Declaración final de Daniel Sancho: la sierra comprada horas antes era para cortar cocos
El caso ha quedado visto para sentencia y no será hasta el 29 de agosto cuando se hará público el veredicto final
BarcelonaTal día como hoy hace nueve meses Daniel Sancho y Edwin Arrieta estaban en una habitación de hotel de la isla Tailandesa de Koh Phangan. Lo que ocurrió esa noche y las horas posteriores es lo que hasta hoy se ha intentado averiguar a través de declaraciones, investigaciones y un juicio que ha terminado a las 11 de la mañana de este jueves, hora local (madrugada del jueves en Catalunya ). El juicio, que se inició el 9 de abril, ha quedado visto para sentencia un día antes de lo previsto por un cambio en la testificación de testigos.
No era peccata minuta lo que se debatía en el interior del Tribunal Provincial de Samui. El tribunal tailandés acusaba a Sancho, de 30 años,de asesinar y descuartizar Arrieta–unos hechos que él mismo reconoció en agosto–, delitos por los que podrían condenarle a la pena de muerte, tal y como prevé el Código Penal del país del sudeste asiático. Pero, después de que este jueves se diera por terminado el juicio, se abre una grieta de luz en el oscuro futuro que se preveía para el hijo de los actores Rodolfo Sancho y Silvia Bronchalo.
Si bien tanto la fiscalía como la acusación particular no comparten la tesis del chef y han seguido manteniendo los cargos de asesinato con premeditación, el fiscal del caso, Jeerawat Sawatdichai, aceptó el pasado miércoles que sería "difícil" probar que el crimen estaba preparado con antelación por Sancho. Si se descartara la premeditación –a estas alturas parece la opción más plausible– no se aplicaría la pena capital para el chef español. Pero el veredicto final no se sabrá hasta el 29 de agosto a las 10 de la mañana, tal y como ha avanzado este jueves la agencia Efe.
La estrategia seguida por la defensa de Sancho
El objetivo primordial de la defensa de Daniel Sancho fue en todo momento evitar la pena de muerte de su cliente. Para ello ha desarrollado tres argumentaciones: la muerte accidental y no premeditada de Edwin Arrieta, la pérdida del "control mental" de Sancho durante las horas posteriores a la muerte de la víctima y la mala praxis policial. "Insistió en que la muerte del médico fue consecuencia de su defensa personal" es lo que las fuentes presentes en el Tribunal Provincial de Samui han afirmado a la prensa que se encontraba en el exterior del edificio judicial.
Según la versión del madrileño, la muerte del cirujano colombiano sucedió a causa de una pelea entre ambos después de que Arrieta le amenazara con violarle y perjudicar a su familia. En uno de los empujones y golpes, Arrieta cayó al suelo y se golpeó en la cabeza que le habría causado la muerte. Tal y como ha podido saber un periodista del informativo matinal de Telecinco, esta versión no ha sido desmentida por el testigo de la médica forense, quien declaró en el juicio que las heridas en el occipital del cráneo de Arrieta podrían ser perfectamente compatibles con una pelea.
Los cuchillos que Arrieta compró horas antes de la muerte
Uno de los arrecifes de Sancho a la hora de argumentar la no premeditación del asesinato del cirujano son la prueba de diferentes cámaras que le grabaron el mismo día de la muerte de Arrieta comprando diferentes tipos de cuchillos, que presuntamente habrían servido horas después para cortar en partes el cuerpo de la víctima. El descuartizamiento, que duró tres horas dentro de la habitación del hotel y que se había realizado dentro de un contexto de pérdida del "control mental" del acusado, sería el único cargo reconocido por el propio Sancho . Este hecho supondría un delito menor de profanación del cadáver, que se sumaría al cargo de homicidio imprudente, en caso de que se descarte la premeditación. Si ésta fuera la sentencia del juez, la pena podría ser de alrededor de ocho años de cárcel.
Para sostener la versión del chef y probar que la compra de cuchillos sólo tenía la intención de preparar distintos platos tailandeses, tal y como ha argumentado Sancho, el hijo de Rodolfo Sancho había convocado este jueves a un chef tailandés. Su testimonio pretendía demostrar que una de las sierras que compró formaba parte de los utensilios para "cortar cocos", imprescindible para preparar los platos de cocina tailandesa. Por último, el chef tailandés no pudo declarar, ya que el propietario del restaurante no le permitió presentarse al tribunal.
Tampoco ha testificado un psicólogo especializado en agresiones sexuales, ni otro testigo que debía declarar desde el anonimato. Estos cambios de última hora han provocado que el fin de juicio acabara este jueves y no el viernes, tal y como estaba previsto.