Moda

¿Cuál es la prenda que llevan tanto los trabajadores como los clientes del Ritz?

La nueva exposición 'Jeans, de la calle al Ritz', que se estrena este viernes en el Museo del Traje de Madrid, analiza la historia, el presente y el futuro de esta pieza

Madrid¿Quién no tiene unos vaqueros en su armario? Quien dice un pantalón dice una chaqueta, una falda, un traje o una camisa elaborados con denim. Seguramente, si cerramos los ojos y hacemos el ejercicio de imaginar cuántas prendas vaqueras tenemos en casa, la cifra ocupará dos dígitos. Es algo. La ropa vaquera y el tejido denim son un símbolo de la cultura contemporánea, especialmente en los últimos 70 años. Actualmente, estas prendas, encabezadas por los pantalones vaqueros, trascienden las barreras de la edad, el género y las clases sociales, y unifican a la humanidad en cuestiones de indumentaria gracias a este genuino cóctel que une comodidad con estilo. Además, la enorme versatilidad que ha demostrado tener el tejano en cada época le ha convertido en un auténtico camaleón de la moda capaz de adaptarse y construir nuevas narrativas alineadas con valores que sacuden a la sociedad actual. Todo esto, sin perder su capacidad de inspirar a las nuevas generaciones.

Conscientes de su poder de atracción universal, la Fundación Antoni de Montpalau ha impulsado en el Museo del Traje de Madrid la ambiciosa exposición Jeans, de la calle al Ritz, un homenaje sin precedentes en la pieza blue por excelencia que recoge el testimonio de otras muestras europeas. “Tanto el tejano como el tejido denimvan unidos y mantienen todavía una cantidad de registros inmensa”, asegura el historiador Josep Casamartina, director de la Fundación Antoni de Montpalau y uno de los comisarios de la exposición.

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Del uniforme de trabajo al uniforme del ocio

A través de 200 prendas, la muestra comienza haciendo un recorrido histórico por el tejido tejano, los simbólicos jeans, y más tarde, la popularización de la ropa vaquera.

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Todo comienza con el denim, una sarga de algodón realizada con hilos torcidos muy resistentes que se concibió rápidamente como un tejido inquebrantable nacido en plena Revolución Industrial. Dicen que sus orígenes se sitúan entre Génova y Nimes –de ahí su nombre–, ciudades que concentraban las fábricas que producían denim en Europa. El próximo salto se da en Estados Unidos, cuando en 1860, Levi Strauss empezó a utilizar este tejido para confeccionar ropa de trabajo. “Él es el creador de los jeans, la pieza de los obreros”, afirma el también comisario Ismael Núñez, de la Fundación Antoni de Montpalau. Otros fabricantes contribuyeron a principios del siglo XX a extender el “uniforme de las fábricas” y la pieza no se habría desvinculado del trabajo si no hubiera intervenido la magia de Hollywood, que le convirtió en objeto de deseo. Mitos eróticos como James Dean o Marilyn Monroe otorgarían a los vaqueros un irresistible sex appeal o representarían, más tarde, un símbolo de empoderamiento femenino. El glamour vinculado a la pantalla grande añadido a la comodidad que ofrecían los blue jeans como prenda relajada para llevar los fines de semana o durante las vacaciones contribuyeron de forma decisiva a la consolidación universal de los vaqueros. “El cine fue el primero en idealizarlos. Luego, la moda subiría al carro y haría el resto”, añade Núñez.

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El trasfondo subversivo

Precisamente, es en los años 70 cuando el mundo de la moda adopta el denim y lo integra sin complejos. Aquí es cuando el tejido exhibe mil y una caras, en función del diseñador o la marca que lo adopta y se le hace suyo, y ofrece al mercado todos los productos y siluetas inimaginables. En paralelo es también en esta época, ya lo largo de las siguientes décadas, cuando los vaqueros adoptan un nuevo lenguaje subversivo, asociado a la calle a través de grupos musicales del momento que rompen esquemas, a las tribus urbanas que se derivan y los movimientos contraculturales de cada época.

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Del pop pasando por el rock y el punk, emblemas musicales como The Beatles, Rolling Stones, Led Zeppelin, Ramones o Madonna han demostrado al mundo cómo una sola pieza podía apelar a la transgresión, la rebeldía o el inconformismo, valores que seducían a los jóvenes de cada generación. Del pernero ancho y acampanado que identifican a los vaqueros de la época de los hippies al gusto por los modelos ceñidos, estampados, desgastados, descoloridos y rotos de las tribus urbanas de los 80 y 90. “Es curioso como para una pieza que nació para perdurar, a finales del siglo XX, surge el gusto por romperla y desgastarla y se comercializa a gran escala”, puntualiza irónicamente Josep Casamartina, comisario de la exposición.

El mundo del lujo también se le apropia

Las grandes firmas del lujo no se quedaron al margen de la moda, y cada una quiso dejar su propia huella a través de modelos con pinzas, drapeados, enredados, deconstruidos, estampados extravagantes o todo tipo de bordados que acercaban a los jeans a objeto de culto. De todo el universo de diseñadores que lo transformaron, la exposición se centra en el know-how de Christian Lacroix. "Lacroix ha elevado al tejano a la categoría de obra de arte", dice Casamartina. Del diseñador francés que ha desarrollado una mirada más sólida y reflexiva en torno a los jeans, se rescatan algunas citas célebres: "Los vaqueros son arte, un tapiz sutil en el que perderse si le contemplamos como un Rothko o un Tàpies", dijo Lacroix en 1994 en una muestra parisina. No sólo son objetos dignos de museo. Los vaqueros también han protagonizado recientemente pasarelas de alta costura. Y si no, que se lo digan al director creativo de Valentino, Pier Paolo Piccioli, que a principios de año se atrevió a inaugurar un desfile con un sofisticado pantalón tejano que lucía la modelo del momento, Kaia Gerber –hija de Cindy Crawford–: "La fuerza no está en los estilismos, sino en las prendas", dijo Piccioli para justificarse.

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En esta órbita pomposa, la exposición finaliza su recorrido dentro de una sala que simula un brunch en el Ritz donde precisamente se enmarca la cara más sofisticada del denim. Un escenario que hace referencia a la cita de Yves Saint Laurent que decía “Mori el Ritz! ¡Viva la calle!” para mostrar irónicamente cómo el rey absoluto de la calle también ha seducido un icono de las clases acomodadas por méritos propios.

El gran reto de los 'jeans' del siglo XXI

'Jeans, de la calle al Ritz'también ofrece una visión esperanzadora que intenta neutralizar el reverso oscuro del denim: es el tejido que más recursos hídricos requiere. Al gasto de agua se suman los procesos químicos derivados de los tintes que representan un gran factor contaminante. Para mitigarlo, la exposición ofrece alternativas sostenibles a través de marcas ejemplares. Desde la empresa sabadellense Companion Denim y sus vaqueros artesanales hasta Jeanologia, especialista en la industria del denim, que ha invertido en innovación tecnológica para cambiar las reglas del juego. La multinacional valenciana ha logrado que gigantes del fast fashion como Zara, H&M y Primark, o las firmas de lujo, adopten sus métodos sostenibles. De hecho, calculan que el 40% de los vaqueros que se producen en el mundo implantan ya su tecnología, que reduce significativamente el impacto medioambiental derivado de su producción. “El nuevo rebelde de la moda es quien abandera el cambio, aquél que ama a las personas y al planeta”, concluye Carmen Silla, directora de marketing de Jeanología.