Hay vida más allá de Catan: los mejores juegos de mesa para el verano
Recomendamos títulos alternativos para jugar en familia ahora que llegan las vacaciones y el tiempo libre se multiplica
BarcelonaEn las maletas de las vacaciones de verano no sólo colocamos ropa. Aprovechando que los ratos para dedicar al ocio se multiplican estas semanas, acostumbramos a albergar productos dedicados al ocio y la cultura: un cuaderno de pasatiempos, un libro o, tal vez, un juego de mesa, y es que ya sea con una simple baraja de cartas o con un tablero en toda regla, los juegos brillan especialmente en época estival.
Quizá no sea un dato muy conocido por el público generalista, pero Catalunya tiene, de largo, la comunidad de jugadores más potente del Estado, algo que además se amplifica por tener lo que seguramente es el festival de juegos de mesa de carácter público más potente de Europa, el Dau, que este noviembre celebrará su decimotercera edición en la Fabra i Coats, en el barrio de Sant Andreu de Barcelona. Su fundador es Oriol Comas, una institución en la materia. "La cultura de juego de mesa de este país se relaciona directamente con nuestra rica tradición asociativa", explica Comas, quien destaca que aparte del Dau hay "una montaña de clubs de jugadores y muchos festivales de juego de mesa en poblaciones" pequeñas". Además, se ha acelerado la tendencia a jugar fuera de casa y comienza a ser importante en espacios como las bibliotecas, que progresivamente están incorporando juegos de mesa en sus catálogos y para las que Comas ha elaborado guías de prescripción.
Chema Pamundi, un jugador muy seguido en las redes sociales, contaba en uno de sus vídeos que nunca ha dejado de jugar a juegos de mesa, porque lo realmente extraño, y seguramente antinatural, para una persona es no jugar, sea cual sea el tipo de juego. Pero no siempre nos lo acabamos de aplicar como debería. Cristian Pallejà, músico y productor, se aficionó a los juegos de mesa en los años ochenta, cuando era pequeño. Recuerda que junto a sus amigos pasaban horas con títulos como En busca del imperio Cobra, Hero Quest o La fuga de Colditz. "No siempre seguíamos las normas demasiado bien, ni los juegos venían con las instrucciones muy bien escritas", rememora. Después de muchos años sin ponerse, rondando la treintena volvió a jugar gracias a la insistencia de un amigo. "Me introdujo en el Pandémico y ya no he parado hasta ahora. Visto como me gusta, ojalá nunca lo hubiera dejado". Hoy en día Pallejà intenta quedar cada jueves que puede para jugar con un grupo de amigos, aunque los trabajos y las paternidades no siempre les ponen fácil: "No sólo son las quedadas, tenemos un grupo de WhatsApp en el que hablamos del tema e intentamos estar al día de las novedades que van saliendo", explica.
Jugar a juegos de mesa engancha. Oriol Comas cree que "es imbatible como actividad de grupo", además de jugar lo haces "con la gente con la que quieres jugar" y convierte al jugador en protagonista de la acción". En el mismo sentido se expresa Pallejà: "Para mí jugar es hacerlo con gente que quiero y con quien pactas unas normas. Durante una, dos o las horas que dure la partida, sigo un caminito, y eso me da un nivel de paz que no tengo durante el día a día, en el que no existe un manual de instrucciones que me ayude a resolver los problemas".
Risk, Monopoly, Trivial o Scrabble no sólo son nombres imprescindibles e históricos del género, directamente forman parte de la cultura popular occidental. "Interacción, dinamismo, normas claras y cierta profundidad", cita Pallejà como nexo común de los juegos de mesa que a él más le hacen disfrutar. "No hay una fórmula secreta para saber si un juego de mesa funciona o no, pero lo mejor indicativo de si va bien es que quieres repetir al terminar, si crea cierta adicción", explica Comas, quien encuentra un símil que se entiende : "De la misma manera que hay ciudades a las que quieres volver y otras que no, hay juegos que quieres repetir porque te han hecho vivir cosas que no te han hecho vivir otras. De ahí el éxito de algunos juegos históricos frente a otros.
Lo que parece claro es que los juegos de mesa que continuarán formando parte del ecosistema de este verano y de muchos más de nuestra vida. El cinquillu de después de comer, las partidas eternas de madrugada en el Pictionary o juegos con los más pequeños como lo imprescindible Taco, gato, cabra, queso, pizza tienen cuerda para rato. Los datos y el movimiento que se genera a su alrededor indican que jugar es una práctica cada vez más habitual, especialmente en el entorno familiar. De hecho, no es casualidad que Alemania sea la capital del mundo del juego de mesa. "Es un sitio donde se valora mucho el tiempo que se pasa con la familia. Aviso, padres e hijos jugando juntos", remarca Comas. Allí donde la vida familiar está más llena hay más juego de mesa, dicen los expertos. Ese mismo verano puede ser un gran momento para comprobarlo: ¿quién reparte?
Con dos jugadores expertos como Oriol Comas, fundador del Dau y autor de varios libros y juegos, y Cristian Pallejà, jugador habitual durante la última década, hemos elaborado una lista de juegos de mesa que pueden ser una buena alternativa a los más famosos. Hay vida más allá del Catan, basta con probar todos estos juegos.
- Bonanza: Es un pequeño juego de cartas creado por Uwe Rosenberg. Te hace coleccionar judías y es menos sencillo de lo que parece a simple vista. Lleva más de 20 años siendo una de las estrellas del mercado
- Cielos de metal: Ideal para los que buscan juegos para jugar en solitario. Es del clásico autor checo Tomáš Uhlíř y si te gustan los videojuegos de marcianos, éste te encantará. Además se juega en modo campaña.
- Código secreto: Una pequeña joya de Vlaada Chvátil del que se puede aprender el funcionamiento en menos de un minuto. Se juega en equipos y el objetivo es conseguir palabras. Dicho esto no lo parece, pero es especialmente adictivo.
- Colt express: Se trata de un juego de programación, es decir, en el que cada jugador dice qué hará previamente. Un coleccionista de premios de Christophe Raimbault, y que va de un atraco a un tren en el Salvaje Oeste.
- Kanban: La temática de los juegos no siempre es lo más importante. Este juego de Vital Lacerda va de crear coches, un tema que a priori no parece demasiado apasionante si no eres seguidor, pero este juego tiene una mecánica que le hace imbatible.
- London: Es un juego de estrategia creado por Martin Wallace que te permite jugar dos jugadores con agilidad. Aquí podrás gestionar una parte de una de las grandes ciudades del mundo y equilibrar sus finanzas.
- Ciudadelas: Uno de esos clásicos que todo el mundo debe tener en casa. Juego de cartas de Bruno Faidutti en el que se puede jugar a partir de dos jugadores. Aquí encontrará todos los roles de una ciudad medieval.
- Agrícola: Otro clásico del género de la mano de Uwe Rosenberg y que ha coleccionado premios del género. El protagonista deAgrícola es un agricultor que debe ir paso a paso con su familia para mejorar su vida y sus propiedades.
- Coyote: Una derivación del clásico juego del mentiroso de los dados pero aquí aplicado a las cartas. Cada jugador se pone una carta en la frente sin verla, todo el mundo sabe las de los demás menos las suyas. A partir de ahí, que empiece la fiesta.
- Dixit: Absolutamente imprescindible, un juego sobre la imaginación que nunca falla y que saca lo mejor que tienes dentro. Los expertos recomiendan jugar con gente de diversas edades y culturas. Es obra de Jean-Louis Roubira.