Fotografía

¿Quiénes eran los modernos de Barcelona en 1982?

La histórica exposición fotográfica 'Hola Barcelona' vuelve a la ciudad 42 años después de la primera vez

BarcelonaHacía cuatro años que Maria Espeus y Javier de las Muelas querían refrescarnos la memoria de hace más de cuarenta años. La memoria que lleva el nombre Hola Barcelona, la exposición fotográfica que Espeus realizó en 1982 durante tan sólo un mes en el Instituto de Estudios Estadounidenses, en la Vía Augusta. Cien sesenta y cinco retratos de hombres y mujeres que en ese momento marcaban la modernidad de la ciudad. Una modernidad que estaba naciendo, floreciendo, después de cuatro décadas de gris, encarnada en jóvenes creadores y creativos que entonces rozaban la treintena. A De las Muelas –uno de los retratados por Espeus– se le metió entre ceja y ceja que aquella exposición debía volver a la vida para iluminar de nuevo la ciudad y propiciar su reencuentro –real o simbólico– con todos los retratados . Y preguntarse, al mismo tiempo, por la Barcelona del presente. ¿Qué se ha hecho de aquella ciudad preolímpica y de ese puñado de personas que contribuyeron a hacerla crecer? Le costó poco convencer a Espeus. Encomendados los dos de entusiasmo movieron la idea por instituciones y galerías. Entre ellos el MACBA. Pero nada fructificó. Interés, poco. "¿Y si lo hacemos en el Dry?", la idea tenía todo el sentido. Uno de los emblemas de la marca de fábrica de De las Muelas y un bar, un lugar natural para exhibir de nuevo aquellas fotos que tanto simbolizan un espíritu festivo y creativo. “¡Los años 80 Barcelona fue una locura!”, exclama Espeus al recordar la ciudad que le había acogido después de marcharse de su Suecia natal y pasar por París. Un día de 1977 visitó en Barcelona a sus suegros –los padres del diseñador Peret, otro de los retratados– y el impacto de la ciudad fue deslumbrante para ella: “¡Yo no vuelvo a París ni loca, me quedo aquí! ”. Aquella Barcelona le enamoró: “Era una fiesta, las revistas, el arte, el cine, las tiendas, el diseño, los ilustradores, la fotografía, el comercio, la restauración... Todo estaba en ebullición, todo era entusiasmante”.

Cargando
No hay anuncios

Y todo se encarnaba en los jóvenes retratados, la gran mayoría en los inicios de sus carreras. Los bares y salas de fiestas: el propio De las Muelas pero también el fundamental Zeleste, de Víctor Jou y Rafael Moll. El cine y el teatro: Cesc Gelabert, Jordi Cadena, Juanjo Puigcorbé, Gonzalo Herralde, Francisco Bellmunt, Rosa Vergés, Bigas Luna, Consol Tura, Pepón Coromina. La música: Loquillo, Pablo Riba, Jaime Sisa, Gato Pérez, Gay Mercader, Carlos Santos, La Voss del Trópico. El arte, la literatura y la fotografía: Silvia Gubern, Ouka Lele, Fina Miralles, Lydia Delgado, Federico Amat, Carlos Pazos, Jordi Esteva, Javier Mariscal, Biel Mesquida, Ocaña, Nazario, Jaume Vallcorba. El periodismo: Àngel Casas, Sergio Vila-Sanjuán, Jordi Beltran, Jordi Vendrell, Ramon de España. Y un detalle muy friki: Federico Jiménez Losantos cuando era un prometedor joven escritor, muy lejos de la actual caverna. Cuarenta y tres mujeres y ciento veintidós hombres. Una desproporción más que notable de la que Espeus es consciente: “Con la perspectiva del tiempo esto sabe mal, pero es un reflejo también de cómo estábamos hace cuarenta años en términos de igualdad”, reflexiona. Todos los retratados tienen su razón de ser, todos fueron escogidos por algún motivo de índole profesional y esta brecha de género es suficientemente elocuente de cuánto camino había que hacer aún en 1982.

Cargando
No hay anuncios

Espeus hizo los retratos entre finales de 1979 y 1982, pero sin ninguna intención concreta, sólo por tener constancia de personas que le parecían muy interesantes. Muchas de ellas están conectadas por afinidades profesionales y también personales. Hermanos, parejas, compañeros de trabajo, colaboradores habituales. “Hablamos mucho, nos divertíamos mucho, nos pasábamos trabajos entre nosotros. No recuerdo que surgiera ni una brizna de envidias”. ¿Ejemplos? Pues Fernando Amat, el dueño de Vinçon y América Sánchez, diseñador muy relacionado con la casa y autor de muchas de sus icónicas bolsas. Hay un caso especialmente ilustrativo. El film Últimas tardes con Teresa (1983) tiene cuatro retratados en la exposición. El director Gonzalo Herralde, el actor Juanjo Puigcorbé, el guionista Ramon de España y el productor Pepón Coromina. Y otro caso: tres de los fotografiados –Carlos Mir, Jordi Esteva y Xefo Guasch– eran grandes amigos y habían hecho juntos pocos años antes un viaje seminal a la India. De los 165 hay 45 que ya no están en este mundo. Un ratio tristemente elevado. En medio, la droga y el sida, por ejemplo. También el cáncer. Y el paso del tiempo, claro. El actor y artista Àngel Jové y el fotógrafo y galerista Xefo Guasch murieron hace tan sólo unos meses, por ejemplo. Y algún descubrimiento impresionante que me revela Espeus. Cuando llamó al arquitecto Jordi Parcerisas para explicarle que volvía a realizar la exposición, se enteró de que había muerto. El gran Ocaña debió de ser el primero en marcharse, en 1983, pocos meses después de la exposición.

Cargando
No hay anuncios

Las fotografías están dispuestas por todas las paredes del Dry Martini agrupadas en composiciones de cuatro, cinco o seis fotos. Algunas mayores y otras más pequeñas. Siguiendo criterios más intuitivos que claros. Retratos en blanco y negro, primeros planos o planos americanos, todos ellos con la misma iluminación y la misma estética. Todos hechos con la querida cámara Hasselblad –sueca, claro– de Espeus. “El espacio ideal habría sido el Gimlet del Born –que vivió el esplendor de aquellos años– pero como ya no existe el Dry nos pareció ideal”, explica De las Muelas, entusiasmado con la cristalización de la idea y con el éxito que tuvo la presentación, el martes de la semana pasada. Asistieron muchísimos de los fotografiados –¡la grafista Patrícia Núñez vino con la misma camisa que aparece en su foto!– y se les veía muy felices de reencontrarse y verse de nuevo expuestos en las paredes. “¿Nostalgia?”, se pregunta De las Muelas. "Depende de cómo es un sentimiento que me gusta". "Sobre todo si se usa para mirar hacia el futuro", precisa Espeus. El Dry Martini ha editado también un libro conmemorativo –no venal– que recoge todas las fotos de la exposición.