Entrevista

Xuan Lan: "Si te despiertas cada mañana pensando que no te gusta lo que haces, estás perdiendo el tiempo"

La reconocida profesora de yoga francesa de origen vietnamita nos habla de su periplo vital hasta Barcelona, ​​donde ha hecho realidad su sueño

BarcelonaMucha gente descubrió a Xuan Lan durante el confinamiento. Esta profesora de yoga francesa de origen vietnamita y afincada hace años en Barcelona se hizo muy popular con sus clases virtuales. Durante 75 días seguidos, acompañaron a miles de personas que, encerradas en casa, buscaban una manera de mover el cuerpo y esparcirse de la incertidumbre de los días de pandemia. "Llegó a haber 30.000 personas conectadas a la vez siguiendo una clase mía", recuerda esta profesional del yoga que explica que tuvo claro que ella, como experta en bienestar, tenía la obligación de ayudar y que la forma cómo podía hacerlo era a través del yoga.

Cuatro años después, Xuan Lan es una celebrity, no sólo del yoga, sino también de vida saludable. Tiene tres libros publicados, miles de seguidores en las redes y una empresa de servicios de bienestar que se articula a través de una plataforma online en la que ofrece desde clases de yoga hasta meditaciones, consejos de salud y nutrición. "Mi propósito de vida es dar bienestar, alegría y felicidad. El contenido que ofrezco es una ayuda, enriquece a cada persona que lo coge y pienso que es un regalo poder dedicarme a esto. Quizá por eso trabajo tanto, y tan intensamente".

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¿Pero dónde empezó su historia con el yoga? Xuan Lan lo cuenta en su último libro, La buena hija vietnamita, publicado por Grijalbo, en el que recorre su infancia y adolescencia en París, donde su familia llegó huyendo de la guerra en Vietnam. Estudió la carrera de economía porque era lo que sus padres querían y se marchó a trabajar a Nueva York para escapar de la presión que una familia tan tradicional como la suya le había impuesto desde pequeña. Allí vivió la efervescencia de las empresas digitales y se entregó en cuerpo y alma a trabajar ya exprimir una ciudad que nunca duerme. "Fueron unos años muy intensos y de mucho aprendizaje. Con veinte años es el lugar ideal".

Pero cuando la burbuja de las digitales estalló, se encontró en la calle preguntándose cuál era el siguiente paso. Y entonces decidió marcharse a la India. "Aquel viaje fue un punto de inflexión en mi vida; conecté profundamente con el yoga". Aunque en Nueva York había empezado a practicar, la historia de amor con esta disciplina no fue inmediata. "Soy una persona lenta, necesité tiempo, probar distintos estilos de yoga, conocer y entenderlos y finalmente encontrar lo que me gustaba". Según Xuan Lan, lo que engancha del yoga es "el bienestar". "Es una disciplina que impacta en el cuerpo y la mente, y aporta mejoras en la forma física, pero también hace que estés menos irritable, duermes mejor, te concentras más, sientes más energía y te encuentras mucho mejor. Esto es imbatible. Pega. a cualquiera".

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No fue hasta años después que decidió dejar el trabajo y apostarlo todo a su pasión. "Entonces ya vivía en Barcelona con mi pareja y seguía trabajando en el sector financiero, haciendo muchas horas y sintiendo que estaba estancada y que eso no me llenaba". Gracias a los consejos de un amigo francés, decidió detenerse para reflexionar y ver qué quería hacer con su vida. Y lo tuvo claro: enseñar yoga. "Creo que es importante frenar y pensar, evaluar dónde estás en la vida, qué te gusta, qué no te gusta, qué te conviene y qué no, qué quieres dejar a tus hijos y al mundo. Si te despiertas cada mañana y no te gusta lo que haces, te arrastras hasta el trabajo y cuentas las horas que faltan por salir; estás perdiendo mucho tiempo", explica. Pero deja claro que "el trabajo es lo que nos permite cobrar un dinero por vivir y no podemos dejarlo alegremente. Por eso es necesario reflexionar y pensar si quieres hacer un cambio". En su caso, el cambio fue apostarlo todo en el yoga. Ahora, años después, mira atrás y se muestra satisfecha por haber logrado encontrar su camino y su propósito en la vida.