ingredientes de una pareja feliz, el chef los tiene bastante claros, a pesar de que también es de la opinión de que “tener la receta no siempre quiere decir que salga bien”. Los ingredientes, dice alguien que de cocina sabe, son “la complicidad, el respeto y la empatía”.