"Ya había estado cerca de la muerte diferentes veces": los familiares de Matthew Perry se deshacen de la casa donde murió
La casa en la que murió el actor se ha vendido por 9,5 millones de euros a una productora de cine
BarcelonaEste lunes se cumplió un año de la muerte de Matthew Perry, a 54 años, a causa de una sobredosis de ketamina, tal y como se concluyó en la autopsia el pasado diciembre. El cuerpo inerte del actor de Friends se encontró en el jacuzzi de su casa, el lugar donde su asistente Kenneth Iwamasa le administró la última dosis del analgésico antes de morir, tal y como va confesar en la declaración de culpabilidad. Un año después de estos hechos se ha hecho público que la misma casa en la que Perry pasó sus últimas horas en vida se ha vendido por 8,55 millones de dólares (9,5 millones de euros) a la productora de cine y promotora inmobiliaria Anita Verma-Lallian. Son 3 millones de euros más de lo que le costó al actor cuando la compró en el 2020.
La transacción se ha producido fuera del mercado habitual y con una gran discreción, aun así, la revista People ha podido saber que Greg Holcombe, de Carolwood Estates, se encargó de la venta del inmueble. La finca vendida consta de cuatro habitaciones, cuatro aseos, piscina infinita y jacuzzi. El actor también había comprado por 5 millones de dólares (4,6 millones de euros) otra casa ubicada en Hollywood cuatro meses antes de su muerte. Este último inmueble, tal y como ha podido saber la revista norteamericana, está a la venta desde mayo por 5,2 millones de dólares.
Un proceso doloroso
La familia de Perry ha optado por deshacerse de la casa donde murió el intérprete de Friends en plena investigación judicial sobre su muerte en el Tribunal de Distrito de Los Ángeles, donde se ha descubierto a una gran cantidad de gente implicada en la compraventa de drogas, entre ellas la llamada "reina de la ketamina".
Este martes People también ha publicado una entrevista con el padrastro de Perry, Keith Morrison, que se casó con la madre del actor cuando tenía 11 años. Morrison asegura que la información que está saliendo a la luz es "dolorosa" y "triste" por la familia, aunque reconoce que en algunas ocasiones Perry ya les había dicho que si moría "probablemente no sería ninguna sorpresa"."Ya había sido cerca de la muerte diferentes veces en los últimos años! " explica el padrastro, de 77 años.
A pesar del dolor que ha vivido en los últimos tiempos y la tristeza de conocer nuevas informaciones de los días antes de su muerte, Morrison piensa que el juicio para esclarecer quiénes fueron los culpables de la muerte de su hijo puede ser una advertencia por "las personas que viven del negocio de suministrar las drogas que acabarán matando a sus clientes". El marido de Suzanne Morrison concluye que cualquier persona que esté en medio de este negocio "más vale que no lo haga, porque el precio a pagar puede ser muy alto".