Figuras mediáticas

Gwyneth Paltrow acaba de cumplir 50 años (bañada en oro)

La actriz llega al medio siglo convertida en una empresaria de éxito gracias a una web que vende productos que muchas veces han sido cuestionados

BarcelonaAcaba de hacer aparición en el catálogo de Netflix un documental de cuatro capítulos llamado Wanna Marchi, la telestafadora de Italia. Se trata de una producción que retrata el apabullante auge y la brutal caída de una estrella de la televenta italiana que, de la mano de su hija, construyó un imperio desde la nada vendiendo productos milagro a través de la pequeña pantalla. Aún así, una ambición desmesurada acabó llevándolas a prisión. A ellas dos, al marido de la madre y a un pseudolíder espiritual brasileño que se salvó de pasar por el penal porque se fugó de la justicia italiana y se marchó a Brasil, donde ha estado tomando el sol hasta que ha prescrito la pena. Con él, por cierto, las Marchi vendían suerte y protección contra todos los males imaginables.

El documental muestra cómo el magnetismo televisivo de madre e hija, sus dotes interpretativas, su capacidad para observar los puntos débiles de quien miraba sus shows de venta en directo y su poder de prescripción en el campo de la cosmética las ayudaron a facturar millones de liras mensualmente. Unas grandes cantidades que, según permite interpretar el documental, podrían ser lo que les permite sobrevivir todavía hoy en día a pesar de haber sido condenadas a pagar más de 2 millones de euros de indemnizaciones a las personas a las que según el juez habían estafado de forma premeditada. De hecho, el documental deja bastante en evidencia su mala fe cuando explica que en una ocasión vendieron cantidades enormes de una crema para reducir la barriga para hombres que, en el momento de la venta televisiva, no existía. Mientras los compradores –o sus mujeres...– ya estaban haciendo pedidos a puñados, madre e hija llamaban aceleradas a un fabricante en plena noche para que inventara y produjera algo similar a aquello que ellas estaban vendiendo como producto de eficacia probada. Lo afirma el propio fabricante.

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Pensar en los productos milagro de las Marchi y en este ejemplo de seguimiento casi religioso era lo más normal del mundo esta semana, en la que muchos medios han recordado a Gwyneth Paltrow porque la actriz ha cumplido 50 años. La oscarizada protagonista de Sheakespeare in love llega al medio siglo con la interpretación en segundo término, pero convertida en una exitosa empresaria. Exitosa desde el punto de vista financiero, pero menos, en cambio, desde el punto de vista ético. Por eso resultaba prácticamente imposible no encontrar ciertos paralelismos entre ella y las Marchi. Y es que igual que las dos italianas vendían productos bajo la promesa de grandes cambios, Paltrow ha levantado un coloso de la venta en línea que ha acabado teniendo serios problemas legales para comercializar productos con resultados altamente diferentes de los prometidos en su web.

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Del mismo modo que sabemos que Italia es un país capaz de crear grandes maravillas para la humanidad y al mismo tiempo enormes desastres, sabemos también que los EE.UU. son el lugar idóneo para presenciar el surrealismo social cuando se mezcla fama, marketing y fenómenos mediáticos. Es por eso que la web de Paltrow ha hecho fortuna. Después de que en 2008 la newsletter que escribía semanalmente empezara a triunfar como la Coca-cola entre boomers adictas al estilo de vida saludable, Paltrow aprovechó el filón fundando en 2011 una tienda en línea llamada Goop. Once años más tarde, se demuestra que supo identificar un target los vacíos del cual había que satisfacer, puesto que su creación está valorada actualmente –según The New York Times– en 250 millones de dólares.

Pero ¿qué vende Paltrow que el resto no sepan vender para haber obtenido este notable resultado? Pues podríamos decir que todo tipo de cosas relacionadas con el estilo de vida, pero de gama alta. Aún así, los productos estrella que le han dado la fama y que más actividad han traído a su web son productos basados en pseudociencia o pensados para generar titulares que promocionen el sitio web en cuestión. Entre estos destacan ítems como huevos de jade y huevos de cuarzos para regular los ciclos menstruales, un artefacto llamado Mugworth V-Steam que lanza vapor y que está pensado para "limpiar" los úteros por dentro, esencias florales que "curan" la depresión, un collar de donde cuelga un tubo metálico por el que respiras seis veces y "te calmas", etc. De hecho, era tan apabullante que una médico analizó 160 productos de la web y determinó que el 90% no contaban, según pudo constatar, con ninguna validez científica.

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Tan exagerado es el abuso que ha hecho Goop de argumentos de venta sin ninguna relación empírica con la realidad que ha sido incluso condenada a pagar cientos de miles de dólares por publicidad engañosa en relación con los mencionados huevos. Por cierto, después de pagar la multa no los retiró de la web, los mantuvo, pero sin las explicaciones adjuntas que le habían traído problemas. También hay constancia de que una mujer de 62 años se lesionó gravemente al poner en práctica las saunas uterinas que ella recomendaba en el apartado de la web que emula un blog de lifestyle.

Paltrow ha llegado a los 50 prácticamente jubilada de la interpretación pero ostentando impúdicamente el honor de haber fundado una de las tiendas en línea más insultadas de internet. Tanto es así que, a pesar de su fama mundial y de sus altas cotas de facturación de productos de lujo –por ejemplo, vendió durante un tiempo un vibrador de más de 3.000 euros hecho con oro–, ningún conglomerado del lujo lo ha acabado comprando, cosa que demuestra la dificultad de reconvertir esta marca en un producto digno desde el punto de vista ético.

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Si bien es cierto que la actriz dio un ejemplo prometedor en Hollywood con su civilizado divorcio de Chris Martin, con el que convirtió el conscious uncoupling en un concepto global, con su faceta capitalista su honor ha quedado muy tocado. Realmente, los pocos miramientos demostrados poniéndose a vender cosas que una persona formada como ella sabe que pueden perjudicar a sus compradores demuestran una catadura similar a la de las Marchi, con las que se diferencia mucho en el estilo pero poco en el objetivo: hacer cuanta más caja mejor. Nacer en un contexto acomodado, haber conocido el éxito como actriz y poder tener un equipo de un centenar de personas tendría que servir para hacer cosas muy diferentes, no para hacer prácticamente lo mismo pero en formato pijo.

Paltrow con sus dos hijos, Apple y Moses