No vistas a los animales: ni lacitos ni gafas de sol ni chancletas
Los expertos alertan de que poner ropa y complementos a las mascotas puede ser contraproducente y provocar reacciones de estrés, problemas físicos o de conducta
GeronaPoner complementos a perros y gatos es una práctica habitual. Actualmente, ya no son sólo lacitos y abrigos. En verano sobre todo proliferan accesorios de todo tipo: gorras, chancletas e incluso disfraces, que se suman a prácticas estéticas como pintarles las uñas o teñirles el pelo. Mayoritariamente, detrás de todo esto existe un proceso de humanización —mejor dicho, antropomorfización— de los animales, es decir, una atribución de características humanas a seres que no lo son. Los expertos alertan de que, si bien una parte de la humanización es inevitable y fruto de la convivencia, el uso de algunos adornos y querer seguir tendencias graciosas a ojos ajeno pueden poner en riesgo el bienestar y la salud de los animales.
Accesorios de verano
Montse Casaoliva, fundadora de Mishilovers, consultoría especializada en la gestión de colonias felinas con una mirada ética, unta a su gato con crema solar cuando llega el verano. No es raro teniendo en cuenta que el animal es de raza esfinge, que se caracteriza por la ausencia de pelo y cierta propensión a los problemas de piel. En invierno, también lo abriga. "Él me lo pide", asegura Casaoliva. "Se mete entre mis jerséis o sábanas buscando calor y entonces lo tapo con una manta", especifica.
En cuanto a los perros, algunos pasean por la calle con gafas de sol puestas. Podría haber motivos médicos. Por eso, Paula Calvo, doctora en Antrozoología -ciencia que estudia la interacción y los vínculos entre humanos y animales-, admite que una cosa es que "lo necesiten realmente" y, la otra, que sea un complemento prescindible: "Si el cánido no está en un espacio donde la incidencia del sol pueda ser perjudicial para su vista, no hace falta ponerlo". Y añade: "Tampoco se necesitan chancletas, porque 'el suelo quema': morfológicamente, para el animal, no tiene ningún sentido".
Animales a la moda
Ornamentos, joyas... Las marcas de moda para gatos y perros han proliferado en los últimos años. Muchas combinan estilismo y diseño en sus prendas sin olvidar el preciado bienestar animal. Es el caso de la marca italobarcelonina Branni Pets. Su catálogo presenta collares, arneses, correas, portabolsas y kits de paseo que combinan con outfits integrados en la paleta de colores de temporada. "Nuestra prioridad es que el perro se sienta cómodo paseando y, a su vez, que estos accesorios sean un complemento elegante y con estilo para la propietaria", describe Nora Branni, directora de la firma.
Sin embargo, en las antípodas de estas compañías hay otras que se aprovechan de modas pasajeras. Habla Beth Mussull, directora técnica de Itcan Intervenciones Asistidas con Perro: “Una cosa es una bota ortopédica para un perro que le gusta el agua pero tiene una herida en la pata, o un arnés funcional que combina con un conjunto para la mujer. zambullirse. Estamos yendo a unos extremos innecesarios, propiciados por las redes sociales, donde imperan vídeos que incitan a la sociedad consumista y que buscan la risa fácil". Un ejemplo de ello son los vídeos de desfiles caninos en pasarelas de Carnaval. La mayoría de los perros que salen van con tintes y pelucas. También llevan sombrero o antifaz. A algunos les han puesto esmoquin y, a otros, ropas estrafalarias.
"En muchas ocasiones los perros no disfrutan del momento. Están estresados y sobreestimados. Esto, lamentablemente, tiene muchos likes. Pero lo normal es que el animal haga la croqueta en la playa, corra, se ensucie de arena, se rasque o verade", corrobora Mussull, educadora canina. Calvo puntualiza que "estas conductas, a menudo, están motivadas por una satisfacción del humano, cuando lo que hay que priorizar siempre es el bienestar del bienestar de gracia". Casaoliva añade que "intentar convertir a los animales en un objeto estético les desconecta de su esencia animal" y "refuerza la idea de tener valor estético para ser admirado obviando la parte esencial de un ser con necesidades propias". "Algunos sectores de la moda petfashion no se alejan demasiado de los circos tradicionales con animales como protagonistas", remarca.
Del estrés a la cistitis
Sin embargo, estas actitudes, junto con otras, pueden generar estrés a los animales de compañía y derivar en trastornos psicológicos y psicosomáticos. A los gatos es habitual que el estrés les ocasione problemas en las vías urinarias bajas. Según el veterinario Salvador Cervantes, director médico de la Clínica Felina Barcelona, "hasta el 70% de la cistitis en gatos es ocasionada por estrés. La cistitis es una enfermedad muy común que puede causar graves problemas en gatos y muchas veces se arregla mejorando el ambiente en casa", afirma.
En perros, el estrés constante provoca que el animal viva en alerta permanente y pueden surgir problemas de "falta de comunicación". Según Beth Mussull, directora técnica de Itcan Intervenciones Asistidas, a la larga puede acarrear problemáticas más graves como patologías renales y alergias, aparte de agresiones como mordeduras. "El perro morderá porque no querrá ponerse un bañador, y no es malo: simplemente se estará comunicando". Son las conductas reactivas de alta intensidad que pueden acabar con agresión porque "no se ha respetado al animal" y "hemos malinterpretado sus necesidades", expone.
La paciencia de los animales
No todos los animales responden igual a la manipulación cuando se les ponen complementos. Los gatos de raza British o Scotish son "muy" tolerantes, explica el veterinario Salvador Cervantes. Sin embargo, el felino aguanta "como puede", no porque "lo desee" sino porque "tiene paciencia". Entre las humanizaciones —antropomorfizaciones— que más observa en su clínica está el sacar a los felinos a la calle con cochecitos, muchos de los cuales tienen aberturas para que los gatos puedan mirar al exterior. "La gente cree que si los gatos pasean y ven a los pajaritos, les gustará. Los felinos, en cambio, son animales de madriguera y muy territoriales. Les gusta estar en casa. Cuando salen, se angustian. Pasar desapercibidos es, en el fondo, lo que más feliz les hace", subraya.
Una de las recomendaciones que hace Cervantes es "felinizar" el hogar en tres dimensiones. "A menudo, nos pasamos al otro lado: le compramos una hamaca para descansar y eso nos gustará a nosotros, no a él", indica. Sin embargo, la humanización ha significado un paso adelante en muchos aspectos. Así lo asegura Calvo, que admite que si no se hubiera producido no habríamos incluido a estos animales dentro de "nuestra red de familia multiespecie". "Parte del proceso de domesticación es la humanización", comenta. El problema radica en la desproporción. "Se ha exagerado todo fruto de la exposición que tenemos hacia el exterior de nuestra vida privada en las redes sociales. Y eso afecta a nuestros animales de compañía, que forman parte, también, de nuestra vida privada".