Olistic, Lashilé, Happy Hair, Sugarbearhair, Luxmetique… Es difícil que alguno de estos complementos vitamínicos no aparezcan en Instagram o Tik Tok como contenido patrocinado, especialmente en perfiles de mujeres. ¿Son realmente eficaces para evitar lo que anuncian? Según la web del servicio de dermatología del Hospital del Mar "los complementos vitamínicos sólo son eficaces cuando la causa de la caída del cabello es secundaria a un déficit vitamínico, algo poco frecuente en países occidentales". Al igual que los preparados cosméticos, que pueden mejorar el aspecto externo, como el grosor, pero "ni aumentan la cantidad, ni evitan la caída", remarcan. Una opinión que comparte la farmacéutica Alícia Santamaria Orleans: "Depende del tipo de producto. Algunos que se aplican directamente sobre el cuero cabelludo incluyen componentes farmacológicos, y por ello retrasan la caída del cabello, esto hace que se tenga la sensación de tener una melena mucho más densa", detalla. En cuanto a quienes se toman por vía oral, añade, sólo son eficaces en caso de experimentar alguna "deficiencia nutricional". "Si la dieta es completa y equilibrada, difícilmente apreciaremos mejora alguna".
¿Se puede evitar la caída del cabello?
En otoño el cabello cae de forma natural y vuelve a nacer sin necesidad de recurrir a vitaminas ni lociones anticaída
BarcelonaMás pelo en el cepillo, pegado a la chaqueta, almohada o al desagüe de la ducha. En otoño solemos notar un aumento de la caída de pelo, un fenómeno que se repite cada año: "Es un proceso que tiene que ver con la renovación natural y es mucho más evidente en esta etapa del año", asegura Alícia Santamaria Orleans, profesora colaboradora del máster universitario de Nutrición y Salud de la UOC y farmacéutica. Según Santamaria, se trata de un proceso que en la mayoría de casos es “inevitable y reversible”, ya que al cabo de tres o cuatro meses la mayor parte del cabello que ha caído vuelve a salir. Y así lo ratifica la Academia Española de Dermatología y Venerología (AEDV), que desde hace años insiste en la idea de que el cabello no cae, sino que se renueva: “Forma parte de nuestra herencia como animales mamíferos. El cabello vuelve a nacer pasados unos meses sin necesidad de recurrir a vitaminas ni lociones para evitar su caída”, aseguran desde la AEDV.
Dermatólogos y expertos en tricología coinciden en que una caída anormal es aquella superior a 100 cabellos al día, que correspondería al porcentaje de cabello que se encuentra en la fase final de su ciclo de vida. Cada cabello pasa por tres fases. La fase de crecimiento, llamada anagen, dura tres años. Tras esta etapa llega una transición de un par de semanas, la fase catagen, en la que la actividad de la raíz se detiene y deja de nutrir el cabello. Y finalmente, a los tres meses, en la fase telógena: el cabello se desprende, y se reactiva de nuevo el ciclo. En condiciones normales, según la AEDV, siempre hay entre un 12 y un 15% de cabello en fase de repuesto.
El clima o el estrés, factores determinantes
Cada cabello sigue el ciclo de forma independiente del resto. Sin embargo, en otoño muchas personas notan una mayor caída de pelo porque las épocas telógenas suelen coincidir con esta época del año y el pelo llega deteriorado del verano a causa del sol y el agua del mar. Aparte de los factores estacionales, también existen otros elementos que pueden acelerar el proceso de caída. Desde el servicio de Dermatología del Hospital Universitario Sagrat Cor y del Hospital Universitario General de Cataluña explican que esta caída puede afectar no sólo al cuero cabelludo sino a todo el cuerpo y puede ser consecuencia de factores hereditarios, cambios hormonales, una enfermedad, medicamentos o estrés. "Recibimos bastantes consultas relacionadas con la pérdida de cabello y la mayoría son un efluvio telogéneo, que es una caída del cabello normal, sobre todo en condiciones de estrés. El tratamiento para estos casos es el tiempo. Lo que hacemos nosotros es el estudio inicial con analíticas para ver cómo está el hierro, la vitamina B12, el ácido fólico, que pueden influir en la alopecia.Con los meses se acaba recuperando completamente el cabello, pero después también detectamos una serie de patologías como el alopecia areata o algunas alopecias cicatricales que requerirían la consulta con un dermatólogo o especialista en tricología", asegura Marta Venrell, médico de atención primaria de la provincia de Barcelona.
Según Venrell, la mayoría de consultas son más por un tema estético que médico, algo que considera que no debe menospreciarse, ya que "podría llegar a afectar a la salud mental de nuestros pacientes".
La influencia de la alimentación
Aunque la caída del cabello es un proceso de renovación natural e inevitable, la alimentación juega un papel importante, puesto que una dieta desequilibrada puede provocar que la caída sea más intensa. La farmacéutica Alícia Santamaria recomienda una dieta rica en frutas y verduras y una correcta ingesta de vitaminas y minerales como el zinc, el hierro, el magnesio y las vitaminas del grupo B, la A y la C. Estas recomendaciones, añade, se deberían de aplicar a cualquier etapa de la vida, pero, sobre todo, a aquellas en las que existen más deficiencias, como las mujeres en edad fértil o las personas que estén haciendo una dieta hipocalórica restrictiva. "Se debe mantener una buena hidratación tanto de la piel como del cabello y tanto desde el interior, con una buena ingesta de líquidos como el agua o de alimentos que la contengan en una proporción elevada, como desde el interior exterior, a través de productos cosméticos que nos ayuden en este aspecto", añade Santamaria, experta de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC.
Aparte de la alimentación, hay otros factores que pueden ayudar a cuidar el cabello. El servicio de dermatología del Hospital del Mar indica que debe lavarse según las necesidades de cada persona. "No para lavarlo con menor frecuencia, caerá menos", aseguran en la sección de consejos prácticos de su página web. Aparte, recomiendan hacer un uso razonable de champús, con un PH neutro, evitar el uso frecuente de secador y tintes de pelo o permanente, ya que debilitan el cabello y favorecen su rotura.
La existencia de numerosos productos que promueven el crecimiento y el cuidado del cabello hace difícil saber con seguridad qué es lo que realmente necesitamos para tener un cabello sano. Tanto dermatólogos como peluqueros coinciden en que el grosor, la longitud, el brillo y la fuerza son signos de una melena sana. Más allá de una caída excesiva, otros signos de mala salud capilar pueden ser un cabello fino con el cuero cabelludo visible y dañado con las puntas abiertas.